Aulas para las clases y para las urnas


La masa salarial docente presupuestada para 2021 es de $36.364 millones. El gremio pidió una recomposición del 36% para empezar a discutir los sueldos.


El gobierno de Neuquén se ilusiona con el inicio de las clases presenciales el 3 de marzo. Incluso toma como un anticipo del triunfo las palabras del secretario general del gremio ATEN, Marcelo Guagliardo, que a la salida de la mesa de negociación dijo, dos veces, “las clases van a empezar”. El análisis semántico realizado sobre la frase parece un tanto optimista, sobre todo porque el dirigente ratificó el pedido de una recomposición salarial del 36% para compensar la falta de actualización en 2020.

La masa salarial docente presupuestada para este 2021 por el ministro de Economía, Guillermo Pons, es de $36.364 millones. Una actualización de 36 puntos, pedido de los docentes como punto de partida para después negociar la pauta del año, elevaría el gasto en $13.091 millones, poco más de mil millones por mes solo para cubrir el desfasaje del congelamiento por la pandemia.

Los números que difundió la provincia esta semana son alentadores en comparación con el 2020 y por la velocidad de la recuperación económica, que se creía iba a ser más lenta. Fuentes consultadas estiman que los valores se mantendrán en una estabilidad al alza. Sí y solo sí si no aparecen contratiempos como lo sería una segunda ola de contagios que, como se vio en otros países, obligaría a reinstalar algunas de las restricciones del inicio de la pandemia.

Eso mismo analiza el gremio docente. Entienden que las clases comenzarán, pero aseguran que la presencialidad se dará según lo permitan las condiciones sanitarias, tal como lo fijó el año pasado el Consejo Federal de Educación.

Ahora la pelota la tienen, además de Pons, las ministras Cristina Storioni (Educación) y Vanina Merlo (Seguridad) que encabezaron las negociaciones por el gobierno. Resulta difícil pensar que puedan cumplirse las expectativas, en un solo desembolso, para los docentes. No hay en la historia reciente un acuerdo de recuperación salarial del 36%.


El gobernador esta semana les recriminó a los docentes que no acompañaran en el CPE los protocolos de regreso presencial a las aulas.


Quizá por eso desde el gobierno se meten de lleno al análisis discursivo: insisten en recordar que hay un acuerdo para el inicio de las clases. Lo dicen desde diciembre y el gobernador Omar Gutiérrez, esta semana, les recriminó a los docentes que no acompañaron en el Consejo Provincial de Educación (CPE) los protocolos de regreso presencial a las aulas. Les llamó la atención porque sintió que se alejaba de aquello que para el gobierno está acordado: la vuelta a clases.

Más allá de la solución salarial que pueda tener la negociación, y que tendrá una primera propuesta el 12 de este mes, hay dos cuestiones que atraviesan el regreso a las aulas este año: la presión social después de un año de clases virtuales y el inicio de una carrera electoral con un primer paso en las legislativas pero que tiene entre cejas el 2023.

Gutiérrez volvió a la actividad intensa y retomó el vínculo con los intendentes, ayudado por una mejor situación financiera. El gobernador busca recuperar peso en el territorio a través del contacto directo. Los vecinos de la Residencia de la Costa pueden dar fe de su agenda por los casi diarios despegues y aterrizajes del helicóptero Bell 429 de la Provincia, la nave que compró la petrolera estatal GyP para el gobierno.

En el terreno también está el intendente Mariano Gaido, de recuperadas relaciones con el gobernador, y que si bien suele negar aspiraciones más allá de la capital neuquina se muestra muy activo y en temas que exceden la competencia municipal. Un hombre de la política reconoció la intensidad de la gestión, pero le puso un poco de humor a esa velocidad: “Mariano es muy bueno, pero tiene el problema de que no le crece el pasto”.

Otro de los que aceleró su salida al terreno es Rolando Figueroa, que ya le puso tono electoral a las entrevistas que da cuando sale al interior provincial. El hermano del gobernador, Pablo Gutiérrez Colantuono, a quien se lo señala como uno de los continuadores del proyecto también estuvo de recorrida, pero en el ámbito en que se siente más cómodo, el judicial, y se mostró en redes con la secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, una funcionaria de extensa carrera académica y cercana a Alberto Fernández, pero distanciada de Cristina Fernández.


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