Punta Perdices, el caribe de la Patagonia, un paraíso para disfrutar y preservar

En Puerto San Antonio Este, a 65 km de Las Grutas, hay tantas razones para ir a conocer esta maravilla como para hacerlo sin dañar la naturaleza. La circulación con vehículos y la basura, dos de los temas a resolver.

Disfrutar preservando. Ésa parece ser la consigna que suena cada vez más fuerte este verano, que, con el marco inusual que impone la pandemia, puso en primer plano playas y lugares que, hasta hace poco, no tenían tanta concurrencia de público. 

Algunas de ellas, como Punta Perdices, que ya quedó bautizada como “el caribe patagónico”, se convirtieron en un boom desde el año pasado, y siguen congregando a muchísima gente. 

Para llegar, hay que atravesar los 65 km por ruta 3 que separan Las Grutas del Puerto San Antonio Este. Luego, circular hasta el Mirador Norte, y, desde allí, desandar el pequeño trecho que queda para arribar a esta costa, que está enamorando a todos. 

Barco a la vista. Desde aquí parten los buques que trasladan la fruta del Valle al mundo. Foto: Martín Brunella.

¿Su principal encanto? Sus aguas transparentes, que reflejan la inmensidad del cielo y se tiñen de esos azules de ensueño. Y el contraste con la blancura de su costa, en la que la arena está cubierta por fragmentos de conchillas, que resuenan al caminar sobre ellas, con un tintineo cadencioso y relajante.  

¿Pero qué es lo que está poniendo en riesgo este paraíso?  El nudo del conflicto es que carece de servicios y de reglas claras para que el disfrute se dé resguardando el entorno. Y, sin este ordenamiento, no todos los visitantes tienen presente cuál debería ser el comportamiento adecuado para no afectarlo. 

Para delimitar el sector de estacionamiento la municipalidad dispuso unos postes. Sin embargo, nadie estaciona detrás de ellos, incumpliendo las normas. Foto: Martín Brunella.

Uno de los temas centrales es la circulación con vehículos. Un problema compartido, por caso, con las playas más alejadas del centro de Las Grutas. 

En Perdices, la municipalidad dispuso, para resolver inicialmente todo lo concerniente al estacionamiento, una serie de estacas de madera que clavó a lo largo de la costa, para delimitar el lugar hasta el que pueden llegar los rodados. Sin embargo, la gente incumple con esa disposición, y trata de acercarse a la orilla. ¿El resultado? El colchón blanco compuestos por fragmentos de moluscos bivalvos que cubre la arena se está degradando, porque se pulveriza ante el tránsito constante

Así se ve Punta Perdices, una playa que, hasta hace poco, sólo visitaban pocos turistas y disfrutaban los residentes. Foto: Martín Brunella.

Al sur de Las Grutas, aunque las playas son de arena, la situación es igualmente problemática. En lugar de estacionar alejados de la costa, los automovilistas insisten en bajar hasta el borde del mar con sus vehículos, o en circular, como si fuera una pista habilitada, por el corredor de playas. Esto perturba a la fauna, pone en peligro a otros turistas, y contamina sectores en los que las personas descansan antes de ingresar al mar. 

De hecho, los vecinos del sector están planificando proponerle al municipio implementar foto multas, y posibilitar que ellos tengan la potestad de tomar imágenes de los infractores y hacerlas llegar al organismo de aplicación, a sabiendas de que es difícil que en un área tan vasta la comuna pueda disponer de personal que controle y constate las irregularidades. 

La idea es disfrutar de la belleza del lugar sin dañar el entorno. Para eso, hay que limitar la circulación de autos en la costa, no tirar residuos y no invadir al otro con parlantes a todo volumen. Foto: Martín Brunella.

Otro de los grandes temas es el de la basura. En esos sectores no se organizó un operativo municipal eficiente, y es irregular la disponibilidad de cestos para arrojar desperdicios. Por lo cual, el que no tiene la consciencia de llevarse sus desechos los deja tirados. Y eso afea las playas y provoca daños en el ecosistema. 

Con todo, cada vez más gente comprende la necesidad de resguardar estos lugares, en los que, además, debe crecer la intervención del Estado, no para alterar lo que ofrecen sino para regular su disfrute. Mientras tanto, la que debe seguir en alto es la consciencia individual y el sentido común, para aprovecharlos al máximo sin generar daños irreparables en la naturaleza. 

Los vehículos son uno de los temas a resolver. La gente quiere llegar con ellos hasta la orilla, y eso no está permitido, ya que destruye las conchillas que cubren la arena Foto: Martín Brunella.

Algo que garantizará que el “Caribe patagónico” siga enamorando a los que lo visiten, como está ocurriendo hasta ahora. 


Punta Perdices está en el Puerto San Antonio Este, la villa pesquera ubicada a 65 Km de Las Grutas por Ruta 3. Para llegar, hay que dirigirse hasta el Mirador Norte, y recorrer un pequeño trecho. 

Punta Perdices. Foto: Martín Brunella.

Aunque no hay servicios en el lugar, cerca de allí está el Parador Serena, que ofrece servicio de cafetería, alquiler de kayaks y también realiza excursiones a bordo de modernos semirrígidos. 

Otro de los lugares para conocer cerca de allí es el balneario La Conchilla, que está sobre la ruta 3, antes de ingresar a la villa pesquera. La extensa playa, caracterizada por la blancura de las conchillas que tapizan la arena, cuenta con dos paradores. 

En Punta Villarino, ubicada en el Mirador Sur, en el sector opuesto a Punta Perdices, también hay playas dignas de descubrir y una colonia de lobos marinos, que se pueden apreciar respetando las pautas que imponen los guardas ambientales.  

En la villa pesquera hay una amplia oferta gastronómica. Los restó del lugar suelen tener una gran variedad de pescados y mariscos para ofrecer. Un plan ideal para darse un gustito después del día de playa. 

Ver operar a los buques es toda una experiencia en el muelle de aguas profundas de la terminal marítima. Foto: Martín Brunella.

En esta época, además, está activa la temporada de exportación de fruta, que realiza la firma que concesiona el muelle de aguas profundas de la terminal marítima. Ver los enormes buques de bandera extranjera que llegan en busca de las peras y manzanas que se cultivan en el Alto Valle de la Provincia es toda una experiencia.  


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