El Bolsón: una niña espera un implante de cadera para volver a caminar
Tais, de 11 años, ya tiene fecha para la intervención quirúrgica en el hospital Garrahan. Pero aguardan que el gobierno provincial apruebe la compra del implante.
Con solo 11 años, Tais espera desde hace meses un implante de cadera a fin de someterse a una intervención quirúrgica en el hospital Garrahan, en Buenos Aires, que le permitirá volver a caminar y retomar su vida normal.
En el año 2018, sufrió una caída en su escuela en El Bolsón y fue diagnosticada con epifisiólisis de cadera. Hace un año que solo puede caminar con muletas.
Su madre, Daniela Frieyro, contó que la niña fue derivada de inmediato al hospital Ramón Carrillo de Bariloche, donde atravesó cuatro cirugías. “En la última, se necrosó la cadera, murió el hueso del fémur. Por eso, nos derivaron en febrero del 2020 al Garrahan. Pero nos agarró la pandemia”, indicó.
En octubre, un traumatólogo de Bariloche, Miguel Ángel Godoy, consiguió un turno “con el único cirujano en Argentina capaz de hacer este tipo de intervenciones en el Hospital Garrahan”. “La llevé en mi auto para Buenos Aires y en 10 minutos, le hicieron todos los estudios que acá hubieran llevado meses. Necesita un implante de cadera específico porque es una niña”, precisó la mujer.
La operación se programó para el mes de febrero. Por eso, apenas regresaron de Buenos Aires, desde el hospital de Bariloche se elevó el pedido para la compra del implante al Ministerio de Salud en Viedma ya que la mujer no tiene obra social.
“Dicen que la documentación nunca llegó y perdimos un mes. Volvimos a mandar todo pero hoy, no tenemos respuestas. En cada llamado, solo nos dicen que ya está el pedido. No podemos esperar a un día antes de la operación”, dijo.
La mujer se mostró preocupada porque se acerca la fecha de la operación y aún no tiene novedades respecto a la compra del implante por parte del gobierno provincial. “Nadie me da un número de resolución o me dice si la compra es directa. Los médicos dicen que nadie se comunicó con ellos. Ellos ya hablaron con los proveedores de la prótesis del Garrahan y nadie habló con ellos”, cuestionó con desesperación.
“Es mi hija y es una nena. La daría mis piernas si pudiera. Un implante le permitiría caminar nuevamente, correr, andar en bici. Retomar su vida normal. Porque le reconstruyen el fémur y le corrigen. Volvió muy ilusionada de Buenos Aires”, planteó la mujer.
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