Negocian contrarreloj una nueva adenda al contrato de Bolivia

El gobierno busca sellar el acuerdo entre hoy y mañana. La discusión se centra en estos momentos en el precio que Argentina reconocerá por el gas del Altiplano.

El equipo técnico de Ieasa, la exEnarsa, y la secretaría de Energía de la Nación que está a cargo de la negociación del contrato de importación de gas de Bolivia, trabaja en estos momentos a contrarreloj para sellar una nueva adenda entre hoy y mañana que permita al Argentina pagar menos por el fluido.

Fuentes al tanto de las negociaciones revelaron que la decisión del gobierno nacional es que antes de fin de año se firme una nueva adenda, ya que la que actualmente está vigente vence precisamente el 1 de enero.

El apuro que muestran las autoridades nacionales radica en la posición favorable a diferencia de Bolivia, en la que el gobierno argentino se encuentra de cara al contrato de importación que tiene vigencia hasta el 2026.

Es que desde Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se reconoció que no podrán enviar el año que viene más de 13 ó 14 millones de metros cúbicos de gas por día, esto no solo es un 30% menos que lo que inyectaron en el invierno pasado, sino que es prácticamente la mitad de lo que marca el contrato que debe entregar Bolivia si no se pacta una adenda.

«Si se vence la adenda, Bolivia está obligada a entregar 27 millones de metros cúbicos que no tienen y por un contrato por el que si no entrega la producción tiene que pagar multas», explicaron desde el equipo que encara las negociaciones.

Y detallaron que en esa situación de ventaja en las negociaciones es que desde Argentina se está buscando reducir considerablemente el precio que se paga por el gas boliviano, en especial por el gas extra que se entrega en el invierno.

Como parte de las negociaciones, uno de los puntos que hoy se está debatiendo es la extensión de la nueva adenda del contrato, ya que mientras desde el gobierno nacional se busca que sea por varios años, desde Bolivia se aspira que se de solo por el 2021, de forma de poder negociar un nuevo acuerdo el año que viene cuando creen que es posible que mejore la situación productiva del país.

Si bien el gas de YPFB llega al país por gasoductos se trata del fluido más caro que importa Argentina por las condiciones acordadas. De hecho, desde el gobierno nacional estimaron que este 2020 el contrato de importación de gas de Bolivia cerrará con un monto de 900 millones de dólares.

Pero no todo son buenas noticias para el equipo de negociadores argentinos ya que, como se explicó días atrás, el menor volumen de gas que Bolivia inyectará en el invierno obligará al país a tener que importar de otro destino el gas necesario para cubrir la demanda, muy posiblemente teniendo que recurrir a la contratación de un segundo buque regasificador.


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