Gennuso quiere cobrarles una tasa a los que carguen combustibles para obras viales en Bariloche
Además, propone imponer otro gravamen a las grandes empresas para costear el boleto gratuito de colectivo. Las dos propuestas están en proyectos de ordenanza que desde el Ejecutivo enviaron al Concejo Municipal para su análisis.
El Ejecutivo municipal cumplió este miércoles con la presentación de los proyectos de ordenanza que explican de dónde saldrá el dinero para sostener la “reestructuración” del transporte urbano anunciada días atrás, que insumirá una millonaria inversión y que supera por lejos los subsidios nacionales.
La propuesta expuesta días atrás por un equipo que encabezó el especialista contratado por el municipio con ese fin, Germán Bussi, había desplegado en detalle las medidas a adoptar pero eludió cualquier definición sobre el origen de los fondos.
El dinero necesario para compensar el boleto escolar gratuito y otros beneficios sectoriales y para no sobrecargar la tarifa que pagan el resto de los pasajeros, saldrá de una sobretasa que pagarán las empresas categorizadas como “grandes” en la tabla que elabora la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, siempre que la ordenanza respectiva obtenga los votos en el Concejo.
El dinero recaudado irá a un “fondo específico”, vedado para cualquier otro uso, como ocurre ya desde hace cuatro años con la tasa al turista.
La misma figura de fondo con candado fue propuesta por el intendente Gennuso para su segunda criatura, orientada a costear la “Infraestructura Vial para la mejora de la calidad del transporte”.
Según la propuesta, ese fondo se conformará con una tasa que pagarán todos los compradores de combustible, a razón de 75 centavos por litro. La imposición será la misma para la nafta y el gas oil de todos los tipos y será de alrededor de 35 pesos para un tanque lleno.
El equipo de Gennuso presentó el último sábado su plan de reformas, con varios cambios importantes como una sobrecarga en la tarifa para los turistas, el rediseño de recorridos y frecuencias para evitar superposiciones y mejorar la conectividad en algunos barrios, y la decisión de asfaltar -aunque sea con cintas provisorias de tres metros- las calles que recorre el servicio y que hoy son de ripio, y evitar así sobrecostos en la prestación.
Pero aquella vez no dijeron de dónde saldrían los recursos. Ahora el intendente envió al Deliberante su nuevo minipaquete tributario, que se suma a otro presentado semanas atrás, en el que también crea nuevos gravámenes y que todavía no fue aprobado.
El “Fondo de Sustentabilidad Social del Transporte” (el que pagarán las empresas de mayor tamaño) tiene por fin compensar “los servicios prestados con gratuidad o descuentos establecidos”.
Entran allí los estudiantes de todos los niveles, que viajan sin cargo y que en época de clases (antes de la pandemia) llegaron a representar un 30% de los pasajeros totales. Hasta hoy ese costo es cubierto con otros subsidios y cargado parcialmente a la tarifa general.
Variedad de obras
El fondo de infraestructura se aplicará a “la pavimentación total o parcial de calles, ampliación de capacidad vial, mejora de intersecciones críticas, dársenas, refugios, paradas, carriles exclusivos, veredas y señalización”.
Los montos que el Ejecutivo piensa recaudar no fueron precisados, pero el sábado los funcionarios hablaron de unos 140 millones anuales de la contribución destinada a subsidiar “la demanda” de los usuarios, y unos 800 millones para las obras, aunque en este último caso sería desplegado en varios ejercicios.
Una de las iniciativas enviadas al Concejo alude a las “complejidades” del sistema de transporte urbano en Bariloche, que entró este año en una “crisis terminal”, por la caída de subsidios y de venta de boletos.
También menciona, entre otros condicionantes, “las distancias de un ejido amplio, la baja densidad poblacional y la necesidad de promover un mayor uso” de los colectivos, “por sobre los transportes particulares”.
Señala que en forma independiente de los aportes que puedan gestionarse ante la provincia y la Nación (y que el último año se mostraron insuficientes) “se desprende la necesidad imperiosa de asumir como Estado municipal la responsabilidad y el compromiso de aportar una compensación a la relación usuario/tarifa”.
Subraya que hoy el transporte funciona a pérdida. Como dato ilustrativo revela que el índice de pasajeros por kilómetro (una ecuación clave para determinar la tarifa) fue de 2,2 en 2019, y bajó a 1,4 en noviembre último, con un piso de 0,5 en el peor momento de la cuarentena.
La presentación del Ejecutivo describe el “fondo de sustentabilidad” del transporte como “una política pública y una herramienta comunitaria”. El gravamen, desde lo técnico, será un 50% del coeficiente tipo de la contribución que incide sobre la actividad económica, que reemplazaría a la tasa Tish (que pagan todos los comercios habilitados) y que todavía no fue aprobada.
Hasta ahora no circularon “simulaciones” de los montos a pagar, que seguramente será una de las primeras preguntas de los concejales. En cuanto al fondo para la realización de obras, Gennuso y sus colaboradores lo justificaron en la necesidad de “encarar con autonomía” los proyectos de infraestructura indispensables, dado que “el transporte motorizado requiere mayor inversión en mejora del espacio vial para su circulación”
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