La crisis junta a la oposición brasileña

SAN PABLO (AFP)- La crisis política brasileña está aproximando a partidos de izquierda que rompieron con el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y a fuerzas radicales creadas por ex militantes del Partido de los Trabajadores, en un discurso de lucha contra la corrupción y la política económica en curso.

En un manifiesto titulado «Brasil no está a la venta», agrupaciones históricas de la izquierda brasileña y grupos radicales salidos del PT se unieron para condenar el modelo económico ortodoxo, la política de alianzas del gobierno, prácticas de financiamientos ilícitos de campaña y compra de votos en el Parlamento.

«Además de profundizar el modelo económico, el gobierno adoptó también el mismo modo de gobernar de sus antecesores al crear esquemas fraudulentos de recaudaciones espurias, al distribuir dinero en valijas, al comprar votos para aprobar proyectos contra el pueblo y el país», señala el comunicado distribuido a fines de la semana pasada en Río de Janeiro.

Firman el texto el Partido Democrático Trabalhista, que rompió con el gobierno de Lula a fines de 2003, el Partido Popular Socialista, que lo hizo un año después, el Partido Comunista Brasileño y otras dos agrupaciones de la izquierda radical que nacieron a la sombra del PT, y que están en la oposición.

«Es un grupo muy ecléctico», dijo David Fleischer, de la Universidad de Brasilia, para quién esa unión intenta ocupar el espacio de izquierda que está perdiendo el PT, que vive la peor crisis política desde que surgió 25 hace años, bajo el lema de luchar contra la corrupción.

El PT fue acusado de crear un esquema para sobornar parlamentarios a cambio de apoyo al gobierno y tuvo que reconocer que mantenía una caja negra para financiar campañas electorales, abastecida con dinero de las cuentas del publicitario Marcos Valerio, investigado como posible operador de sobornos en el Congreso.