Carlos Bianchi, el técnico que le ganó dos veces al Milan

Uno de los entrenadores que marcó la historia del fútbol nacional a nivel equipos es Carlos Bianchi. Tras una muy buena carrera como futbolista, dejó su huella con Vélez y Boca, clubes a los que dirigió cuando derrotaron al Milan en sendas finales Intercontinentales.

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La primera fue el 1 de diciembre de 1994 con el Fortín, que se impuso 2-0 por los tantos de Omar Asad y Roberto Trotta de penal. Vélez le había ganado la final de la Libertadores a San Pablo de visitante y completó su año más glorioso superando al Milan de Fabio Capello.

Además de la extraordinaria primera conquista, nueve años más tarde volvió a ganarle al mismo equipo pero dirigiendo a Boca, con el que ya había vencido a Real Madrid 2-1 en el año 2000.

Lo peculiar de la obtención de la Intercontinental 2003 fue la diferencia de jerarquía que tenía Milan en su plantel. El conjunto italiano que comandaba Carlo Ancelotti había derrotado a Juventus en la final de la Champions. Shevckenko, Kaká, Seedorf, Dida, Pirlo y Cafu eran los mejores futbolistas de aquel equipo. Entre italianos y brasileños el once titular del Milan tenía cinco jugadores habían sido o fueron campeones con sus respectivas selecciones.

Paolo Maldini estuvo tanto en el 94′ como en 2003.

Boca formó con: Roberto Abbondanzieri; Luis Amaranto Perea, Rolando Schiavi, Nicolás Burdisso y Clemente Rodríguez; Matías Donnet, Raúl Cascini, Sebastián Battaglia y Diego Cagna; Pedro Iarley y Guillermo Barros Scheltotto. En el segundo tiempo entró Carlos Tevez, único cambio en el xeneize.

Milan ganaba 1 a 0 por el tanto del danés, Jon Dahl Tomasson, pero el equipo de Bianchi igualó rapidamente por Donnet. El trámite fue parejo pese a la gran diferencia de los planteles. En el suplementario Boca le pasó cerca al triunfo por un remate de Tevez, pero fueron a penales.

Allí, el Pato fue la gran figura. Le contuvo el remate de Pirlo, Alessandro Costacurta (que le pegó a la tierra) y festejó el tiro desviado de Seedorf. Pese a que Dida le tapó el segundo penal a Battaglia, el resto de las ejecuciones fueron impecables, como la de Cascini en el cuarto penal.

Fue la última vez que un equipo argentino derrotó a un europeo en esta instancia.