Maduro suma poder: ¿y ahora cómo sigue Venezuela?
EL chavismo sacó a Guaidó del último bastión que le quedaba. El opositor ensaya una respuesta con un plebiscito que lo respalde. Argentina evitó condenar la maniobra del presidente venezolano y mostró otra vez el poder de Cristina sobre Alberto Fernández.
La altísima abstención en las elecciones legislativas del domingo no impidió al presidente Nicolás Maduro hacerse con el Parlamento venezolano, consolidando aún más su poder y dejando al líder opositor Juan Guaidó sin su principal bastión de lucha.
La Organización de los Estados Americanos aprobó el miércoles una resolución que rechaza las elecciones.
Veintiún países de la OEA votaron a favor de la resolución, mientras que solo dos, México y Bolivia, votaron en contra. Cinco se abstuvieron y seis se encontraban ausentes en la votación.
Entre las abstenciones, Argentina se mantuvo en una postura influenciada por la cercanía histórica de Cristina Fernández con el chavismo: la de no condenar el avance sobre las instituciones democráticas, pese a que Alberto Fernández esgrimió cierta ambigüedad en más de una ocasión. La “no” posición del Gobierno argentino es un reflejo más de la debilidad que presenta Fernández.
Pero por los pasillos de la Casa Rosada se habla de “no hacer olas”. Una definición contraria a Maduro por parte del presidente Fernández tendría una fuerte represalia del núcleo duro del kirchnerismo. Y el primer mandatario hoy no está en condiciones de ahondar la grieta que ya existe con su vicepresidenta.
En las elecciones legislativas del domingo Maduro retomó el control de la última institución independiente en Venezuela después de que una alianza de partidos oficialistas se adjudicó el 67,6% de votos.
El presidente venezolano había perdido el control del Congreso a manos de la oposición en 2015.
Guaidó, que desde la unicameral Asamblea Nacional se proclamó presidente encargado de Venezuela, desconoció el proceso y arrancó un plebiscito para prolongar su poder. La consulta termina hoy.
¿Esa consulta puede cambiar en algo la victoria del chavismo? ¿Qué se debe esperar de 2021?
Con una participación de 31%, según el primer boletín, estas parlamentarias tienen uno de los porcentajes de abstención más altos de la era democrática venezolana, iniciada en 1958.
La ausencia de dos tercios de la población electoral contrasta con la participación del 71% registrada en las legislativas pasadas, cuando la oposición quebró 15 años de hegemonía chavista en el 2015.
En esta oportunidad, la oposición mayoritaria llamó a boicotear el proceso tachado de “fraude” después de que la Justicia designara nuevos rectores electorales, una potestad del Parlamento, y entregara también las directivas de los principales partidos a adversarios de Guaidó.
“No tenían forma de no abstenerse, ni tenían partidos políticos”, explicó Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.
Sin embargo, el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, no atribuye la abstención al boicot opositor, sino a una “desconfianza nacional en el sector político”, tuiteó.
Para el analista político Rafael Álvarez, se trata de una “reedición” de las presidenciales de mayo de 2018, cuando Maduro resultó reelecto, con 67,7% de los votos, en medio de una abstención de 52%.
Entonces, los grandes partidos de oposición se abstuvieron alegando falta de garantías y posteriormente las denunciaron como fraudulentas, junto a la comunidad internacional, que apoyó el movimiento de Guaidó de proclamarse presidente encargado para poner fin a la “usurpación” del mandatario socialista.
El presidente controla todo
Maduro “necesitaba quitarse la piedra del zapato” haciéndose con el opositor Legislativo, dijo Álvarez.
El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados concentraron el 67,6% de los 5.264.104 votos contabilizados en un primer boletín de la autoridad comicial, que no ofreció aún un balance de distribución de escaños.
Con la mayoría del Parlamento, Maduro ahora controla toda la institucionalidad de Venezuela, con poderes públicos de línea oficialista para favorecer sus medidas.
No es que no tuviera todo el poder cuando el Parlamento estaba en manos opositoras. Maduro, que ostenta el control territorial con respaldo de la Fuerza Armada, neutralizó esa Asamblea a través de la corte suprema, que lo declaró en desacato desde los primeros días de su legislatura.
Y llamó a una Asamblea Constituyente con poderes absolutos, que en la práctica asumió labores legislativas.
Pero, el Parlamento a su servicio, destacó Alarcón, permitirá ahora a Maduro cumplir con “formalidades de cara a países ‘amigos’” que quieran hacer negocios en Venezuela y necesiten “aprobación legislativa”, como China, Rusia, Turquía, Irán y Cuba.
De todas maneras “hay países que nunca van a apoyar” a Maduro, añadió. Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, Canadá, Colombia, Reino Unido, Costa Rica y Panamá ya desconocieron los comicios.
Guaidó va por la revancha
Sin control del Parlamento a partir del 5 de enero, Guaidó enfrenta el reto de rediseñar la ruta del gobierno de transición que busca liderar hasta que puedan celebrarse elecciones “libres”.
“Lo que tiene [Guaidó] es la calle, la tiene que trabajar para no perderla”, apuntó Alarcón, aunque el dirigente opositor ha perdido su nivel de convocar manifestaciones ante la imposibilidad de cumplir su promesa de deponer a Maduro.
Ha intentado sin éxito desplazarlo del poder impulsando sanciones económicas y convocando actividades de calle que se han desinflado con los meses al ritmo de su popularidad.
Ahora, el opositor apuesta a una “consulta popular” no vinculante que comenzó el lunes y termina el sábado, con la que intenta ampliar su margen de acción.
Esto, acota no obstante Álvarez, en momentos en que “carece de efervescencia”, sin objetivos logrados ni una ruta clara.
“La oposición está obligada a repensarse y reorganizarse”, coincidió Alarcón.
Con el triunfo electoral, Maduro se encamina a “desaparecer” a la oposición “tradicional” y “sustituirla” por otra de partidos minoritarios “que no van a hacerle oposición”, subrayó Alarcón.
Una fracción opositora disidente de Guaidó obtuvo 17,95% de los votos en las legislativas.
Mientras que, por otro lado, destacó Álvarez, Maduro arremeterá en contra de sus adversarios, forzando a “un gran número de exdiputados al exilio”.
Guaidó ha insistido en que no se irá “Asumo el riesgo de quedarme en Venezuela”, afirmó.
López, desde Colombia
El opositor Leopoldo López, quien salió de su exilio de España para visitar Colombia, dijo que los venezolanos emitieron un “grito de libertad” al abstenerse mayoritariamente de participar en las boicoteadas elecciones del domingo, que le dieron el control del Parlamento al chavismo.
Durante un encuentro con el mandatario Iván Duque en la sede presidencial, el líder venezolano denunció el “fraude electoral” fraguado por el gobierno de Maduro esta vez, según él, bajo la amenaza de privar de comida a quienes no votaran en medio del grave deterioro de la economía petrolera.
“La respuesta digna del pueblo venezolano fue no escuchar esa amenaza y por eso el día domingo (…), cuando se perpetuó este fraude electoral, lo más significativo fue el silencio del pueblo y la no colaboración (…) con este fraude”, señaló López en presencia de Duque y otras autoridades colombianas.
El dirigente y aliado de Guaidó, a quien más de medio centenar de países reconocen como presidente interino de Venezuela, enfatizó en que la alta abstención -que alcanzó el 69%- debe escucharse como un “grito de libertad”.
López exhortó a la comunidad internacional a mantener no solo el reconocimiento a Guaidó como presidente interino, sino la presión sobre Maduro.
“Nosotros en este momento decimos al mundo que no podemos solos, que necesitamos la ayuda (…) para seguir presionando a la dictadura de Nicolás Maduro”, declaró.
López justificó su paso por Colombia como un revulsivo para que la oposición venezolana vuelva “a subir el ánimo, la esperanza y la capacidad de organización”.
López “ha sido una voz corajuda y gallarda para la defensa de la libertad de su país”, expresó el mandatario, destacando la coincidencia de la visita del opositor con el Día de los Derechos Humanos.
Desde su llegada al poder en 2018, Duque se sumó a los esfuerzos de Estados Unidos para sacar a Maduro del poder.
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