Jardín: de un gajito, una plantita
A través de los esquejes es posible obtener una planta nueva de un pequeño gajo. ¿Cómo se realiza el procedimiento? ¿Cuáles son los cuidados necesarios? Repasamos todos los aspectos clave para realizar el transplante sin inconvenientes.
Para los amantes de los espacios verdes, ¿quién no hizo alguna vez, de un gajito, una hermosa planta? ¿Quién no tuvo alguna vez una abuela, mamá o papá que nos enseñó como hacerlo?
Así como algunas plantas tienen una reproducción fácil por esquejes, a otras se les complica un poco más lograrlo.
Un esqueje es comúnmente conocido como “gajo”, y se suele cortar a una planta para darle destino a otra, que tendrá su propio tallo, raíz, hojas, flores (y algunas hasta frutos) sin haber perdido la genética.
En caso de hacer esqueje de tallos, que es el método más eficaz – para propagar arbustos, se recomienda que sean “tiernos o semi maduros”.
Los esquejes tiernos son aquellos cuyos tejidos son blandos y flexibles desde la base hasta el extremo superior. Generalmente se obtienen en primavera y se arraigan con facilidad.
Por su parte, los esquejes semi maduros son más firmes que los anteriores – leñosos en la base – y ofrecen cierta resistencia al doblarlos. Se obtienen a partir de fines de primavera y durante el verano. Son menos propensos a marchitarse que los anteriores.
¿Cuándo esquejar?
Los esquejes necesitan temperaturas suaves y humedad para generar las raíces antes de deshidratarse. Además, éstas son las condiciones en las que las plantas se muestran más activas generando nuevos brotes y raíces con facilidad. La recomendación es la primavera y el otoño para realizar esta labor.
¿Dónde ponerlos durante el proceso?
Se puede utilizar cualquier recipiente siempre y cuando esté perforado en la base para que filtre el riego, y cuente con la altura necesaria para introducir el esqueje. Humedecer la base que debe retener la humedad y escurrir el exceso de agua.
Unas horas antes de extraer el material se recomienda regar la planta madre: elegir el extremo de un tallo tierno sin floración. Realizar los cortes con una tijera afilada.
Preparación de los esquejes
Prestar atención a que cada gajo tenga de tres o cuatro nudos de crecimiento. De esta forma se alanzará varios esquejes por tallos, uno apical y los demás correspondientes a los espacios ente los nudos.
Los nodales apicales de tallo debe tener al menos tres nudos de crecimiento y dos pares de hojas sanas. En caso de ser un esqueje semi maduro, eliminar la yema apical, para evitar el peligro de deshidratación.
Descartar las hojas de los nudos inferiores más cerca del tallo. Dejar solo un par de hojas en el extremo superior. Si fueran hojas grandes se puede eliminar la mitad, para reducir la deshidratación. En esta etapa se aconseja impregnar bien la base del tallo con hormona de enraizamiento y eliminar el excedente.
El esqueje internodal es el corte en el extremo superior, justo sobre un nudo, cuidando que las hojas y las yemas queden unidas a él. Por debajo cortar el tallo, a media distancia, entre el nudo y el inferior.
Realizar una herida superficial en un lado del tallo con el fin de estimular el enraizamiento y plantar el esqueje, de modo que la base del tallo toque el fondo del recipiente; las hojas quedan afuera justo al ras del sustrato.
Afirmar el sustrato y regar sin mojar las hojas. Cubrir todo con una bolsa de polietileno transparente y cerrarla.
En cuanto a los cuidados posteriores, controlar el clima con el calor: se puede dejar afuera para enraizar, pero de lo contrario asegurarse de dejarla en reparo. Diariamente abrir la bolsa unos minutos para ventilar.
Cuando los esquejes hayan formado raíces fuertes y abundantes es la hora de trasplantarlos a macetas individuales.
Para los amantes de los espacios verdes, ¿quién no hizo alguna vez, de un gajito, una hermosa planta? ¿Quién no tuvo alguna vez una abuela, mamá o papá que nos enseñó como hacerlo?
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