Militares británicos serán juzgados por crímenes de guerra
Actualizado a las 19:36
LONDRES (AFP) – Tres militares británicos serán juzgados por trato inhumano de prisioneros en Irak, considerado un crimen de guerra, anunció este martes el fiscal general (Attorney general) Lord Goldsmith, principal consejero jurídico del gobierno británico, en una declaración ante el Parlamento. En total, 11 militares británicos enfrentarán cortes marciales en Gran Bretaña por dos incidentes distintos ocurridos en Irak en mayo y en setiembre de 2003, precisó Lord Goldsmith.
El primer caso concierne a actos cometidos entre el 13 y el 15 de setiembre de 2003 contra prisioneros iraquíes en Basora (sur de Irak). El cabo Donald Payne, de 34 años, está acusado también de un homicidio involuntario, además de trato inhumano de varios prisioneros, según la fuente. Su presunta víctima se llamaba Baha Da'ud Salim Musa. Los otros dos acusados, que enfrentarán cargos por tratamiento inhumano causante de lesiones, son el cabo Wayne Crowcoft, de 21 años, y el soldado de segunda clase Darren Fallon, de 22 años.
Los tres pertenecen al Queen's Lancashire Regiment. Otros cuatro militares serán juzgados por el mismo caso, aunque bajo cargos menos graves. El sargento Kevin Stacey, de 28 años, perteneciente al mismo regimiento, es acusado de agresión contra un detenido. Los otros tres, el ayudante Mark Davies, de 36 años, y el comandante Michael Peebles, de 34, ambos pertenecientes al cuerpo de inteligencia militar, así como el coronel Jorge Mendonca, de 41 años, miembro del Queen's Lancashire Regiment, están acusados de negligencia. Otro caso, relativo a hechos ocurridos en Basora el 7 de mayo de 2003, involucra a otros cuatro militares que también enfrentarán una corte marcial.
Estos cuatro acusados presuntamente arrestaron a otros tantos iraquíes sospechosos de cometer saqueos, los golpearon y los hicieron caer al canal Shat Al Basora. Uno de los detenidos, el civil iraquí Ahmed Kareem, que no sabía nadar, se ahogó, por lo que se acusa a los militares de homicidio involuntario. En este caso se difundieron los nombres de tres de los cuatro acusados: el sargento Carle Selman, de 38 años, perteneciente al regimiento de Scots Guards, así como Martin McGing, de 21 años, y Joseph McCleary, de 23 años, ambos integrantes del cuerpo de Irish Guards.
El cuarto, un cabo de 21 años también perteneciente a los Irish Guards, no fue identificado porque todavía no ha sido notificado de los cargos en su contra. En ambos casos, la fiscalía militar británica estima que hay «una posibilidad realista» de que los acusados sean condenados, y considera que los juicios son «de interés público», según el fiscal general. Por su parte, el ministro de Defensa británico, John Reid, declaró en un comunicado que las fuerzas armadas británicas «respetan los criterios (de conducta) muy elevados que la población británica espera de ellos».
«Esa es precisamente la razón por la cual, cuando existen sospechas de que hay militares que no han respetado esos criterios elevados, deben ser objeto de investigaciones y juicios», agregó. «El tratamiento inhumano de una persona está prohibido por las Convenciones de Ginebra (sobre prisioneros de guerra) y constituye una infracción al derecho británico desde 1957», precisó el ministro.
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