Los 5 motivos para no perderse la serie del caso García Belsunce
La docuserie “Carmel” estrenó en Netflix días atrás y rápidamente se convirtió en una tendencia. ¿Por qué tuvo tanto éxito? ¿Qué novedades aporta?
Desde su estreno, la miniserie documental “Carmel” se transformó en un suceso sin precedentes. Con el caso García Belsunce como temática principal, la producción de Netflix dirigida por Alejandro Hartmann se ubicó rápidamente como la más consumida de la plataforma y, además, generó una gran repercusión, a punto tal que el asesinato de María Marta volvió a ser un tema de conversación en todo el país.
Desde los testimonios de los protagonistas hasta el acceso a material inédito, las virtudes de esta miniserie argentina demuestran una vez más que el género documental es uno de los más completos de Netflix.
En esta oportunidad, repasamos los cinco puntos más sobresalientes de esta producción que nos vuelve a poner en el centro de la escena de una causa que continúa abierta a 18 años, y que en las próximas semanas dará un nuevo giro.
Los testimonios de los implicados, a casi 20 años del crimen
Si hay algo que de seguro no falta en “Carmel” son los testimonios de los implicados en la causa.
En una nota que brindó a Página 12 una semana atrás, el director de la serie explicó que para lograr convencer a todos los protagonistas de que hablen, fue necesario “invitarlos a contar su versión aclarándoles que iban a participar los demás: Carlos Carrascosa sabía que iba a estar el fiscal Diego Molina Pico y ambos sabían que nuestra intención era sumar a Nicolás Pachelo”.
Fue así que uno a uno pasaron los diversos testigos por la cámara de Netflix, acompañados siempre de declaraciones realizadas en el juicio, o de diversas situaciones que se fueron dando a lo largo de los años mediante la prensa.
Seguramente hará ruido la ausencia de Pachelo como relator, pero se debe a que tiene un juicio pendiente por este caso y su abogado le recomendó no dar testimonios ahora.
Material inédito sobre el juicio que tuvo en vilo al país
Netflix suele tener en el género documental una de sus grandes fortalezas. Vale recordar el suceso global que causó tiempo atrás al estrenar la serie de Jeffrey Epstein como para entender la magnitud que alcanzan sus producciones.
Esto se debe a varios puntos. La cuestión narrativa obviamente es uno, pero sin lugar a dudas una de sus mayores virtudes reposa en otra arista: la del material inédito o, como mínimo, pocas veces visto.
En el caso de “Carmel”, este punto es muy significativo, puesto que la alta trascendencia del juicio durante todos estos años hizo que la mayoría del material sea conocido por todos los interesados.
Bajo esa misma premisa resultaba una misión complicada hallar “novedades” para enganchar al público, pero la situación terminó siendo un punto a favor para la producción.
La explicación de la secuencia del velorio, por ejemplo, no había sido muy difundida en su momento; pero si fue un punto destacado en los relatos de los protagonistas al documental. Algo similar ocurrió con la autopsia y sus complicaciones.
Detalles importantes de una causa que sigue abierta
Una de las primeras cuestiones que debemos tomar en cuenta a la hora de ver el documental es que el caso sigue abierto y aún no se determinó quién fue el asesino de María Marta García Belsunce.
Partiendo de dicha premisa, claramente no encontraremos una respuesta a lo largo del documental, pero si tendremos a disposición cientos de detalles fundamentales para el desarrollo de la causa.
De algún modo, es una forma interesante de repasar todo lo que aconteció, todo lo que se discutió y todo lo que aún no se sabe. Y hay una razón de ser detrás de esto, además de lo meramente relacionado al entretenimiento que una serie pueda brindar.
La causa sigue abierta. Y no solo eso: aún con el lento ritmo de nuestra justicia, continúa avanzando. En las próximas semanas se llevará a cabo el juicio a Nicolás Pachelo, por lo que toda esta información volverá a salir a la luz, y el repaso por el documental es una buena forma de estar al tanto.
Con precisión y acceso a las fuentes oficiales, la miniserie demuestra un repertorio completo en todos los ámbitos.
El rol de los medios en una época muy distinta
Entre tantas cuestiones de principios de los 2000 que nos permite revisitar esta serie, sin lugar a dudas una de ellas es la participación de los medios en el caso. Y si decimos “medios” en sentido amplio es porque a los canales de difusión tradicionales se sumaron cuestiones que en aquella época resultaron novedosas.
Tal es el caso de los blogs, una de las herramientas que utilizaron dos personas ajenas al caso para colaborar con uno de los involucrados (no, no les vamos a spoilear nada, tranquilidad).
Aún así, también permite revisitar la forma de cubrir estos casos en aquellos años, y la importancia que los testimonios televisivos, radiales o por medios gráficos pueden llegar a tener en una situación así.
Otro acierto es que algunos de los periodistas que participan del documental hayan tenido una participación activa durante la cobertura en aquel momento, puesto que genera una sensación de continuidad que es útil para el relato.
Un vistazo a una “clase alta” de la que no se sabía nada
Hoy en día es más frecuente conocer los modos de vida de distintas clases sociales incluso a nivel global, pero toda esa información supo estar oculta años atrás.
En algunos pasajes del documental, se menciona que entre otras cuestiones, la causa ponía sobre el tapete el estilo de vida de la “clase alta” en nuestro país, sobre todo con el surgimiento cada vez más prolífero de los countries.
Así podemos ver el asombro que generó en su momento el ritmo de vida en el Carmel, por ejemplo; o cómo era visto un “outsider” incluso dentro del propio country, como es el caso de Nicolás Pachelo.
Eso viene de la mano con la siempre cuestionada relación entre los “ricos e influyentes” con los organismos de poder del país, algo que llamó la atención en algunos momentos y que a día de hoy aún es un tema determinante en la causa.
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