Análisis: sálvese quien pueda en la pandemia en Neuquén
Las medidas no lograron reducir la curva de casos y tampoco disminuir el malhumor social.
Desde la provincia aseguraron que hay complicaciones para acceder a determinados insumos, reactivos y más. Foto: archivo.. (Florencia Salto)
La gestión de la pandemia del coronavirus en Neuquén atraviesa su momento más errático. Como si haber alcanzado casos diarios similares a los de Ciudad de Buenos Aires o mantener las terapias ocupadas al 99% no delatara suficiente gravedad, las desavenencias políticas añaden ahora un factor multiplicador de riesgo.
Puertas adentro de la Casa de Gobierno, irritó esta semana que la diputada del Frente de Todos, Soledad Martínez, definiera el escenario como “una crisis de autoridad sin precedentes” para Omar Gutiérrez. Lo ocurrido ayer pareciera enfilarse a confirmarlo.
La municipalidad de Neuquén, bajo la intendencia de Mariano Gaido, anticipó las nuevas medidas que regirán a partir del lunes sin esperar que sea la provincia o el propio gobierno nacional quien las defina.
Se intenta dar un mensaje de que las restricciones no sirvieron y es momento de abrir aún más. “El virus ya explotó”, filtraron ayer para justificar que solo queda responsabilidad individual y nada más para hacer.
Lo cierto es que los intendentes no hicieron ningún esfuerzo por controlar el cumplimiento de las medidas -algunos simplemente las desobedecieron- y el gobierno provincial envió a los periodistas a leer los decretos, en lugar de obligar a sus dirigentes a aplicarlos.
Si la intención fue acomodarse tras la protesta de los comerciantes, la laxitud en su aplicación terminará por revelar un doble fracaso: ni alcanzó para contener el mal humor social que generaron ni logrará desacelerar la curva de contagios. ¿Era tan inconcebible apretar los dientes, imponer un control riguroso durante dos semanas y, por lo menos, obtener un resultado?
Cada vez más, los actores políticos parecen estar decididos a mirar en chiquito. La hora de la gran epopeya nacional frente a la pandemia terminó y empezó el minuto a minuto de las miserias. Nunca, como ahora, fue tan importante nuestro propio autocuidado.
Comentarios