Maravillas del norte neuquino: así corren ríos y arroyos en el deshielo
Desembocan en el río Neuquén, que 500 km más adelante da vida a las chacras del Alto Valle a través del sistema de riego que nace en el dique Ballester. Crónica y fotos de Ricardo Kleine Samson.
El agua que corre por todos estos arroyitos en el norte neuquino se forma por el deshielo de la nieve que les cayó este invierno a todos esos cerros, aun nevados, que están por allí arriba… ¿Los ve?
Como Usted verá y queda evidenciado en estas fotos, son ríos o arroyos algo presumidos porque antes de llegar al río Neuquén, del que son su afluente, se les da por hacer vanidosas y caprichosas piruetas para regocijo de las pocas vacas, ovejas y unos pajaritos muy bonitos que andan por ahí.
Ya en el río Neuquén recorren, junto a otros que se le van sumando en todo su recorrido, unos casi 500 km para llegar a un pequeño pueblo, unos km antes de llegar a la confluencia con su otro compañero el río Limay, donde hace más de 100 años a un genio se le ocurrió hacer un dique, que se llama Ballester en honor al genio que lo construyó.
Todo para que contenga parte del agua de este río y, por una suerte de canales construidos al respecto, llegue con sus aguas hasta la ciudad de Chichinales en la provincia de Río Negro que está a unos 110 km más para allá y que sirven para regar todo un valle plantado de frutales como manzanas, duraznos, peras y ciruelas.
Algunas de las cuales van a parar, por ejemplo, a Japón y países de Europa y, entonces, uno comprende por qué estos arroyos están tan orgullosos y se les da por fanfarronear tan estridentemente.
Todas estas fotos fueron tomadas con un doble filtro de densidad neutra para darle al agua la sedosidad que tiene.
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