Sharon Olds regaló literatura en el Festival Filba
La poeta norteamericana, una de las más elogiadas del género, tomó la palabra para leer una selección de sus obras y deslumbró a todos los asistentes virtuales. Relató su historia, contó sobre su proceso creativo y conversó durante un largo rato.
Con una charla cálida y virtual, que culminó con lecturas de poemas esta noche, la poeta estadounidense Sharon Olds se refirió a su proceso creativo, habló de su infancia y consideró que “los poemas que mejor funcionan son aquellos que me permiten salir de mí misma” y permiten que “una verdad subyacente, cualquiera sea musical o moral, salga a la luz”.
En una velada atípica, frente a una pantalla, escoltada por paredes blancas y un televisor que asomaba -alejada de cualquier solemnidad literata-, Olds encuadrada frente a la camarita de su dispositivo, con su largo pelo blanco, apenas recogido por dos hebillas en la frente, compartió durante casi una hora una conversación con Inés Garland (una de sus traductoras al español) y leyó poemas de distintas etapas de su obra.
“Creo que si uno como artista intenta exprimir la propia verdad de sí mismo, va a sacar su verdad a través del lenguaje. Entonces, uno no está siendo un esclavo en ese momento. Uno está siendo si mismo”, reflexionó la poeta, aclamada por lectores y lectoras de este país y de América del Sur. luego de que sus libros comenzaran a circular gracias a las traducciones en el país de Gog & Magog.
En la charla, Olds contó sobre sus orígenes: nacida en 1942 en San Francisco (Estados Unidos), describió esa época como una “atmósfera muy tradicional, especialmente para las mujeres” y de estar mucho al “servicio de la religión y de mis padres”, algo que asoció con “la clase, el estatus social y el deseo salvaje de tener cualquier tipo de libertad de cualquier modo, ya sea bailando, escribiendo o hablando el uno al otro”.
En ese sentido, contó que trabajó en “pos de conseguir” la libertad a través de la poesía pero no sabía que lo lograría, ni que tampoco alcanzaría “el éxito”; para ella la escritura y la poesía le “generaba placer y tenía que hacerlo y quería hacerlo” porque “no quería ser la misma clase de personas que habían sido algunos de mis ancestros”.
La autora de “La materia de este mundo”, que fue traducido por la propia Garland e Ignacio Di Tullio, y “La habitación sin barrer”, contó que escribe mucho pero que también desecha muchos de esos textos.
“La autocompasión es un criterio importante para no compartir esos poemas”, confió la reconocida poeta, que agregó: “Creo que es energía, energía verbal, pero es cierto tipo de sentimiento que es muy fiel a mi propia experiencia”.
Acerca de la musicalidad que marca su obra poética, Olds señaló que “no pienso en la música para nada” sino que ella misma “es muy musical” porque “me gusta cantar, y bailar, desde niña, esos son grandes placeres para mí. No pienso realmente mucho cuando escribo, no creo que la rima me va acercar a veces hacia un término erróneo, a veces a uno fácil”.
Y sostuvo: “Los poemas que mejor funcionan son aquellos que me permiten salir de mí misma y permiten dejar que el brazo trabaje de alguna manera. Sé que eso no es realmente lo que pasa, pero no puedo estar controlando demasiado porque quiero que la verdad subyacente, cualquiera sea, musical o moral, salga a la luz”.
Ya hacia el cierre, luego de haber compartido algunas lecturas de sus poemas con un tono muy dulce y amable, Olds agradeció la compañía desde los hogares y se despidió con una hermosa lectura de “Para ti”, poema que dice: “todo el arte se creó para ti, la pintura, la escritura, eran tuyas /nuestro pequeño, nuestro precioso, para recordarnos que te protegiéramos- todo era tuyo, todo lo que queda en la tierra, con tu cuerpo, era para ti”.
“Los curanderos”, poema del libro Salto del Ciervo
Cuando dicen, ¿Hay un médico a bordo?,
que por favor se identifique, me acuerdo cuando mi
entonces marido se levantaba, y yo me convertía en
aquella que estaba a su lado. Ahora dicen
que la cosa no funciona sin igualdad.
Y después de esos primeros treinta años, yo no fui más
la que él quería tener a su lado
al pararse o al volver a su asiento
– no yo sino ella, que también se levantará,
cuando sea necesario. Ahora me los imagino,
levantándose, juntos, con sus amplias
alas de médicos, pájaros zancudos, – como cigüeñas con sus
maletines de tal–para–cual
balanceándose en sus picos. Y bueno. Fue como
tuvo que ser, él no se ponía contento cuando se necesitaban
las palabras, y yo me ponía de pie.
Con una charla cálida y virtual, que culminó con lecturas de poemas esta noche, la poeta estadounidense Sharon Olds se refirió a su proceso creativo, habló de su infancia y consideró que “los poemas que mejor funcionan son aquellos que me permiten salir de mí misma” y permiten que “una verdad subyacente, cualquiera sea musical o moral, salga a la luz”.
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