Bariloche lleva meses sin controles de alcoholemia
El área de Tránsito no cuenta todavía con un protocolo de seguridad para reiniciar los operativos. Hasta marzo pasado, cuando los operativos eran regulares, había entre 15 y 20 casos positivos por fin de semana.
A pesar de que los locales gastronómicos funcionan casi sin restricciones y las cervecerías pidieron extender su horario hasta la medianoche, el municipio tiene suspendidos desde hace meses los controles de alcoholemia y en el área de Tránsito no cuentan todavía con un protocolo de seguridad para reiniciar los operativos.
Reconocieron que la ausencia de fiscalización rápidamente es advertida y funciona como un permiso tácito para los conductores que consumen alcohol en exceso, pero también aceptaron que el uso de las pipetas y la tarea misma del control representa un riesgo y “no es un tema sencillo de resolver”.
La subsecretaria de Protección Civil, Patricia Díaz, dijo que el Centro de Operaciones de Emergencia encargado de definir las regulaciones sanitarias a nivel local recibió recién hace dos días una nota “que no es un protocolo para controles de alcoholemia” sino un pedido para que ese organismo lo elabore. Señaló que no pueden ocuparse de esa tarea, de modo que es improbable que haya una definición rápida sobre el tema.
Díaz explicó que deben realizar antes consultas sobre cómo efectúan los testeos de vía pública en otras localidades y “a nivel internacional”, además de la evaluación técnica que depende de Salud Pública.
Dijo que “es un tema complejo porque no alcanza con el uso de pipetas descartables y con tener máximo cuidado en la manipulación, ya que hay soplidos de distinta intensidad y suelen quedar microgotas dentro del aparato medidor”, que podrían exponer a un eventual contagio al siguiente usuario.
Aseguró conocer experiencias en las que se busca determinar la infracción “por la conducta errática del conductor” y se verifica con soplidos a distancia, pero no tendrían la efectividad buscada, más aun cuando la sanción por alcoholemia positiva es muy alta (incluido el retiro de la licencia) y exige un procedimiento irreprochable.
El director de Tránsito y Transporte, Carlos Catini, dijo que la falta de controles de alcoholemia “es un problema” para la ciudad porque con el actual movimiento nocturno es esperable que un cierto porcentaje de gente maneje con exceso de alcohol en sangre y represente “un riesgo para sí y para terceros”, pero es imposible de comprobar.
Aclaró también que saben por experiencia que los infractores circulan también “en pleno día”. Dijo que hasta marzo pasado, cuando los operativos eran regulares, “había no menos de 15 ó 20 positivos por fin de semana”.
Aunque Catini no lo dijo, el levantamiento de los controles también contribuyó a deteriorar las arcas municipales, que suele tener un abultado ingreso por infracciones y multas. Las sanciones por alcoholemia positiva arrancan desde los 15.000 pesos y pueden superar los 100.000 pesos.
El año pasado por multas en general (no solo conductores alcoholizados) el municipio recaudó 56,3 millones de pesos.
El funcionario a cargo de Tránsito dijo que en mayo hicieron un intento de reinstaurar los controles pero desistieron ante las dudas técnicas y la oposición de los propios trabajadores.
Dijo sin embargo que algunos casos aislados hubo, como el de una convocatoria que tuvieron hace días de la policía federal que retuvo a una persona en un control callejero “a las 5 de la tarde”, fueron a testear y comprobaron que superaba el límite de alcohol permitido.
Comentarios