UFLO, una Universidad con historia en Cipolletti

La Universidad de Flores -más conocida como la UFLO- tiene un nacimiento y un desarrollo atados a Cipolletti. Su sede se inauguró el mismo año que la de Buenos Aires por una historia en común. Quien la cuenta, justamente, es Christian Kreber, el vicerrector de la institución, que está en la ciudad aunque la administración central se encuentre a 1.200 kilómetros de distancia.

Kreber explicó que la UFLO surgió de una necesidad de un grupo de profesionales de poder formar a otros desde una perspectiva diferente. Si bien enseñaban en un instituto -en el barrio de Flores- no eran carreras de grado. Entre sus estudiantes se encontraban pares de Cipolletti, quienes se entusiasmaron con la idea y pidieron que se replique en la zona.

¿Cuál era la diferencia? Hace más de dos décadas quisieron enseñar psicología considerando a la persona en su ambiente, y no solo de forma individual. La relevancia de los aspectos psicosocial y psicoambiental se volvió, luego, punto cardinal para las carreras que se irían incorporando, como actividad física y arquitectura.

Esos criterios también fueron llevados al proceso de aprendizaje, resaltó Kreber. UFLO mantiene vínculos con Municipios de la zona de la Confluencia, con ambas provincias y hay una política institucional especialmente orientada a la apertura del “tercer sector”, o sea, a compartir espacios curriculares con distintos tipos de organizaciones sociales “para aprender en conjunto”.

El vicerrector indicó que buscan formar profesionales que puedan entender su territorio y operar sobre el mismo. Detalló que la visión de la Universidad es que durante el proceso, a cada estudiante se le brinda un kit de herramientas, pero también necesita experiencias interdisciplinares, formarse como ciudadano y desarrollar sus valores humanos.

Gracias a esta perspectiva, destacó Kreber, la institución generó una importante cercanía con la comunidad y las organizaciones comenzaron a acercarse de forma continua y con propuestas diversas.

Gracias a eso, pudieron dar un paso más y generar un programa de becas de impacto social positivo. Cada año, las organizaciones promueven a sus integrantes, de los que un comité, que conforman la Universidad y ambas provincias, selecciona a cuatro beneficiarios. El objetivo es poder fortalecer la sociedad civil.

Ahora, la virtualidad “abrió un territorio nuevo” a recorrer, concluyó Kreber.