Barril criollo: la trampa de un decreto que choca con la realidad
Desde fines de agosto dejó de aplicarse el precio sostén que generó múltiples polémicas. Mientras se debate si tendrá una reedición, la caída del precio del crudo impactará en las regalías.
El 19 de mayo pasado el gobierno nacional emitió el DNU 488/20 que reinstauró en Argentina el denominado barril criollo, un precio artificialmente más elevado que el internacional con el objetivo de proteger a la industria local de los embates globales. Hace un mes atrás ese precio sostén perdió vigencia y mientras hoy se debate si tendrá una reedición, desde la industria se graficó porqué la realidad signó el poco éxito de la medida.
A diferencia del anterior barril criollo que rigió en el país entre 2015 y 2017 en esta ocasión podría decirse que el nuevo barril criollo adoleció de consenso desde sus inicios, o como graficó un referente de la industria, “fue mal parido”.
Luego de un par de meses de debate entre las provincias, refinerías y productoras con posturas enfrentadas, el gobierno nacional emitió el decreto que terminó funcionando como un laudo. Por medio del DNU se fijó un precio más elevado que el del mercado para el crudo que se comercialice en el país.
Pero como planteó sus albores, no se puede crear demanda por decreto. Ya que ese fue el factor que distorsionó su aplicación y terminó generando aplicaciones disímiles.
El titular de una petrolera nacional explicó que “jamás pudimos vender un barril al precio del barril criollo”. Esta situación fue denunciada desde los primeros días de funcionamiento del precio sostén y según explicó bajo reserva de su nombre “nunca conseguimos un precio mayor a 42 dólares por barril”.
La realidad le pasó por encima al DNU y la falta de demanda generada por el impacto de la cuarentena obligatoria hizo que las refinerías estuvieran holgadas de crudo y algunas solo pactaran compras por precios menores al marcado por el barril criollo.
Esta desviación de la letra del DNU no pasó inadvertida para los gobiernos provinciales, en especial para el de Neuquén que en mayo y junio inició acciones administrativas en contra de 13 empresas productores por no respetar el precio del barril criollo a la hora de liquidar sus regalías.
Los reclamos iniciados por el gobierno neuquino para recuperar ese plus en sus ingresos por regalías abrieron la puerta a un proceso administrativo mucho más largo, que podría culminar en la justicia ya que las empresas que fueron intimadas por no tributar regalías a 45 dólares defienden que cumplieron con la letra de la Ley de Hidrocarburos que marca que las regalías se tributan sobre el precio de venta.
Desde algunas empresas se explicó que la trampa en la determinación del precio fue un poco más sofisticada. “Las ventas se formaban a 45 dólares pero luego las mismas refinerías aplicaban un descuento por costos administrativos que terminaba rebajando el precio de cada barril en varios dólares”, se explicó desde otra petrolera no integrada.
El debate sobre el precio quedó sin efecto el pasado 30 de agosto, cuando tras 10 días consecutivos en los que el Brent superó los 45 dólares el valor nacional se desactivó.
En números
- 39
- dólares por barril ofrecen algunas refinerías para las entregas a realizarse en este mes.
Desde entonces las ventas comenzaron a pactarse a valores de mercados, que en la práctica son de export parity, es decir, que las refinerías ofrecen pagar a las productoras el mismo valor que estas conseguirían si exportaran su petróleo.
Este cambio llevó a que el valor promedio del barril vendido en el país descendiera de los 45 dólares del precio sostén y los 42 que algunas refinerías abonaban con los descuentos, a 41 ó 40 dólares en las primeras semanas de este mes. En tanto que también se detalló que hay operaciones abiertas para proveer crudo a 39 dólares para el mes que viene.
Las provincias esperan una nueva caída en las regalías
La desactivación del barril criollo y la falta de una definición pronta por parte del gobierno nacional llevaron a que durante septiembre no rigiera el precio sostén, un cambio que generará un impacto negativo en las regalías que perciben las provincias productoras.
En el caso de Neuquén, la principal jurisdicción productora de petróleo del país, la eliminación durante el mes pasado del barril criollo marcará una caída en las regalías cercana a los 150 millones de pesos.
En este cálculo, que se conocerá a ciencia cierta el próximo jueves 15 cuando las empresas productoras hagan sus liquidaciones, inciden varios factores.
El dato
- 41
- dólares es el valor que esta semana se pautó para las ventas de petróleo.
Por un lado se encuentra la producción: una mayor producción podría mitigar el impacto que genera la baja del precio del barril que, en un escenario normal para Neuquén, implica que por cada dólar que desciende el petróleo dejan de ingresar a las arcas provinciales unos 38 millones de pesos.
Otro factor que afecta el cálculo es el nivel de exportaciones, dado que esos volúmenes no tributaron nunca el valor del barril criollo sino que lo hacen al precio real de las ventas.
Desde las productoras independientes apoyan un nuevo barril criollo que les permita planificar sus trabajos.
Ante un escenario de profunda crisis macroeconómica y con las urgencias que la emergencia sanitaria imprime, los gobiernos provinciales vienen reclamando a Nación la reedición del barril criollo.
La herramienta, con todas las polémicas que abrió, fue la clave para que las provincias pudieran recomponer sus ingresos en especial en los meses en los que la producción aún era baja por la falta de demanda nacional y la poca apertura del crudo local en el mercado exportador.
Nuevos condimentos en la polémica
Pero nuevamente el debate por el destino del barril criollo vuelve a encontrar al sector en posiciones enfrentadas. Desde las refinerías se sostiene que los precios de surtidor no permiten mantener un barril criollo a 45 dólares, en especial por el impacto que la disparada del dólar está teniendo en sus ingresos en pesos.
Un debate en el que la actualización de los impuestos a los combustibles que entrará en vigencia el próximo viernes 16 también forma parte y por el cual desde algunas refinerías se reclamó a Nación dejar sin efecto el precio sostén si no quieren que haya una nueva suba en los surtidores.
Desde las provincias, en tanto, no sólo se reclama que el precio sostén se mantenga en 45 dólares, sino que incluso hay voces que han planteado que sería oportuno elevar ese valor de base.
Las petroleras independientes
Pero a su vez, desde algunas productoras no integradas se planteó una tercera opción que es la aplicación de un precio sostén hasta fin de año pero un poco menor, en el orden de los 40 a 42 dólares.
Según explicaron desde estas firmas “tener un precio ya fijado, que se respete, nos daría previsibilidad para poder planificar inversiones, porque hoy, con un barril criollo que no se respetó o con el precio de mercado de hoy, estamos sujetos a los fuertes cambios internacional que se están dando que hacen muy difícil poder prever qué ingresos tendremos y por ende qué planes podemos desarrollar”.
Mientras el debate abierto podría nuevamente llevar a un laudo de Nación, desde los diversos actores de la industria consultados se advirtió que “en la práctica el barril criollo sirvió para poco más que generar regalías para las provincias, porque la demanda sigue deprimida y si bien hoy vemos una posibilidad en las exportaciones que antes no estaba, lo concreto es que en los tres meses que rigió no sirvió para el objetivo de base que tenía que era mantener la producción y los puestos de empleo porque de poco sirve si seguimos sin demanda”.
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