Despacho a la ley que crea un protocolo para el «último adiós» en Neuquén
Permitirá acompañamiento de las personas que estén internadas graves, sea con cuadros de covid-19 u otra patología.
Los diputados de la comisión de Desarrollo Humano dieron despacho unánime hoy para crear una ley que garantice un protocolo humanizado para el «último adiós» en Neuquén, mientras dure la pandemia del coronavirus.
Se trata de un proyecto para que las personas que estén internadas con cuadros graves o irreversibles puedan tener acompañamiento de sus familias bajo medidas de seguridad y según lo permita el contexto epidemiológico.
El despacho que aprobaron hoy unifica los proyectos presentados por los bloques de la Democracia Cristiana y Juntos por el Cambio. Todos surgieron a partir del caso de Solange Musse, la joven de Córdoba que murió sin que a su papá, vecino de Plottier, le permitieran ingresar a esa provincia para acompañarla en sus últimos días.
En el debate de hoy, los diputados escucharon a dos integrantes de la dirección de Bioética del ministerio de Salud de Neuquén, quienes expusieron la guía que se elaboró desde ese área para recomendar cómo hacer el acompañamiento en los centros de salud.
Ese documento establece recomendaciones según criterios sobre el estado infectológico del paciente (covid-19 sospechoso, positivo o negativo), la gravedad de su situación clínica, la situación epidemiológica de la localidad de procedencia del acompañante y de la ciudad donde esté el centro de salud (con o sin circulación comunitaria).
De acuerdo a estas consideraciones, se prioriza el acompañamiento telemático o presencial.
Las profesionales explicaron que esa guía se elaboró porque debe haber una «proporcionalidad» entre las medidas sociales para proteger la salud de la población como es el aislamiento y las que se toman para acompañar a los pacientes.
Si bien advirtieron que trabajar una ley podría generar una «redundancia» sobre el protocolo ya existente en el ministerio de Salud, los diputados insistieron en que es importante para que «la sociedad se entere de qué herramientas tiene».
«Hay una dicotomía entre los protocolos y lo que está pasando», señaló el diputado Carlos Coggiola (Democracia Cristiana), quien dio dos ejemplos de personas a quienes no se les permitió ver a sus familiares en Plottier y Zapala. Dijo que «hay falta de articulación entre otros organismos del Estado que hacen a la asistencia en la última etapa de la vida como los agentes de tránsito, las municipalidades, la policía y los propios actores del servicio de salud».
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También Karina Montecinos (Juntos por el Cambio) evaluó que la ley servirá para acercar el protocolo a la sociedad. «Si un protocolo está a disposición y genera esta posibilidad a las familias, debe ser algo que puedan reclamar no solo en los centros públicos sino también en los privados», planteó.
El proyecto de ley tiene por objeto garantizar el acompañamiento y la asistencia humanizada de las personas que según valoración clínica se encuentren en el final de sus vidas, o que hayan fallecido como consecuencia de covid-19 u otra enfermedad terminal, en el contexto de pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No solo habilita el acompañamiento afectivo de personas internadas, sea de manera presencial o a través de dispositivos, sino que también indica a las jurisdicciones que deben generar permisos para que los familiares puedan trasladarse a otras ciudades. También ordena a las municipalidades que garanticen la realización de las ceremonias y los ritos fúnebres «con las restricciones estrictamente necesarias y proporcionales para garantizar el distanciamiento social».
El presidente de la comisión, Javier Rivero (MPN) analizó que la ley «es redundante pero ayuda a que ese documento llegue a donde tiene que llegar». El legislador apuró un despacho hoy al considerar que «no podemos seguir estirando un proyecto que necesita la sociedad».
El proyecto aún debe pasar por las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto, el próximo martes, antes de llegar al recinto y convertirse en ley.
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