Triple crimen en Pomona: así fue el enfrentamiento
Las tres víctimas fueron sepultadas ayer en Lamarque y Choele. Fiscalía tiene avanzada la investigación en la que dos bandos se disputan un campo.
Las tres víctimas del sangriento enfrentamiento por la posesión de un campo en Pomona fueron sepultadas ayer.
Los velaron en Lamarque y Choele, mientras la fiscalía avanzó en la secuencia de cómo sucedieron los hechos que se desataron el sábado al mediodía.
Un pastor que fue a realizar “una cura” del campo y asesoraba a uno de los bandos enfrentados cayó bajo las balas y puñaladas. Varios testimonios aportados a la justicia le atribuyen un rol importante, ya que desde su FM instalada en Choele, ejercía fuerte influencia.
Los restos de Lorenzo Lencina y Sergio Zura, enfrentados en el hecho, fueron velados y sepultados en el cementerio de Lamarque. Los del pastor Rodrigo Quevedo en el de Choele.
De acuerdo a la investigación de la Fiscalía , así se encadenaron las acciones. En el campo Loma Blanca, cercano al Parque Eólico de Pomona, se disponían para el almuerzo Lorenzo Lencina, José Lencina y Rodrigo Quevedo, acompañados de cinco trabajadores changarines.
Hasta la tranquera cerrada con cadenas y candado llegaron en una Ford Ranger y en un Volkswagen Fox, Roberto Cabazin, Oscar Zura (padre) y sus hijos Darío y Sergio Zura, Marisa Inés Reyes Frank y Carlos Urzagasti.
Saltaron la tranquera y fueron hasta la casa para reclamar la posesión del campo, que Cabazin alegaba tener en custodia y los Lencina con un permiso precario de Tierras, de lo que habrían sido notificados Cabazin y los Zura en la misma mañana del sábado por la comisaría de Pomona.
Según los testimonios recogidos, Oscar Zura irrumpió en la casa blandiendo un arma blanca. José Lencina lo observó portando una pistola (una 9mm que fue secuestrada en el lugar).
Zura (padre) habría increpado a Rodrigo Quevedo, acusándolo de ser el responsable “de todo el quilombo” y de que se había hecho pasar por un funcionario de Tierras. Sin mediar palabras, le dio una puñalada que ingresó por la axila izquierda. Luego se desató una batahola dentro de la casa.
Lorenzo Lencina se posicionó en la puerta de ingreso con un revolver 32 mm. y mató de un disparó en la cabeza a Sergio Zura.
Oscar Zura reaccionó contra Lencina y le aplicó dos puntazos en la espalda. Le sacó el revólver y le disparó en la cabeza.
En la misma revuelta, José Lencina forcejó con Oscar Zura. Gustavo Zura y Carlos Urzagasti lo retiran de la casa y una vez afuera siguen golpeando (a Lencina) y lo dejan maniatado, mientras que la única mujer filmó con su celular parte de los hechos.
Rodrigo Quevedo, aún vivo, intentó llegar hasta una de las habitaciones y fue interceptado por Oscar Zura, quien lo remató con dos tiros en el rostro.
En un Ford K (propiedad de Quevedo), que fue conducido por Jorge Luis Patiño (uno de los changarines), trasladaron por exigencia de Zura padre, a su hijo malherido Sergio, hasta la tranquera del campo. Allí hicieron el trasbordo al Volkswagen Fox de Roberto Cabazin (quien no habría participado de los hechos) y lo trasladaron al hospital de Lamarque.
Operativo cerrojo y distintos cargos
La policía, tras un cerrojo cerca de la usina Céspedes, atraparon a quienes intentaban huir del campo.
Fiscalía formuló cargos a cinco involucrados: Oscar Alfredo Zura, Gustavo Darío Zura, Carlos Humberto, Urzagasti, Marisa Inés Reyes Frank y Roberto Cabazin.
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