Nación proyecta un gasoducto “AF – CFK” para Vaca Muerta
La iniciativa forma parte del Plan Quinquenal de la secretaría de Energía y sería la alternativa a la línea que el anterior gobierno intentó licitar. La propuesta plantea llevar el fluido a Brasil pero está desaconsejada por los estudios incorporados.
A pocos días de que el subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, Juan José Carbajales, anunciara que desde el gobierno nacional se le bajó el pulgar al gasoducto a Vaca Muerta, el borrador del nuevo Plan Quinquenal de Energía de la Nación propone reemplazar esa obra por un gasoducto que llegue a Brasil bajo el nombre de Gasoducto Federal Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner (AF – CFK).
La nueva propuesta forma parte del Plan Quinquenal elaborado por la secretaría de Energía que conduce Sergio Lanziani y que contempla tres ejes nodales: la ampliación de las redes de transporte eléctrico, la construcción de la cuarta central nuclear del país y el nuevo gasoducto.
El plan no contempla iniciativas que han sido anunciadas como el nuevo Plan Gas 4, ni tampoco la nueva ley Federal de Hidrocarburos que fue anunciada por el presidente Alberto Fernández en su discurso de apertura del Congreso.
Hace dos semanas Carbajales explicó que la licitación del gasoducto que una Tratayen con Saliquelló y desde allí con San Nicolás se encuentra suspendida indefinidamente, dado que advirtió que “faltaban estudios básicos de viabilidad”.
En el nuevo Plan Quinquenal, el Gasoducto Federal AF – CFK es señalado como una alternativa superadora a esa licitación que se había lanzado a mediados del año pasado. Sin embargo entre los documentos que fundamentan la obra se da cuenta de que desde la consultora Gas Energy se desaconsejó su realización advirtiendo que, en el tiempo que tome hacer la obra, el gas argentino perdería la oportunidad de precios que hoy tendría.
Pero además, el Plan Quinquenal parte de una serie de proyecciones sobre la producción de gas y petróleo del país que no coinciden con el actual escenario del sector.
El documento de 186 páginas señala que la producción de gas y de petróleo están en crecimiento, algo que no es real, en el caso del crudo por el impacto de la pandemia y en el del gas por la falta de inversiones desde hace casi un año.
Puntualmente el texto señala para este año en el caso del crudo una producción cercana a los 550.000 barriles cuando de momento es de 483.000 y antes de la pandemia era de 529.000. Y proyecta un alza anual del 1,7% que es clave para la obra del gasoducto dado que se destaca un alto aporte de gas asociado al crudo.
En tanto que en el caso del gas se señala que la producción para este 2020 es de 150 millones de metros cúbicos pero en junio se alcanzaron solo 126,02 millones de metros cúbicos y proyecta llegar a los 176 millones de metros cúbicos por día para el 2023 con un crecimiento interanual del 2,5%.
La mayor producción de gas es la clave para definir la realización o no de un gasoducto multimillonario. Y si bien el documento de Nación advierte que desde 2019 los gasoductos que unen Neuquén con Buenos Aires están saturados, esta semana se supo que a raíz de la caída en la producción el nuevo gasoducto del Norte de Vaca Muerta que realizó TGS transporta apenas 4 millones de metros cúbicos cuando tiene una capacidad de 30.
¿Cómo es el nuevo proyecto?
La propuesta de la nueva traza del gasoducto a Vaca Muerta contempla partir también desde Tratayen para llegar en una primera etapa a San Jerónimo, en Santa Fe.
Este primer tramo recorrería 980 kilómetros, tendría una capacidad de transporte de 40 millones de metros cúbicos y costaría 1.900 millones de dólares. El segundo tramo iría hasta Uruguaiana, recorriendo 450 kilómetros con un ducto de 30 millones de metros cúbicos y un costo de 1860 millones de dólares.
El tercer tramo se adentraría en terreno brasileño y llegaría hasta Porto Alegre. Esta traza de 625 kilómetros demandaría una inversión de 1.190 millones de dólares.
En números
- 3.760
- millones de dólares es el costo de los dos primeros tramos de la obra, mucho más que lo que preveía la línea trazada por la anterior gestión.
En total el nuevo gasoducto tendría un costo de 3.760 millones de dólares en su tramo dentro del país, unos 1.760 millones de dólares más que el proyecto a San Nicolás. En tanto que con la traza a Brasil se necesitan en total 4.950 millones de dólares.
La línea tendría además una mayor capacidad de transporte aunque la misma se lograría con sistemas de comprensión que estaban previstos como ampliaciones en el viejo proyecto y que llevaban el ducto a la misma capacidad.
Pero sin dudas son dos los factores que más se destacan. El primero es el alto costo del tramo inicial que vale prácticamente lo mismo que todo el viejo proyecto.
El segundo factor clave son las objeciones que en el mismo Plan Quinquenal se incorporan sobre la no conveniencia de realizar un enorme gasoducto para llevar gas a Brasil en un escenario en el que no solo el gas natural licuado (GNL) bajó enormemente su precio y quita de competencia al gas natural nacional, sino que además Brasil está desarrollando fuertemente sus recursos de Pre Salt y en un par de años tendría un salto en su propia producción de gas.
El borrador del Plan Quinquenal circuló en los últimos días en coincidencia con los rumores en torno no sólo al alejamiento de Lanziani del gobierno sino también sobre quién podría reemplazarlo al frente de la cartera energética.
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