Alertan sobre un ingenioso «cuento del tío»

Ofrecen a la venta

NEUQUEN (AN).- Desde hace años, una banda de estafadores con base de operaciones en el barrio Valentina Sur viene engañando a potenciales interesados en adquirir electrodomésticos. Pese a numerosos allanamientos, nunca pudieron detenerlos. Sólo la semana pasada damnificaron a cuatro personas, por más de 2.000 pesos en total.

No utilizan armas ni intimidaciones físicas, sino un poco de ingenio, y se aprovechan a fondo de la ingenuidad de sus víctimas, que se distraen ante la oportunidad de hacer un buen negocio sin advertir los riesgos.

Fuentes del departamento Delitos Económicos de la Policía explicaron en detalle cómo se realiza el engaño, y pidieron a la gente que sea cuidadosa para no caer en el ardid.

La maniobra comienza cuando uno de los miembros de la banda hace saber a la futura víctima que tiene en venta, a precio irresistible, algunos electrodomésticos. En general se trata de un televisor de 29 pulgadas y un DVD, puede ser también un equipo de música, un freezer, un acondicionador de aire. El contacto se hace en la calle, o mediante un cartelito dejado en algún comercio. Antes ponían avisos en los diarios con un teléfono celular, modalidad que han abandonado.

El vendedor dice que tiene los aparatos en su casa, en Valentina Sur, y allá van con el interesado. Solícito, le exhibe el televisor, el DVD, o lo que sea que está en oferta, le explica que los vende porque se muda a otra ciudad, porque perdió el trabajo, u otro motivo similar.

El cliente puede ver los elementos, comprueba que funcionan correctamente, y se entusiasma. Así que llega el momento de pagar, y entrega el dinero convenido. Rara vez son menos de 500 pesos.

Cuando el vendedor tiene la plata en su poder, le dice a su víctima: «andá arrimando el auto, yo te ayudo a cargar todo». Apenas el comprador sale de la vivienda, escucha que la puerta se cierra con llave a sus espaldas. Y serán inútiles sus llamados, sean en buen o mal tono, para que le abran.

Desde adentro no lo atienden, pero en eso aparecen dos o más hombres que vienen caminando por la calle. Con cara de pocos amigos, preguntan: «¿Qué buscás en mi casa?».

La víctima trata de explicarles que acaba de comprar un televisor y un DVD, pero los sujetos le explican que eso es imposible. «Yo vivo acá, y en este momento en mi casa no hay nadie», dice uno de ellos. Obviamente son cómplices del estafador, pero lo niegan categóricamente.

Si el damnificado insiste, el «dueño de casa» saca unas llaves, abre la puerta y lo invita a pasar para que lo compruebe con sus propios ojos. En ese momento la pesadilla se materializa: el living de la vivienda ya es otro, del TV 29 pulgadas y el DVD no hay rastros, y el único aparato a la vista es un viejo televisor blanco y negro de 14 pulgadas.

La víctima no tiene más opción que, entre lamentos, ir a la comisaría a denunciar e hecho. Cuando los policías van a allanar la vivienda, el dueño les dice que el denunciante está equivocado, que jamás lo vio antes en su vida, y que allí no se compra ni vende nada.

El estafador nunca vuelve a aparecer, salvo cuando atrae a otro interesado en un tevé y un DVD a precio irresistible.

 

 

 

Nota asociada: Los «secuestradores truchos» de mascotas  

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