Fútbol argentino, mercado y pandemia
El deporte quedará herido como cualquier rubro después de la cuarentena que se impuso para combatir la pandemia. Particularmente, el fútbol sufrirá cambios en todas sus categorías, con Primera División como exponente más notable. Además de un posible éxodo masivo, lo más probable es que los jugadores que partan sean varios de los mejores.
La industria del fútbol argentino tiene una dinámica de venta similar a la de su economía agroexportadora: se produce materia prima y afuera la consumen o manufacturan.
Cada vez se van a edades más tempranas y los jugadores emigran con dos objetivos, que a veces van juntos y otras por separado: crecer desde lo futbolístico y lo económico. A esta forma de intervenir en el mercado se le suma un contexto inédito, en el que Argentina deberá trabajar y mucho para salir de la crisis que implica un parate prolongado.
Estos tiempos suponen un terreno aún más fértil para esas ventas. Venía ocurriendo con la MLS de Estados Unidos o el fútbol chino, pero la necesidad de recaudar que tendrán los clubes para seguir funcionando, aumenta la posibilidad de que los jugadores se vayan en masa.
A la pandemia y el parate, en Argentina se suma lo difícil que ya era mantener un club antes de marzo. La competencia con ligas en las cuales se paga en dólares recrudece. A nivel mundial la situación también decayó, pero el hecho de que la mayoría de los ofrecimientos sean en monedas extranjeras pone a casi cualquier torneo por encima del nuestro.
La partida de jugadores argentinos a otros puntos del planeta en busca de un mejor pasar que les de estabilidad a ellos y a su familia no es algo nuevo. Pero tras la pandemia, es muy probable que se lleven más futbolistas nacionales a un precio en el que antes no hubiesen podido comprar.
Se viene un fútbol argentino más austero y en ese camino no son pocos los que buscarán nuevos destinos donde se pague en dólares. Esto impactará en lo deportivo y es muy probable que el nivel se vea afectado.
Casos testigo
Juanfer Quintero Anotó uno de los goles más importantes de la historia de River contra Boca en Madrid. Tras la salida del Pity Martínez, Gallardo lo eligió para ser el 10 del equipo, pero entre su lesión y la necesidad que tiene el Millo de vender, la oferta de Qatar de 10 millones de dólares sería aceptada por la dirigencia. Por contrato, la cláusula es de 30 millones.
El caso de Adolfo Gaich es uno de los más significativos. Antes del coronavirus, Brujas de Bélgica estaba dispuesto a pagar casi 20 millones de dólares, y su pase al CSKA podría hacerse en 12, de los cuales a San Lorenzo apenas le quedarían 8. La negociación está trabada porque todavía los agentes del jugador no se ponen de acuerdo con los rusos en el monto del contrato.
El delantero disputó apenas 27 cotejos con la camiseta del Ciclón, marcando 8 goles. Pero Gaich tiene un plus: sus buenos rendimientos con la Albiceleste en la sub-20 y sub-23 lo proyectan para la selección mayor.
Otros futbolistas cuya proyección fue similar a la que hoy tiene Adolfo, saltaron desde Argentina a las principales ligas de Europa: desde Crespo, pasando por Javier Saviola, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín o Lautaro Martínez.
Que Gaich sea posiblemente vendido a Rusia, una liga de menor nivel, también tiene que ver con el contexto actual.
El antídoto de los clubes de primera
La ecuación perjudica el potencial deportivo de la competencia. Es que los mejores siguen emigrando y los clubes que hacen la diferencia son aquellos donde, además de una idea de juego o un técnico que los seduzca, los jugadores tienen sentido de pertenencia.
Marcelo Gallardo, con su filosofía, poder de convencimiento y proyecto, ha ido sumando e incorporando jugadores para mantenerse en alto nivel desde hace seis años.
Luciano Lollo, Carlos Auzqui, Iván Rossi, Joaquín Arzura, Jorge Moreira y los jóvenes Zacarías Morán Correa, Matías Moya y Alan Marcel Picazzo serían parte del ‘‘ajuste’’ de D’onofrio, teniendo en cuenta que para Gallardo no son prioridad. Cabe recordar que Moya es oriundo de Centenario y podría seguir su carrera en otro club.
Boca, con otros matices, tiene en Juan Román Riquelme a su estratega dirigencial. Fue él quien llevó a Miguel Ángel Russo para ser líder del flamante campeón de la Superliga y quien destrabó la negociación con Carlos Tevez para que el 10 siga en el club.
Newell’s cuenta con otro regreso de Ignacio Scocco, Central intentará armar un plantel competitivo de la mano de su nuevo DT Kily González y también dar su golpe de efecto.
Pero todos los casos, incluso los de los clubes grandes, son aislados y distintos entre sí. Las instituciones se las rebuscan para mantener lo que tenían o no perder tanto capital futbolístico condicionados por un entorno económico muy desfavorable.
Qatar, dólares y el Mundial
El hecho de que el próximo mundial se dispute en un país donde el fútbol está lejos de tener la repercusión de la que goza en otros puntos del planeta, precisa que la liga local se fortalezca de cara a la máxima cita. Es por eso que en Qatar han ido incorporando algunas figuras de renombre internacional para generar, de a poco, mayor repercusión y mejorar el nivel de competencia en el país asiático.
En este aspecto, los petrodólares cumplen una función esencial, la misma que llevó a Qatar a ser sede de un Mundial cuando no tiene historia en el mapa de la disciplina. Es decir: FIFA va donde hay dinero, y esta no es la excepción.
La liga data de 1963, pero recién se hizo profesional en la década del 2000, cuando comenzó a implementarse el sistema de ascensos y descensos. En ese tramo, llegaron jugadores como Gabriel Batistuta o Joseph Guardiola.
Otros que jugaron allí: Sonny Anderson, Marcel Desailly, Frank de Boer, Ronald de Boer, Mario Basler, Stefan Effenberg, Fernando Hierro, Romário, Frank Leboeuf, Christophe Dugarry, Claudio Caniggia, Taribo West, Juninho Pernambucano, Zé Roberto, Raúl González, Xavi, Samuel Eto’o, Wesley Sneijder, Mehdi Benatia y Mario Mandzukic.
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