Un consultorio odontológico inclusivo en Allen para desterrar la discriminación
Estudiantes, docentes y no docentes de odontología de la UNRN brindan atención en salud bucal a integrantes de la comunidad LGBTQI+ de la región de quienes reciben capacitación en género. El principal obstáculo para el acceso es el agente de salud.
“Sabemos de las barreras que dificultan el acceso a la atención odontológica como la económica y la geográfica. Pero a las personas trans se les suma otra barrera: la falta de manejo en el trato con el paciente. Hay muchas situaciones que intervienen y hacen que el paciente no concurra a la consulta y por eso su expectativa de vida es muy baja. Todo eso nos interpela como trabajadores de la salud y por eso decidimos empezar con este consultorio inclusivo”, explicó la odontóloga y docente Mónica Zachin. Junto a su colega Pedro Muzevic, dirigen en forma conjunta el Consultorio Odontológico Inclusivo de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) para todo el Alto Valle que funciona en Allen.
El consultorio es un proyecto de extensión de la carrera de Odontología de la universidad rionegrina y está destinado a toda la comunidad LGBTQI+, desde Plottier a Villa Regina. Junto a la atención odontológica a pacientes de la Línea Sur forma parte de un amplio programa de extensión universitaria.
Como su nombre lo señala, “Transformar la salud bucal, transformándonos” tiene un objetivo doble. Por un lado, busca atender la salud bucal de las identidades diversas de la región y, por el otro, formar en perspectiva de género a docentes y estudiantes de la carrera para que la atención no discriminatoria, respetuosa, empática, inclusiva y de calidad sea una realidad y no una mera expresión de deseo.
Al respecto, Pedro Muzevic coincidió en que lo que más frena el acceso es el agente de salud. “Puede haber obstáculos en la sala de espera por las miradas pero ‘medio como que ya estamos acostumbradas a eso’, dicen. Pero el trato que reciben de la mayoría -no de todos- es discriminatorio, distante y a veces terminan no atendiéndolas. Por eso le damos importancia a la formación, tenemos que aprender. El principal obstáculo somos los profesionales de la salud”, planteó.
En general, las identidades diversas tienen muy poca experiencia con el consultorio odontológico porque «prefieren ir a la farmacia a comprarse un remedio para no tener que pasar por lo que implica anotarse” o porque «las tratan como varones siendo que son chicas”. “Hay una cantidad de situaciones que aíslan a las pacientes de las consultas. Por más que vos tengas un super consultorio con profesionales dispuestos a atender, materiales y todo, hay una barrera que las aleja”, describió Zanchin.
El objetivo del proyecto es “resolver la situación de salud bucal de la población trans pero también que los y las estudiantes puedan naturalizar la atención de las personas del colectivo LGBTQI+, que sea exactamente lo mismo atender a una persona heterosexual, que a una persona lesbiana o una persona trans. Eso es lo que intentamos hacer con los talleres y la formación, explicó Zanchin.
Participan en forma voluntaria más de 60 estudiantes, ocho docentes y dos no docentes. La atención de pacientes se planificó con la misma dinámica que una cursada: dos estudiantes por sillón van atendiendo la consulta mientras que docentes controlan y van sacando las dudas que surgen.
En la primera jornada, los 20 estudiantes convocados para ese día recibieron 10 personas de General Roca, Allen y Plottier. Les confeccionaron su historia clínica con índices de caries, higiene y determinación del riesgo cariogénico; les brindaron asesoramiento dietético, enseñanza de higiene y un cepillo dental. Además, a cada paciente se le realizó una radiografía panorámica como complemento de diagnóstico.
El patrón común que pudieron detectar es que muchos no habían ido nunca al odontólogo en la vida o habían ido muy poco. “Toda la situación de las personas trans es muy compleja, muchas se han criado solas, las han echado de sus casas, no pudieron completar la escuela, no tienen cobertura social ni acceso a un trabajo formal”, caracterizó Zanchin.
El proyecto comenzó a delinearse a fines del 2019, la convocatoria despertó gran interés entre los estudiantes. Se realizó un taller previo de capacitación en género y arrancó formalmente en febrero de este año. Funciona un día al mes durante cuatro horas en el hospital escuela de Allen aunque actualmente la atención está suspendida por las medidas de aislamiento dispuestas en el marco de la pandemia.
La atención concreta en salud bucal va de la mano del otro eje fundamental que es la formación en género de los estudiantes, docentes y no docentes. Esto sí es condición indispensable para ser parte. La instancia de capacitación está a cargo de las mismas destinarias integrantes de la comunidad LGBTQI+.
En estos tres meses, avanzaron en la capacitación en género, con un ciclo de charlas en forma virtual que contó con el aporte del departamento de Género y Diversidad del municipio de Allen y fue declarado de interés por el Deliberante de esa localidad.
“Nos gusta que las personas de la comunidad sean las disertantes, las que nos hablan y nosotros ponernos en ese lugar de escuchar al paciente, comentó Zanchin, “esto nunca nos pasó con ninguna otra comunidad. Acá nos sentamos a escuchar qué nos dicen ellas, a aprender en un ida y vuelta”. Y de allí la identidad y relevancia de este proyecto: docentes, estudiantes e identidades diversas en un mismo proceso, transformando y transformándose.
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«El trato no digno, las miradas, el desprecio»
“Mi nombre es Luciana Brizuela, tengo 28 años, vivo en Allen desde que tengo uso de razón, convivo con mamá nos tenemos un amor increíble y milito para las compañeras más caídas”, así se presentó esta integrante de Asociación Diversa de Allen (ADA) que participó de la admisión de las pacientes que llegaron al consultorio.
Consideró que la iniciativa de inclusión en salud bucal es “un gran logro para la comunidad trans que no tiene acceso a una obra social por no poder tener un trabajo registrado. De ahí surge el interés de Pedro y Mónica de por qué la comunidad trans no accede a la salud bucal. Por experiencia propia, es por el trato no digno, las miradas y el desprecio que siguen latentes en la sociedad”.
Cuando Luciana fue contactada por los docentes para la capacitación, en la charla previa les propuso recibir a los pacientes el día de la consulta. A ellos no se les había ocurrido previamente y reconocieron que fue un gesto inteligente de parte de ella porque permitió superar una barrera inicial. “Está bueno que las personas que venían a atenderse al consultorio se encontraran con una compañera de lucha y no tuvieran miedo o vergüenza”, contó.
“La salud a nivel general es muy mala, más si se trata de mujeres trans. La ley 26743 de Identidad de Género en su artículo 11 hace mención a que todo centro de salud sea público, privado o de obras sociales, debe hacerse cargo de la readecuación de género en caso de que una persona no se sienta a gusto con el género asignado al nacer. Esto actualmente no se cumple”, apuntó.
Para ella, el eje de la inclusión pasa por la empatía y el respeto con el que los profesionales deben tratar a la mujer trans. “Sería genial que se siga fomentando el tema de lo distinto y lo diverso para que todes vivamos en una sociedad mucho más igualitaria y justa, en contexto de derechos, pero aún falta un largo recorrido por alcanzar”, recalcó.
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Estudiantes que buscan información y formación en género
En total hay 65 estudiantes de distintos niveles de la carrera que participan del proyecto. La mayoría integró otra importante actividad de extensión de la facultad de Odontología de la UNRN como lo es la atención a parajes de la Línea Sur. Consideran que el plan de estudios de la carrera tiene una fuerte orientación social, con prácticas sociales curriculares por cuatrimestre, y que el proyecto vino a cubrir una necesidad de información y de formación en perspectiva de género que, hasta ahora, no habían tenido en la carrera.
Ximena Rodríguez es de Los Menucos, cursa el 2° año y estuvo en la admisión de pacientes junto con Luciana Brizuela. “Me abrió mucho la cabeza, aprendí muchísimo, el trabajo de extensión en general es hermoso», contó.
“Después de 8 años que existe le ley de Identidad de Género sigo sin comprender cómo siguen existiendo estas inequidades. Me quise capacitar sobre perspectiva de género para entender por las cosas que habían pasado y lo que siguen viviendo”, dijo Noelia Marzialetti, de Allen, del último ciclo.
“Estaría bueno que no sólo los futuros profesionales reflexionemos sobre esto sino también la comunidad para poder tratarlos/as de la manera que merecen, un trato digno como todas las personas. La atención en salud debe ser justa para todos y todas sin marginación ni discriminación», agregó.
Otro de los integrantes, Ian Lochbaum, planteó: “tenemos que ser parte fundamental para poder ver a los pacientes no sólo físicamente sino como un individuo dotado de experiencias y emociones, y que todo eso tiene que ser parte de cualquier tipo de tratamiento que hagamos para mejorar su salud”.
Cursando el 3° año de la carrera, Macarena Maisler Rubilar, de General Roca, señaló que una de sus expectativas era poder capacitarse para “ofrecer un espacio a las personas del colectivo LGBTIQ donde se sintieran cómodos y confiados, donde ninguno de sus derechos se vulnera y donde puedan recibir la atención odontológica de calidad que necesitan”.
Para Alejandra Antual, estudiante del último año de la carrera y oriunda de Piedra del Águila, integrar el grupo es una “oportunidad de informarse”. A futuro espera que se genere un cambio “que impacte en la sociedad y que toda persona pueda acceder a la atención de su salud sin limitaciones”. “Somos la generación del cambio, ojalá a futuro construyamos una sociedad más inclusiva”, convocó.
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