Nueve años de prisión por un crimen pasional

El acusado actuó cegado por los celos: golpeó al amante de su mujer, lo asfixió con una bolsa y arrojó el cuerpo al basural

NEUQUEN (AN)- Lorenzo Tralma, un hombre que mató cegado por los celos, fue condenado ayer a 9 años de prisión. Ahora su esposa, que espera un hijo suyo y dividía su amor entre dos hombres, se quedó sola.

La muerte primero y el fallo después deshicieron un singular triángulo amoroso que tenía por escenario el barrio Independencia de Neuquén. Tralma, analfabeto de 28 años, escuchó en silencio la sentencia que podría haber sido a prisión perpetua, porque los jueces opinaron que estuvo muy cerca de incurrir en los agravantes de alevosía y ensañamiento. Es que después de golpear a su oponente lo asfixió colocándole una bolsa de nylon en la cabeza.

El imputado había tratado de demostrar que se había defendido de una agresión, y que no sabía que su oponente estaba vivo cuando le puso la bolsa.

Tal como informó «Río Negro» cuando se realizó el juicio oral, Tralma está casado con Ana María López, quien aseguró que «amaba» a su marido y esperaba un hijo suyo. Sin embargo, también «quería» a Florencio Quiroga (30 años).

La tarde del 22 de octubre del año pasado, Quiroga fue a la casa Tralma y protagonizaron una discusión que terminó a las trompadas.

El motivo: la alternancia de la mujer con uno y otro se había vuelto intolerable para los hombres.

Quiroga cayó, y según el imputado «vi que no se levantaba y me puse nervioso. Después lo toqué y estaba frío, creí que estaba muerto».

Entonces le colocó la bolsa de nylon en la cabeza, lo ató de pies y manos, lo metió dentro de una bolsa más grande que completó con residuos y llamó al chofer de un taxi flet, José Raúl Roldán.

Entre ambos cargaron el bulto y lo llevaron hasta el basural que está entre Toma Esfuerzo y el hipódromo, y allí lo arrojaron. Pero un vecino que vio la escena sospechó que algo andaba mal y avisó a la policía. Así se descubrió el crimen.

Para los jueces de la Cámara Segunda, «es impensable una defensa que consista en ponerle una bolsa de nylon en la cabeza al supuesto agresor, ya caído, y mantenerla allí hasta que muera».

En la sentencia, los magistrados se preguntaron para qué Tralma le puso la bolsa en la cabeza a Quiroga si, como declaró, creyó que estaba muerto. Agregaron que tampoco se explica por qué lo maniató, salvo que temiera que aún estuviera vivo.

Por otra parte, Tralma tenía un motivo para matar: «Quiroga vivía con su mujer, la cual oscilaba entre volver con él o seguir con la víctima».

«Es probable que el tema del lugar desde el cual se relaciona con una mujer constituya una muy fuerte motivación para actuar violentamente, incluso matar» en personas con «el bajo nivel cultural» como el imputado.

Los 9 años de prisión coinciden con lo que había pedido el fiscal Jorge Otegui. Sin embargo, la condena podría haber sido más grave porque «el medio empleado para causar la muerte linda con la alevosía y aun el ensañamiento», dijeron en la sentencia.

Si se hubieran tenido en cuenta esos agravantes, la condena habría sido a prisión perpetua.

Una versión resumida de la sentencia fue comentada ayer al mediodía por el juez Emilio Castro, en una sala vacía ocupada sólo por Tralma y los policías de la custodia. El trámite duró apenas unos minutos; después esposaron al silencioso imputado y lo regresaron a su celda.


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