Así es el anticongelante que usa el municipio para evitar las heladas en las calles
Se trata de glicol, un químico que usan en Canadá y en los países del primer mundo. Resiste hasta 12 grados bajo cero y el efecto dura alrededor de 30 horas.
El municipio arroja glicol en las calles con pendientes pronunciadas. Foto: Alfredo Leiva
A fin de evitar inconvenientes por la helada, el secretario de Obras Públicas de Bariloche, Eduardo Garza, dispuso arrojar glicol, un compuesto químico orgánico, en las calles de la ciudad con más pendiente el lunes por la noche.
“Es una especie de alcohol, un anticongelante”, detalló el funcionario municipal que el año pasado, se reunió con referentes de organizaciones ambientalistas para brindar las explicaciones técnicas del producto. “Les explicamos que no daña plantas ni animales”, dijo.
Municipios como San Martín de los Andes usan este anticongelante. También se emplea para descongelar las pistas de aterrizaje en los aeropuertos. “Es un producto nuevo pero amigable. En Canadá y otros lugares del primer mundo, lo usan regularmente”, contó.
En Bariloche, el producto se arroja sobre las calles con pendientes pronunciadas, como Pioneros, Belgrano, Diagonal Gutiérrez y Pasaje Gutiérrez, entre otras, que suelen generar más complicaciones en el tránsito.
“Rocías a la tardecita cuando se despeja, antes del anochecer, sabiendo que en las próximas horas, habrá temperaturas de 4 grados bajo cero para abajo. Eso evita que la calle se congele por más helada que caiga”, explicó Garza; al tiempo que agregó: “Ahora, si se congela, no hay arena o sal que alcance”.
El producto resiste hasta 12 grados bajo cero y el efecto dura alrededor de 30 horas. Luego, se diluye con la misma humedad de la calle o el movimiento de los autos. Lo mismo si llueve o nieva.
En el tanque regador del camión -con capacidad para 10.000 litros de agua-, se agregan solo 800 litros de químico. Garza reconoció que “un tanque de 10.000 litros, rinde 7 kilómetros”.
“Prendés el regador solo en la pendiente al igual que los tratamientos de arena y sal. En los lugares planos, no tiramos nada”, describió.
Reconoció que el producto es caro y “cuesta casi el doble”. “Con un camión regador llego a todas las partes que necesito y le puedo dar un descanso al personal cuando la helada va a ser fuerte. Entonces, de alguna forma, compenso la suma de costos operativos de personal y combustible con lo que vale el producto”, advirtió y concluyó que “sale más o menos lo mismo”.
Garza recalcó que “siempre tiene stock pero se dosifica para sacar de apuro”. “Hay que analizarlo especialmente. Este invierno solo lo pudimos usar el lunes a la noche que heló. Luego precipitó nieve y agua nieve”, esgrimió.
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