Transportes escolares sin ingresos y con dudas por el regreso
Los transportistas escolares se suman al largo listado de sectores en crisis por la paralización de actividades por la pandemia del coronavirus.
El último viaje de las tradicionales combis naranjas del transporte escolar por los barrios y escuelas de Bariloche fue el 13 de marzo. En este ciclo lectivo, que recién comenzaba, alcanzaron a trabajar solo 8 días (ya que hubo dos de paro) y desde entonces tienen ingresos cero y una incertidumbre total respecto de cómo será el regreso a la actividad una vez que vuelvan los chicos a clases.
Los transportistas escolares se suman al largo listado de sectores en crisis por la paralización de actividades por la pandemia del coronavirus. “Este año arrancamos muy mal, ya veníamos con el arrastre de aumentos del año pasado y solo trabajamos 8 días hábiles y ante el reclamo de algunos padres, algunos debieron restituir parte del abono mensual que habían pagado”, afirmó Antonio Ramírez, presidente de la Asociación de Transportistas Escolares de Bariloche.
En esta ciudad, el transporte escolar tiene 33 licencias habilitadas activas y otra decena que no había comenzado el año por diversos problemas. Cada combi lleva unos 30 chicos en dos tandas a las escuelas, que mayoritariamente son primarias. Por lo que casi 1.000 chicos dependen del transporte escolar en Bariloche.
Pero llegó el cierre de las escuelas el 15 de marzo y dejaron de trabajar. En el camino obtuvieron recientemente una prórroga del impuesto automotor hasta el 31 de diciembre que la consideran insuficiente y reclaman al gobierno de Arabela Carreras la eximición. También piden una solución alternativa de trabajo para realizar mientras continúa el cierre de las escuelas y una ayuda económica.
Ramírez dijo que los transportistas generalmente son parte de emprendimientos familiares, pocos tienen empleados y por el valor de los vehículos y sus ingresos, no forman parte del perfil de personas a las que el gobierno nacional asiste con el IFE u otra ayuda. Por eso, insisten ante Carreras en una ayuda de la provincia, que hasta el momento no respondió. Solo el municipio otorgó módulos alimentarios que serán entregados a las familias de este sector que están en situación más crítica.
Ramírez dijo a la problemática actual con los ingresos en cero, los transportistas le imprimen una cuota de preocupación por el futuro. “Si arrancan las clases hay que ver cómo seguimos, qué cantidad de chicos podemos llevar, cómo son los protocolos de higiene, el aislamiento del chofer, son muchas cosas que conversamos”, admitió el referente transportista.
Para Ramírez “los números no cierran” en cuanto al nivel de costos y pago de impuestos que deberán afrontar al regresar la actividad y la imposibilidad de trasladarlo a la tarifa. “A los padres no les podemos aumentar, son trabajadores”, señaló.
El dirigente dijo que hasta el momento no tuvieron ninguna comunicación con el Ministerio de Educación que ya analiza el protocolo de regreso a clases y que en uno de los puntos evaluaba el posible cese de los transportes escolares. “Es imposible que eliminen los transportes escolares, los padres los necesitan porque trabajan y no pueden llevar a los chicos”, advirtió y remarcó que en Bariloche las distancias y el tránsito son un factor adicional para considerar fundamental el rol de este servicio.
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