El Cuy sobrevive a la incomunicación y la pandemia
Sin casos registrados de covid-19, el pueblo padece el aislamiento. En el medio de todo aparecen los actos solidarios, y se destaca la menor cantidad de delitos.
Los vecinos de El Cuy se esfuerzan por respetar el aislamiento, a pesar de los problemas de comunicación que padecen por la escasa señal de celular y por una internet muy limitada.
La localidad que está a 130 kilómetros de Roca, a la vera de la ruta 6, cuenta con unos 500 habitantes y la mitad tiene más de 50 años. Hasta la fecha no ha registrado casos positivos de covid-19 y solo hubo un sospechoso que fue descartado.
María Goicochea, la directora del hospital local, señaló que el personal de salud sigue los protocolos que fija la Provincia en lo que atañe a la pandemia. “Se brinda atención primaria, nos dedicamos a promocionar y a prevenir”, dijo.
En este sentido se dispuso que el edificio del viejo nosocomio se habilite como un consultorio para problemas respiratorios. “Las demás patologías se atienden en el nuevo edificio”, informó.
En el comité de emergencia sanitaria trabajan las autoridades de la comisaría 23ª, la Comisión de Fomento y el hospital.
“La comunidad ha adherido bastante a las medidas, están todos vacunados”, señaló Goicochea. Sin embargo contó que los primeros días de la cuarentena fueron terribles “la gente iba y volvía de Roca donde tienen a su familia, estaban rebeldes, pero el barbijo ayudó a contextualizar la pandemia”, explicó.
Jesús Peña, presidente de la Comisión de Fomento, señaló que se visitan los puestos y se reparten alimentos a quienes más lo necesitan.
Uno de los principales problemas que sufren es la comunicación vía internet y el teléfono.
Hace unos meses una empresa que trabaja con comunidades vulnerables que no cuentan con la conectividad instaló el servicio y pidió que el pueblo se organice a través de una cooperativa.
“Por ahora el servicio es comunitario, se trata de una prueba piloto”, explicó Peña.
Sin embargo solo reciben 10 megas de velocidad que se reparten entre los vecinos de la localidad y otros 500 habitantes de Cerro Policía. Esto complica mucho poder navegar en la red y solo les permite enviar mensajes de texto por Whatsapp.
Otro inconveniente es que tampoco funcionan las líneas de compañías de celular y cuando hay problemas con el teléfono fijo la empresa Telefónica tarda más de un mes en enviar un técnico, según relataron.
“Acá hay mucho viento y con una ráfaga nos quedamos sin línea”, manifestó Peña.
Olegario Miripil es un vecino que desde que comenzó la cuarentena no puede comunicarse con sus dos hijas que están en Roca. El hombre de 61 años trabaja como gomero y no quiere comprarse un celular porque “no sé cómo se usan”, dice.
“Tengo teléfono fijo en casa pero justo el día que se declara la pandemia se me rompe”, se lamentó. “No me dejan ir para allá ni tampoco tengo el permiso de circulación”, contó.
Una forma de enterarse sobre las medidas sanitarias es por la radio del Club Hípico Social y Deportivo El Cuy.
“La transmisión empieza desde las 8 hasta las 23.30, funciona como una radio comunitaria para enviar avisos a los vecinos”, informó el presidente del club, Fabián Luis, quien también integra la Comisión de Fomento. “Es FM y tiene un alcance de 20 kilómetros”, agregó.
Operativo de cobro
Jorge Díaz, el oficial principal que está a cargo de la Comisaría 23, señaló que cuando a los jubilados les tocó cobrar sus haberes se organizó un operativo para trasladarlos al banco de Roca.
Se hizo entre la policía, el hospital y la Comisión de fomento logística. Los miembros del comité de emergencia sanitaria le sacaron turno a los jubilados y pudieron cobrar 130 beneficiarios.
Por otro lado los trabajadores del hospital construyeron una cápsula para aislar a posibles pacientes sospechosos mientras se realiza el traslado al centro de salud. Jorge Laguna médico de guardia del consultorio respiratorio contó que la idea fue de uno de los enfermeros y los choferes la fabricaron.
Laguna explicó que tardan hasta tres horas en ir a buscar a un paciente por las extensas distancias que deben cubrir a pueblos vecinos. “Si el paciente viene tosiendo, por más que estén todos los elementos de protección personal se contamina la ambulancia”, sostuvo. Eso fue lo que determinó el origen de la cápsula.
Los comercios, muy golpeados
Al igual que en el resto del país, los comerciantes de El Cuy no son ajenos a las bajas ventas por la paralización económica.
“Antes de la cuarentena la Ruta 6 era más transitada y había más ventas”, expresó Jorge Pérez, que tiene una despensa donde además ofrece elementos de construcción.
El vecino comentó que la pandemia les juega una mala pasada pero todavía se comercializa un poco, “eso es lo importante”, consideró.
Jorge tiene 34 años y es nacido y criado en el pueblo.
En su local vende verduras, bebidas, elementos de construcción, artículos de limpieza, carne y fiambres.
“Vendemos casi de todo, es una forma de darle rentabilidad al negocio”, explicó.
Sin embargo reconoció que sus ganancias disminuyeron un 60%.
“Tenemos también un hospedaje pero no se está trabajando”, agregó.
Miriam Esteban es la encargada de la terminal de colectivos y tiene un almacén sobre la Ruta 6. “La situación es cada vez peor, estoy pensando cerrar porque no transita gente”, expresó frustrada.
Ella vende el diario Río Negro y algunos vecinos lo siguen comprando ya que es el único medio que tienen para informarse porque no tienen celular.
“Antes hacía 8.000 pesos por día, ahora 150 y como no tengo cigarrillos no vendo casi nada”, señaló.
Mientras charlaba con este medio estaba atendiendo al vecino Gabriel Saavedra de 52 años que había ido a comprar tabaco pero no había tenido suerte.
“La semana pasada me trajeron 12 paquetes de tabaco suelto para armar de Roca, ahora me queda uno y no encuentro en El Cuy”, manifestó preocupado.
Gabriel trabaja en el campo pero “ahora la situación está jodida, agarré una changa el otro día y nada más”.Antes de la cuarentena solía juntar a los animales para vacunarlos. “Tengo que llevar plata para mis hijas pequeñas que están en Roca con su mamá”, expresó angustiado frente a la situación que le toca vivir.
La solidaridad se hizo presente en la zona y hubo menos delitos
Los policías de la Comisaría 23 de El Cuy quisieron ayudar y realizaron una campaña solidaria para los más necesitados.
El oficial subinspector Mario Toro trabaja hace dos años en la dependencia policial y señaló que la jurisdicción abarca unos 2.000 kilómetros cuadrados, entre campos y puestos.
“Hacemos prevención tanto en el pueblo como en la zona rural, si hay una urgencia somos el único medio que pueden utilizar”, remarcó.
Hace unas semanas con sus compañeros de la comisaría, vecinos y comerciantes de Roca, juntaron ropa para adultos y niños, y alimentos no perecederos.
Además de repartir en El Cuy, los uniformados pasaron por Cerro Policía y llevaron útiles a los hijos de los puesteros y a otros parajes.
“Son caminos duros, difíciles para llegar, recorrimos más de 1.000 kilómetros”, destacó Toro.
Por su parte el jefe de la unidad, el oficial principal Jorge Díaz, señaló que los delitos han bajado mucho durante la cuarentena, en especial el robo de ganado.
“Tuvimos dos detenciones en lo que va de la pandemia, una persona afecta al alcohol que hacía reuniones todas las noches y otro muchacho que venía de Roca a visitar a su novia”, informó. Lo curioso de este último hecho es que el joven de 19 años iba a la localidad en moto y esquivaba los controles policiales para ingresar al pueblo por caminos alternativos.
Sin embargo el oficial Toro señaló que la madre de la chica llamó a la comisaría para denunciar que el roquense estaba violando la cuarentena. Los uniformados llegaron a la vivienda y tras estar unas horas detenido se le inició una causa penal.
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