Lecturas recomendadas: “La Peste”, de Albert Camus
La profesora Cecilia Boggio sugiere esta obra maestra, escrita en 1947, que hoy adquiere una nueva vigencia en el contexto de cuarentena que estamos viviendo. Retratos del dolor, el mal, la trascendencia, la fe, los egoísmos, pero también la solidaridad, el amor y la gratitud.
Hoy prefiero, más que recomendar, comentar una novela de 1947 con una vigencia singular para esos momentos que estamos viviendo, me refiero a “La peste” de Albert Camus.
Lecturas recomendadas: Una excursión necesaria
Situada en la ciudad portuaria de Orán en Argelia se la puede leer como un registro de las consecuencias de una peste en la vida de cualquier sociedad.
Su autor Albert Camus, premio Nobel de Literatura 1957, de nacionalidad francesa había nacido en Moldavi, Argelia en 1913 y murió en un accidente automovilístico en Francia en 1960. Camus tuvo varias facetas laborales: fue periodista, ensayista, filósofo, dramaturgo y novelista. También jugador de fútbol.
Fue el primero en denunciar a través del periodismo la mísera situación de los trabajadores musulmanes argelinos que veinte años después terminaría en la guerrilla.
En París fue secretario de redacción del Paris-Soir; y durante la segunda guerra en Clemont –Ferrand, Camus escribe la novela “El extranjero”.
Clandestino en París, participa activamente en la resistencia y con la liberación es jefe de redacción del hasta entonces clandestino diario “Combat” entre otras actividades.
Camus fue uno de los intelectuales más destacados de la primera mitad del siglo XX. Cuenta con una vasta obra donde se destacan además de las citadas su novela “La caída”, los cuentos de “El exilio y el reino” las piezas teatrales “Calígula” y “El malentendido” y ensayos filosóficos como “El mito de Sisifo” y “El hombre rebelde”.
En nuestra novela un narrador nos presenta la ciudad amurallada de Orán, curiosamente construida de espalda al mar. Nos cuenta su aspecto, sus escasas atracciones, cómo se vive en la primavera de abril de 1944 “… todo se hace igual, con el mismo aire frenético y ausente”, hasta que empiezan a aparecer ratas muertas.
Primero, las ratas asoman de forma aislada. Luego en mayor cantidad… y esta aparición se va asociando a personas que empiezan a tener fiebre y los signos de la peste bubónica.
Sin embargo y a pesar de las primeras recomendaciones del Dr. Rieux, no se toman medidas preventivas, ni de parte de la gente en general ni de parte de las autoridades. No obstante sus gestiones y las del periodista Tarrou, las trabas burocráticas demoran las decisiones y la peste se instala definitivamente en el territorio.
Así termina el primer capítulo, mientras que los cuatro siguientes corresponden a la evolución de la enfermedad, la curva ascendente, el pico de mortalidad, el lentísimo descenso y la desaparición.
Streamer, el oficio que sueñan los chicos
En todos ellos seguiremos a personajes distintos y muy especiales: al periodista Rambert, que vino a la ciudad a hacer un reportaje y queda aislado de su amada durante la larguísima cuarentena; al Dr. Castel que intenta una vacuna; al empleado Grand y su obsesión lingüística; al prófugo Cottard; al sacerdote jesuita Paneloux, personalidades muy distintas que solidariamente se unen al Dr. Rieux en su lucha contra la peste.
Al relato se le suman las reflexiones de los protagonistas ante lo que tienen que presenciar, los diálogos filosóficos donde se ponen en duda todas las certezas ya sea frente a la dolorosa muerte de un niño o al cansancio de jornadas en las que solo se ayuda a morir a las persona, en las que además no se recibe ayuda alguna del exterior, y donde los esfuerzos nunca son suficientes.
El dolor, el mal, la trascendencia, la fe, los egoísmos, pero también la solidaridad, el amor, la gratitud y la entrega no solo son vividos sino también materia de discusión.
Sí, me animo a recomendar esta obra, a leerla lentamente repensándola desde nuestra situación actual “porque el bacilo de la peste no muere ni desaparece nunca (…) y quizá llegue un día en que, para desdicha y enseñanza de los hombres, la peste despierte a sus ratas y las envíe a morir a una ciudad dichosa”.
Comentarios