Los adolescentes son vulnerables a los efectos del aislamiento

Los adolescentes no son grupo de riesgo para el coronavirus. Son los que más empapados están con la tecnología, llevan la delantera en todas y cada una de las redes sociales, son expertos en comunicaciones virtuales y su capacidad de comprensión de la situación es similar a la de un adulto. A simple vista, son los que mejor preparados están para un largo confinamiento, pero eso nos los hace inmunes al cansancio y la angustia.

Necesitan que se los acompañe, pero que se los deje ser; que se los guía, pero que no se les exija más de la cuenta.

Facundo está haciendo la cuarentena en la casa de su abuela, para que ella no esté sola y para ayudarla con los mandados. Está en su último año de la escuela y no sabe qué va a pasar con el año porque nadie les dijo nada aún.

Hace los trabajos que le mandan desde el colegio, pero aprovecha este tiempo para desarrollar un negocio online que tenía previsto.

Sale a la calle cuando es inevitable. Al volver aplica todo un protocolo de desinfección para mantener a salvo a su abuela. Él no tiene miedo del coronavirus aunque es consciente de la importancia de la pandemia.

Guadalupe también está en el último año de su escolarización y tampoco sabe cómo será el fin del año lectivo. Está pasando la cuarentena en su casa, con sus papás y su hermana menor. Tiene poca tarea escolar, se levanta cuando se le acaba el sueño y pasa el día entre la televisión, el teléfono, juegos con su hermanita y limpieza de la casa. No sale desde su casa porque de las compras se encarga su mamá que trabaja en el hospital todos los días. Eso, a Guadalupe, la inquieta un poco y se ha vuelto “un poco pesada” con la limpieza y la desinfección. Es que ella sí le teme al coronavirus.

Sus cotidianeidades de cuarentena son distintas, pero lo que ambos coinciden es que extrañan las relaciones personales, sus amigos; y también que la virtualidad los cansa un poco.

Con ellos acuerda la psicóloga Antonella Mucci, que trabaja en la atención grupal de adolescentes en Cutral Co. “La adolescencia de hoy pasa por cuestiones virtuales y tecnológicas así que no han manifestado mucho malestar por el encierro, sí extrañan juntarse con sus amigos”, señaló.

Samanta Lucero, psicóloga especializada en adolescentes. Ambas profesionales destacan que lo importante en la vida de los adolescentes en medio del aislamiento es que cuenten con espacios para poder expresarse y también con momentos para poder tener su privacidad.

• Ayudar a fijar horarios y generar rutinas.
• Distribuir tareas de la casa entre todos los integrantes de la familia.
• Dejar espacios para que los adolescentes puedan estar solos.
• Brindarles información para que puedan adaptarse a la situación.

Según estimaciones de la dirección provincial de Estadística y Censos, en 2020 Neuquén cuenta con 51.905 personas entre 15 y 19 años, es decir el 7,8% de la población.

Parte de ellos tienen buenas condiciones de vida y una familia que, en mayor o menor medida, puede brindarle la contención necesaria para superar la etapa de cuarentena.

Pero hay otra porción de la población adolescente que vive en contextos de violencia y/o deficiencia alimentaria.

Para ellos, como sostuvo la directora de Adolescencias de la provincia Patricia Amaolo, es vital poder mantener el vínculo con adultos externos a su entorno, que puedan ayudarlos. “La presencia de adultos externos es muy importante, ya sean profes, o de una actividad que antes tenían. Los adultos en general tienen que tratar de sostener el vínculo con los chicos y las chicas”, señaló la funcionaria de la subsecretaría.

“Hay que empezar a pensar que no es una población de riesgo por ser adolescentes, pero si pueden estar en situaciones de riesgo que, en general, la habilitan otras personas”, resaltó Amaolo.

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