La cuarentena golpea fuerte entre los albañiles de Bariloche
Las historias se repiten entre los obreros de la construcción que no tienen ingresos y a muchos solo les alcanza para una comida al día. Solo hay obra pública en marcha. Uocra estima que el 70% está sin trabajo.
Es la primera vez que Hugo Cañumil no tiene trabajo en ninguno de los oficios que desempeña. Tiene 55 años y asegura que es albañil, plomero y carpintero. “Estamos mal, mal”, afirma al cumplirse 26 días de cuarentena obligatoria en Bariloche.
“Ya casi no hay plata para comer y tampoco me gusta sacarle a los que no tienen nada”, explica, con voz firme. Es albañil desde los 16 y no recuerda una situación donde toda la obra privada esté parada.
“En el invierno puedo estar sin trabajar tres o cuatro días, pero no un mes”, sostiene. “Nos confiamos, pensamos que el virus estaba solo en China y que no iba a llegar acá”, opina, mientras mira el suelo.
Hugo genera el único ingreso en su familia de cuatro integrantes. Su casa, ubicada en el barrio Nahuel Hue, no tiene gas natural y conseguir leña para el invierno es una preocupación. “Estamos con una comida al día. Es almuerzo y cena a las cinco de la tarde, porque no podés darte el gusto de comer dos veces al día”, asevera.
“La estamos pasando re contra mal. Comiendo un pedazo de pan y repartiéndolo”, admite Dante Muñoz. Hace un mes que no puede trabajar porque la obra donde estaba en la zona del lago Gutiérrez quedó paralizada por la cuarentena obligatoria.
Dante tiene 56 años y es albañil desde hace 38 años. Asegura que es la primera vez que la situación en la construcción está tan dura.
“Gracias a Dios alcancé a pagar el alquiler”, expresa. Vive en la planta alta de una vivienda sencilla, que está ubicada en la calle Padre Guillelmo al 1000.
Cuenta que gasta entre 100 y 150 pesos por día. “Me agarra como una depresión de repente, porque no estoy acostumbrado a estar en mi casa”, comenta. Sus ojos marrones que sobresalen detrás de una bufanda que improvisó como barbijo transmiten la angustia que por estos días vive la amplia mayoría de los trabajadores de la construcción.
Manuel Currumil estaba ayer haciendo mezcla en una carretilla para un pequeño arreglo en su domicilio de la calle San José Obrero del barrio Nuestras Malvinas. “Desde el 21 de marzo que no hay trabajo, porque la obra se paró”, relata. Con los pesos que cobró de esos días de marzo está aguantando. “Estamos tratando de gastar lo menos que se puede”, manifiesta. Afirma que le salieron los 10 mil pesos del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que implementó Nación. “Pero me dicen que lo puedo cobrar el 27 de abril”, advierte. Tiene 49 años y desde los 20 que trabaja en la construcción. Su esposa agrega que no tiene trabajo desde hace cuatro meses.
Javier Nahuelpan trabaja desde hace años en la construcción. Tiene a su madre y su hermana adolescente a su cargo. Vive en el barrio Nahuel Hue. No tuvo la fortuna de acceder al IFE. Sólo vive por estos días con los pesos que cobró hace semanas. “Estamos estirando la plata hasta lo más que se pueda y esperando que se pueda salir”, comenta.
Algunos módulos de alimentos llegaron pero hay que retirar cada 15 días. El gas por lo menos bajó de 500 a 350 pesos.
No pudo terminar el baño de su casilla como había planificado. “En esta zona hay mucha tierra y polvo y uno no tiene piso de cerámico. Es complicada la higiene”, advierte. “Recomiendan el lavado de manos, sacarte los zapatos afuera y tomar una ducha; eso para mí no puede ser”, sostiene.
Dante relata que su patrón lo anotó para recibir el aporte de 10 mil pesos. “Es que uno no sabe mucho de computación”, lamenta. Pero aún no sabe si lo cobrará.
“Pienso que esto se va a alargar y estamos pensando qué hacer”, reflexiona. “Y por estos días, nadie le da una changuita”, comenta. Está preocupado porque debe ayudar a sus hijos que viven en El Frutillar, porque está separado. “Emocionalmente uno se hunde”, asegura.
Un 70% de obreros sin trabajo
El secretario general de la Uocra Bariloche, Nicanor Espinosa, estimó que alrededor del 70 por ciento de los trabajadores del sector están sin trabajo. Son aquellos que trabajan por su cuenta en obras privadas.
Dijo que cerca de 500 obreros de la ciudad tienen trabajo en la obra pública. Están en los planes de viviendas que construyen las empresas Alusa y Oriente. También, en el Polo Productivo Tecnológico, en las ampliaciones de gasoducto y en la ruta nacional 23.
Espinosa dijo que la situación del sector venía complicada antes de que comenzara la cuarentena obligatoria. “Teníamos 76 obreros calificados anotados en el gremio buscando trabajo, algo que nunca nos había pasado en Bariloche”, afirmó. “Lo que sostiene la construcción es la obra privada”, sostuvo.
Dijo que algunos obreros que trabajaban “en blanco”, pero se quedaron sin empleo hace dos meses no pudieron acceder al fondo de desempleo porque las empresas no les dieron la baja.
Informó que un albañil calificado percibe de manera regularizada en una obra alrededor de 17 mil pesos por quincena, en líneas generales, y un ayudante entre 13 y 14 mil pesos.
“Esto va a venir complicadísimo y entre empresarios, gremios y la clase política definir alternativas para ver cómo llegamos con ayuda al obrero”, aseguró Espinosa.
Informó que la semana pasada hubo medidas de fuerza en la obra de las 121 Viviendas en el San Francisco IV y en las obras a cargo de Oriente, porque no garantizaban las medidas de seguridad a los trabajadores y les exigían recuperar las horas que no se habían trabajado por la cuarentena. Dijo que también hay problemas porque algunas firmas pagan la quincena en cuotas. Por eso, hicieron inspecciones con la Secretaría de Trabajo de la provincia en las obras.
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