Las joyas mecánicas completaron la travesía

La decimosexta edición Mil Millas de Autos Sports de la República Argentina ya es parte de la historia. Desde ahora será un recuerdo más, después de transitar durante tres etapas por los paradisíacos caminos de Bariloche y la región. Al cierre de esta edición los organizadores trabajaban en los cómputos para confirmar la clasificación general, mientras que los participantes se preparaban para participar de la tradicional cena de gala en el Hotel Llao Llao.

La prueba reunión tuvo como protagonistas a los vehículos Sports FIVA fabricados entre los años 1920 y 1980, agrupados en las categorías Sports, Gran Turismo y Turismo. Los modelos cubrieron más de 1.000 kilómetros entre lagos, valles y montañas, peleando por el triunfo en equipos divididos por marca, cilindrada, copa de damas, de periodistas, de personalidades, de debutantes y habitúes.

Como cada vez que la prueba desembarcó en Bariloche el epicentro de toda la actividad fue el Llao Llao.

En total fueron más de un centenar y medio de joyas mecánicas, el mayor museo en movimiento de autos sports, que reunió glorias del deporte y figuras del jet set como Carlos Reutemann, acompañado por su hija Mariana y al comando de un Porsche Teram modelo '57; Clay Regazzoni, Jacques Lafitte, Luis Landriscina y «Pancho» Dotto, quien contó en su Mercedes Benz Pagoda 280 del '63 con la compañía de Carolina Gimbutas.

Precisamente, en la segunda etapa quedaron afuera de la travesía el suizo Regazzoni y el francés Lafitte, dos con un notable pasad en la Fórmula 1.

Regazzoni participó con un De Tomaso Pantera '70 y el galo con un Jaguar XK 150, modelo '57.

La tercera y última etapa de la singular prueba se largó en el Llao Llao, pasando después por el Circuito Chico, Villa Catedral y El Bolsón, con regreso al punto de partida.

El parcial fue seguido con mucha expectativa por apretado de la definición, que se realizó por puntos.

Al terminó de la segunda etapa se mantenía adelante en la general Claudio Bustos, con 199,80 puntos. Lo escoltaban Buga, con 244,35, y Claudio Bulbarella, con 316,35.

El mayor museo viviente de piezas rodantes cerró otro capítulo en la historia de las 1.000 Millas. Ahora será el tiempo de anécdotas y el comienzo de los preparativos para la próxima edición.