Un ciudadano en permanente cambio
La redefinición del concepto de Estado-Nación en el marco del proceso globalizador amplía los interrogantes sobre el «territorio» de ciudadanía en el que se insertarán los alumnos. Los especialistas consultados ponen el acento en la necesidad de profundizar la argumentación, la contextualización histórica para dotar de herramientas a ese «ciudadano» de un mundo en permanente mutación.
Finocchio explicó que «la Nación puede ser entendida como una argamasa que reúne, aglutina y permite construir un sentido que movilice la puesta en práctica de los deberes y derechos ciudadanos. La idea de Nación también se fue recreando. Ahora está la idea de diversidad que supone admitir que en una Nación conviven identidades diversas y una de las particularidades de la Nación es el respeto a la diversidad. Vivimos en un mundo donde las fronteras se hacen más frágiles, donde las identidades en situación de globalización delinean otras alternativas, pero hoy nadie puede imaginar el fin de la Nación».
Siede apuntó que «todo el concepto de Estado-Nación está en discusión. Algunos politólogos plantean que tiende a desaparecer y ser reemplazado por grandes corporaciones o asociaciones de Estados. Otros dicen que no, que los países centrales siguen operando como Estados-Naciones y el replanteo es sufrido en los países periféricos. Desde la escuela sabemos que en el presente el concepto de ciudadanía trasciende la frontera nacional, la legislación nacional está enmarcada en la legislación internacional. Un ejemplo muy claro es el de las violaciones a los derechos humanos donde operan organismos supranacionales. La escuela se para en un escenario político abierto donde antes había certezas para enseñar y ahora hay un proceso cambiante, sinuoso, de configuraciones política, de convicciones abiertas a la deliberación».
Para Birgin «la globalización nos ayuda a pensarnos como particularidades dentro de un conjunto; sólo que la noción de respeto por el otro debe acompañar a esta sensación, ya que lo que sucede si esto no ocurre es una reacción agresiva, de repliegue. Debemos lograr que las fronteras sean zona de paso y cohabitación, no un 'límite'. Pensar a la Nación como 'una más entre decenas´, por otra parte, debería permitirnos llevar una mirada del mismo tipo hacia adentro del propio territorio, entender los particularismos regionales, superar esa idea casi única a nivel mundial de un país con 'interior' ¿Qué significa eso? Una mirada al mundo que no había terminado de realizar una instrospección. Las relaciones entre nacionalidad y globalización deberían permitirla». (H. L)
Nota asociada: Qué ideas políticas aprenden hoy los chicos en las escuelas
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La redefinición del concepto de Estado-Nación en el marco del proceso globalizador amplía los interrogantes sobre el "territorio" de ciudadanía en el que se insertarán los alumnos. Los especialistas consultados ponen el acento en la necesidad de profundizar la argumentación, la contextualización histórica para dotar de herramientas a ese "ciudadano" de un mundo en permanente mutación.
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