Preocupa aumento del «bolseo» en Bariloche
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El consumo de inhalantes entre menores y adolescentes en riesgo experimentó un grave aumento durante el último año, favorecido por la escasa fiscalización sobre los comercios que venden a pegamentos con sustancias tóxicas adictivas a menores pese a la prohibición.
El Grupo Encuentro, dedicado a rescatar de la calle a niños y jóvenes desprotegidos, dio la voz de alerta en la Mesa de Concertación. La organización pidió ayuda para combatir el flagelo que se extendió sin límites ante la ineficacia de un Estado que no logra contener a su población más vulnerable.
La adicción, conocida vulgarmente como «bolseo», es practicada en pleno centro por un número indeterminado de menores. Comerciantes de la zona céntrica señalaron la existencia de, por lo menos, un par de grupos numerosos de «chicos que se reúnen de noche en Mitre y Palacios para bolsearse».
El Consejo de Seguridad local hizo propia la inquietud y, desde ese ámbito, el concejal Andrés Martínez Infante elevó un pedido de informes a la dirección de Inspección General para conocer que grado de cumplimiento se da a la ordenanza 925-CM-98.
El objetivo es revisar las posibles falencias de la norma para modificarla, además de prever un «refuerzo importante» de los controles. Martínez Infante adelantó a «Río Negro» la intención de promover un aumento importante de las sanciones entre otros aspectos.
La ordenanza prohíbe la comercialización de adhesivos que contengan solvente benceno o «derivados con efectos fisiológicos similares» en kioscos, librerías, almacenes, mercados, despensas, supermercados o en la vía pública.
Además prohíbe la venta a menores de 21 años y exige a los comercios habilitados que registren en la facturación los datos personales del adquirente y guarde copia de las mismas.
Lejos de poner límite al consumo de inhalantes, la engorrosa regulación prevista en la ordenanza de 1998 torna impracticable la fiscalización y resulta ineficaz para combatir a los comerciantes inescrupulosos que preparan «bolsas» para los menores adictos.
El inhalación de pegamentos con sustancias tóxicas es una adicción relativamente nueva en Bariloche, pero el consumo se extendió con rapidez entre la población de menores en riesgo desplazando el alcohol.
La falta de datos estadísticos ciertos dificulta la toma de conciencia social sobre los niveles de crecimiento de esta adicción. En mayo de 2002 el Grupo Encuentro señaló a este diario la existencia de una veintena de niños y adolescentes, detectados en la zona céntrica, que inhalaban desde pegamentos hasta nafta.
Población de riesgo se ubica entre las franjas de menores más carenciados pero no se limita a únicamente a los que viven en la calle, ni se registra únicamente en el centro de la ciudad. La problemática se extiende en los barrios donde no llega ningún tipo de control y resulta imposible de medir.
Un episodio registrado ese mismo año confirmaba la tendencia: en el interior de la escuela 320 se encontraron varias bolsas con pegamento, como las utilizadas para bolsearse, junto a los vidrios rotos de algunas ventanas. Desde ese llamado de alerta hasta la fecha la adicción se extendió sin que ninguna autoridad atinara a ponerle límites efectivos.
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