Investigan conexión zonal de narcos colombianos
Es una derivación de la captura, el miércoles, de una banda en El Abasto -en Buenos Aires- con 30 kilos de cocaína. Aquí detuvieron a un comerciante neuquino dedicado a la venta de colchones y casillas rodantes. Del taller y la oficina del negocio se llevaron documentación. Los investigadores sostienen que en sociedad con un colombiano hacían negocios con los que lavarían dinero. La policía cree
NEUQUEN (AN).- Un galpón de calle Pellagatti 320 del barrio Mariano Moreno y oficinas contiguas a la colchonería de calle Leguizamón y Pasaje Claro serían los centros de acción de la conexión local de la banda de narcotraficantes colombianos, desmantelada el miércoles en El Abasto de Capital Federal, y en el primero la Policía Federal detuvo ayer al que estima sería cabecilla local. También secuestraron computadoras, agendas y numerosos elementos que, según los investigadores, incriminan firmemente al propietario. Su socio, un colombiano, burló la búsqueda, pero los investigadores allanaron su departamento en un exclusivo sector del alto de la ciudad.
«La investigación tiene varios días y nos indicaba que una de los centros de acción era esta ciudad. No actuaban, por lo que sabemos hasta el momento, como centro de distribución, pero sí hacían las operaciones comerciales que les permitía 'lavar' el dinero de los estupefacientes», informó el oficial Daniel Pivetta, del Departamento Drogas Peligrosas de la Federal, con asiento en Cipolletti, a cargo de los operativos.
De acuerdo a la información colectada en los días previos y que se espera corroborar en la evaluación del abundante material secuestrado, la policía estima que la banda tenía planeado levantar en la ciudad -podría ser en Pellagatti-, un sofisticado laboratorio para procesar la droga y luego comercializarla.
La banda investigada, a algunos de cuyos miembros le secuestraron en el shopping del Abasto 30 kilos de cocaína que se prestaban a negociar, está integrada por colombianos, brasileños y argentinos.
Además del galpón, la colchonería y una oficina contigua a ésta, se allanó el domicilio que ocupaba el empresario local en calle La Rioja al 300 -cerca de casa de gobierno- y el departamento que alquilaba su presunto socio colombiano, en un edificio de 9 de Julio 35, casi avenida Argentina.
El operativo fue llevado a cabo por personal policial que se movilizó en varios patrulleros y combis, a instancias del juez porteño Jorge Rodríguez, quien libró un exhorto a su par de Neuquén, Guillermo Labate. El magistrado neuquino presenció las diligencias.
«Lo secuestrado incrimina firmemente al detenido, pero debe seguir investigándose. La pesquisa se hizo con pacientes seguimientos y vigilancias de lugares y personas, durante varios días», señaló Pivetta.
El taller-fábrica de la calle Pellagatti funciona desde hace unos cuatro años según los vecinos y sus ocupantes nunca despertaron sospechas. No obstante, ante la pregunta un vecino dijo que «se sentía que de noche entraba y salía gente. Nos dábamos cuenta por el ruido del portón y por el ladrido de los perros».
Ayer, cuando los periodistas llegaron al lugar, el sospechoso estaba en el interior y fue conducido hasta un patrullero con una capucha. Se trata de un hombre de entre 60 y 65 años, según las fuentes. «Al parecer la conexión local hacía contactos para los negocios, que salían 'redondos' en tanto los hacían con plata de la droga. Incluso, habrían comprado viviendas en Las Grutas», dijo Pivetta.
«Veíamos que llegaban autos nuevos, a toda hora, pero nunca hubo nada que sospechar», comentó otro vecino del taller de calle Pellagatti, donde se fabrican casillas y tráilers, con materiales sintéticos.
NEUQUEN (AN).- Un galpón de calle Pellagatti 320 del barrio Mariano Moreno y oficinas contiguas a la colchonería de calle Leguizamón y Pasaje Claro serían los centros de acción de la conexión local de la banda de narcotraficantes colombianos, desmantelada el miércoles en El Abasto de Capital Federal, y en el primero la Policía Federal detuvo ayer al que estima sería cabecilla local. También secuestraron computadoras, agendas y numerosos elementos que, según los investigadores, incriminan firmemente al propietario. Su socio, un colombiano, burló la búsqueda, pero los investigadores allanaron su departamento en un exclusivo sector del alto de la ciudad.
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