Cuarentena: cómo armar un menú saludable
La Licenciada en Nutrición Gabriela Zabalza comparte consejos para seguir comiendo saludable en la cuarentena.
A raíz de la columna pasada, nos llegaron varias consultas sobre “cómo armar un mosaico de menú”, que pueda facilitarnos la tarea a la hora de cocinar.
¡Pues podríamos armar tantos mosaicos como gustos y necesidades de comensales existen! De todas maneras, intentaré algunos lineamientos, ¡ojalá ayuden! (a buscar papel y lápiz!):
– Escribir en una columna todas las preparaciones que nos gusten y que sepamos cocinar, incluso aquellas recetas que quisiéramos probar.
– Revisar nuestro stock de almacén, heladera y freezer, para saber qué materias primas tenemos.
– Ir armando, en paralelo, una “lista de supermercado” con los ingredientes que nos estarían faltando.
– Distribuir esos ingredientes en diferentes preparaciones y colocarlas en diferentes días de la semana, con el siguiente criterio:
*que no haya carnes rojas más de 2 ó 3 veces a la semana;
*que haya pescado (puede ser atún) al menos 1 ó 2 veces a la semana;
*que quienes no consumen alimentos cárnicos, incluyan huevos o lácteos en su reemplazo. (Nota al margen para vegetarianos estrictos, que no consumen ni huevos ni lácteos: no demoren en consultar a un profesional para equilibrar su alimentación!)
*que las hortalizas varíen cada día, y las incluyamos tanto en almuerzos como en cenas.
*que tengamos presencia de grasas saludables: aceite de oliva, aceitunas (preferentemente enjuagarlas para retirar exceso de sodio), semillas, palta, nueces, almendras (todas opciones).
– Preferir aquellas técnicas de cocción que permitan aprovechar mejor los alimentos, para que rindan más y no tengamos que estar saliendo con frecuencia al supermercado, ejemplo:
*un zapallo zuccini empanado para milanesas, puede ser más rendidor que hacer un revuelto de zuccini…
*Rallar cruda una remolacha puede ser más abundante que utilizarla hervida
*Lavar y cepillar las papas para consumirlas “rústicas” con su piel, puede disminuir la merma ocasionada al pelarlas en crudo.
*Preparar congelados artesanales de aquellas verduras que puedan congelarse, evitará que se echen a perder y nos permitirá un stock fresco para cocinar cada día.
– Procurar stock de alimentos secos que nos permitan varias preparaciones:
*Legumbres secas (lentejas, porotos, garbanzos) para remojar, hervir y elaborar ensaladas, hamburguesas, hummus casero, potages.
*Harinas integrales y avena arrollada para panqueques, masa de tartas, canelones o masa de lasagnas, tortas o budines.
*Latas de verduras y frutas para cuando se nos terminen las frescas.
Y no olvidemos que PLATO COLORIDO significa RIQUEZA DE MICRONUTRIENTES. A combinar se ha dicho!
Lic. Gabriela Zabalza –MP 353
Nutrición Clínica y Deportiva
Atención privada
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