Correas y caniles: cómo usarlas para el bien del perro
Uno de los consejos principales es “positivizar el lugar o el elemento”. Puede servir para manejar la ansiedad por separación de su dueño, y para entrenarlo.
Los perros igual que los humanos tienen personalidades y cuerpos distintos; y por ende tienen necesidades físicas como correr, nadar, arriar, morder… Estas acciones, dependiendo de las razas, hay que saber canalizarlas para evitar problemas posteriores o traumas psíquicos y así tener un perro mental y emocionalmente equilibrado.
Entre los 30 días de vida del animal, y a veces hasta los 6 meses de edad, “las malas experiencias dejan a veces marcas irreversibles sobre las emociones a temprana edad”, explica Axel Quisle adiestrador canino de El Bolsón. Estas “malas experiencias” pueden ser por causa de abandono, hambre, maltrato de los seres humanos o por sus congéneres, y sin lugar a dudas siempre es mejor prevenir que revertir, entonces hay que “cuidar las experiencias del cachorro”, asegura el experto.
La ansiedad se puede controlar enseñando al cachorro a estar solo por períodos cortos al comienzo, y alargando los tiempos de a poco – aclara – y así, el cachorro “va a entender” que el “dueño va a volver rápido” y de esta manera “aprende a esperar”, comenta el adiestrador, evitando lo que se conoce como “ansiedad por separación”.
El secreto de un buen entrenamiento –asevera Quisle– se basa en “descubrir y desarrollar las conductas que ya existen”. Entonces, si el perro tiene una tendencia a la guardia por ejemplo, se potenciará esa cualidad porque seguro se obtendrá resultados rápidos y positivos, que con uno que no tenga dicha condición.
Hay que señalar que si se usa un canil o cadena hay que “positivizar el lugar o el elemento”, por ejemplo dándole de comer adentro del canil o cuando se ata al perro por un determinado tiempo, se debe positivar el lugar, argumenta Quisle.
El canil sirve para dejar el cachorro de a ratos y prevenir la ansiedad por separación y frustración (destrucción de pozos), etc. Se debería usar siempre que se quiera tener un perro equilibrado.
Lo mismo ocurre con la correa. Primero se ata o se encierra, se le da de comer y se espera a que termine para luego proceder a soltarlo. De esta forma el perro asimilará que es una experiencia positiva, sin estrés ni ansiedad –explica Quisle– y después alargar los tiempos paulatinamente.
* Con los ejercicios se previenen muchos tipos de problemas en el futuro del animal, como la ansiedad, depresión y desobediencia.
* En el caso de un perro adulto con esta clase de cuestiones, primero hay que encontrar la raíz del problema y para eso es necesario conocer su historia.
Los perros igual que los humanos tienen personalidades y cuerpos distintos; y por ende tienen necesidades físicas como correr, nadar, arriar, morder… Estas acciones, dependiendo de las razas, hay que saber canalizarlas para evitar problemas posteriores o traumas psíquicos y así tener un perro mental y emocionalmente equilibrado.
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