El gran viaje del pintor de Villa La Angostura continúa en los países nórdicos
La segunda escala de la gran aventura de Guido Ferrari es Noruega: hace nuevos amigos, descubre antiguas construcciones vikingas, la historia de los guerrilleros que sabotearon los planes nazis y un pueblito sin sol en el invierno con un gran espejo en la montaña. Y pinta espectaculares paisajes e iglesias.
Guido Ferrari / Guidoferrari23@gmail.com
Dejo Islandia con vuelo directo a Oslo, alucinado con aquellos paisajes, asombrado por la longitud de tierra virgen.
Recorro por algunos días la ciudad de Oslo a pie, visitando museos vikingos y galerías de arte. En el camino conozco a Johana quien me hospedó unos días y me dio buenos consejos para mi paso en los nórdicos. Ella tiene un puesto importante en una empresa de salmón, industria relevante en Noruega.
Resulta que de hobby pinta así que salimos a pintar por Eidsvoll Verk, lugar donde se firmó la Constitución de Noruega en 1814, una de las primeras democracias mundiales. Ellos tienen intuitivas y concisas normas con respecto al uso de la naturaleza y al trato con el otro.
Algo que me interesaba mucho era conocer sus particulares iglesias, únicas construcciones cristianas pero de madera y con un diseño vikingo.
Cuando empecé a observar cuanta influencia cristiana hay aquí, sabiendo que sus dioses paganos siempre fueron muy importantes para ellos, no lo entendía. Después de ver algunas ciudades nórdicas, entendí más.
Los vikingos hacían las cosas pensando a largo plazo, trabajan bien de entrada, haciendo las cosas funcionales y duraderas, por eso, hoy en día no necesitan trabajar mucho, eran muy buenos especuladores podría decirse.
¿Qué tiene que ver esto con la iglesia de madera? Entendí en mi ficción que estas iglesias están cargadas de un sentimiento de pérdida, un doble sentido.
Los vikingos vendieron sus dioses paganos, por un futuro de cristianismo, oro y poder, esta especulación fue acertada, como algunas otras, pero… ¿qué pasó con los dioses olvidados?
Hoy sólo los encontramos encarnados, en esculturas, pinturas, canciones y arquitecturas, pues estos tenían la particularidad de ser finitos. Aquí la metáfora: la iglesia de madera, cristiana. Pero en las paredes se puede observar a los dioses llorando.
Ver la iglesia de Heddal en el lugar que fue construida es muy emocionante: los vikingos tenían un conocimiento alucinante sobre el trabajo de la madera. Y la arquitectura media gótica le da al lugar un aura misterioso.
Llegué a Austbygd, un pueblito muy chiquito entre montañas, muy difícil llegar, pero estaba cerca de lo que quería conocer.
En parte fue como volver a la Patagonia. Me hice muy amigo de Gunn quien me hospedó en un pequeño y antiguo granero vikingo, tomamos vino y mientras mirábamos la película de Queen, comíamos alce.
Cerca de allí, recorriendo encontré un pueblo medio triste pero bellísimo con un antiguo edificio de producción de agua pesada, invadido por Hitler en la Segunda Guerra Mundial para utilizar el producto para las primeras pruebas de bomba atómica. Este lugar fue exitosamente recuperada por saboteadores noruegos, quienes sin una sola bala y con 100 % de eficacia, recuperaron la planta. El general alemán de la fuerza invasora lo llamó “el mejor ataque visto en esa guerra”. Esa es la historia de los héroes de Telemark.
Lo loco del pueblo es que en invierno, debido a que se encuentra entre montañas, no tienen contacto con los rayos del sol durante meses, entonces instalaron un gran espejo en la montaña, direccionado a la plaza principal, donde se juntan a tomar sol… y cerveza.
¿Cómo gastar menos?
Los escandinavos me estaban dejando sin fondos, a pesar de que había vendido dos pinturas, una en Islandia y otra en Noruega. Los nórdicos son muy caros y con nuestro cambio… Debía conseguir una forma de seguir viaje más económica, como les contaré en la próxima nota.
Antes, les comparto tres datos. En los fiordos los ferries son muy baratos o incluso gratuitos para los que van a pie. En Islandia es mas fácil hacer dedo (en Noruega y Suecia casi nadie me levantó). Y vi muchos viajeros que usan aplicaciones como couchsurfing, para ahorrarse el hospedaje y conocer gente. La probé una vez: aunque fue una buena experiencia, decidí que no la repetiría.
Contacto:
www.guidoferrari.com
Instagram y facebook: Guido Franco Ferrari
Atelier: Villa La Angostura – Av Arrayanes 190 (Estancia de arte)
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