El plan para construir un ducto para Vaca Muerta renovó la esperanza en Chelforó
La idea de un arenoducto trajo expectativas al pueblo que fue perdiendo pujanza ante la ida de Gas del Estado y el fin del tren de pasajeros. De todos modos hay mucha cautela entre su gente.
Expectativa por la posibilidad de recobrar vida como pueblo. Ese es el sentir que tienen los pobladores de Chelforó, una pequeña localidad ubicada a mitad de camino entre el Alto Valle y el Valle Medio, a partir de la presentación del proyecto para establecer un arenoducto para mover arena utilizada por la actividad hidrocarburífera en Vaca Muerta. Este pueblo sería el centro de transferencia e inicio del ducto.
La iniciativa fue presentada días atrás por la empresa Patagonia Shale Services con asiento en Neuquén, planteando la posibilidad de la construcción del arenoducto como una alternativa para reducir los costos de provisión de arenas y agua para el sistema de fractura utilizado para la extracción de gas y petróleo, y a su vez para descomprimir la presencia de camiones sobre las rutas.
Por ahora es sólo un proyecto sobre el que poco se conoce. No está claro de dónde saldrá el financiamiento ni qué plazos tendrá la obra si se concreta.
El proyecto tomó trascendencia en esta pequeña localidad a partir de una reunión que mantuvo la semana anterior el comisionado de fomento de Chelforó, Matías Lamela, con el concejal de Zapala, Jorge Crivani.
Para las alrededor de 60 personas que viven actualmente en esta localidad, en su mayoría jubilados o pensionados, la posibilidad de que se haga realidad la construcción del arenoducto, genera una gran expectativa, porque si bien estiman que serán muy pocas las personas que efectivamente se asienten en Chelforó a partir de la puesta en marcha de la iniciativa, sí será importante el movimiento de personas que se produzca por la construcción y posterior funcionamiento de la planta de transferencia.
La elección de Chelforó no es casual. Hay varias razones que confluyen para elegir la localidad como punto de partida. Una y tal vez la principal, es la confluencia de rutas, que permitirían la llegada de la arena desde distintos puntos del país, como Comodoro Rivadavia en un caso y Entre Ríos en el otro. Pero también hay una cercanía con una vieja planta de bombeo de la ex Gas del Estado, que permitiría traer el agua desde el río e impulsarla por el arenoducto como modo de trasladar la arena hacia Vaca Muerta. Es decir, Chelforó es la única localidad que reúne estas condiciones para instalar allí el punto de partida del ducto.
Gran parte de los que viven en la localidad, cuentan con comercios a la vera de la ruta 22, los cuales subsisten principalmente por las compras que realizan los pobladores, y en segunda instancia por quienes pasan por la ruta 22.
Vaca Muerta y medioambiente
“Realmente es una propuesta interesante”, señaló Rubén Arruza, uno de los comerciantes con mayor antigüedad en la localidad, al considerar no solo que la construcción y operación del arenoducto podría generar la presencia de mayor cantidad de personas en la localidad, sino fundamentalmente serviría para descomprimir el tránsito de camiones sobre la 22.
Agregó que “seguramente si se puede hacer va a traer gente a nuestra localidad para trabajar, le podría dar una nueva vida a Chelforó”.
Arruza que vivió casi toda su vida en Chelforó tiene en su memoria aún los momentos de mayor esplendor de la localidad durante parte de la década del 60 y 70, cuando funcionaba a pleno el complejo que Gas del Estado poseía al norte de la localidad, el cual desde hace varias décadas está en estado de abandono; y el ferrocarril era un medio habitual no solo para el traslado de mercadería sino también de pasajeros.
María Freidos, es otra de las vecinas que ve con buenos ojos la posibilidad de que el proyecto del arenoducto se concrete. La mujer, desde hace un par de años posee otro de los comercios que están a la vera de la 22. “Nos enteramos hace algunos días de esta propuesta, y la verdad sería bueno para nuestra localidad porque generaría un movimiento importante de personas”.
De igual modo piensa Andrea Ramírez, que junto a su pareja manejan un restaurante y alojamiento ubicado sobre el ingreso este a Chelforó. “El movimiento principal que tenemos es con los camioneros y con turistas que pasan por la 22. Si en nuestra localidad se establece una empresa, seguramente el movimiento que se generará será distinto”.
La propuesta del arenoducto, no es la única iniciativa que genera expectativas para un desarrollo de Chelforó, sino que también existen esperanzas por una futura explotación hidrocarburífera en las áreas de meseta, sector donde también se evaluó la alternativa para la instalación de un parque de generación eólica de energía eléctrica.
“Programa abarcativo”
Adrián Lamela, que está al frente de la Comisión de Fomento de Chelforó, fue el primero en recibir la novedad sobre el proyecto para la construcción de un arenoducto que tendría a esta localidad como cabecera.
Si bien coincide con sus vecinos en que podría generar un resurgimiento de la localidad, fue más allá al señalar que esa única iniciativa no sería la solución para el desarrollo de Chelforó.
“Si tomamos en cuenta la historia, a poca distancia de la planta urbana estaba el complejo de Gas del Estado, y en su momento no significó un crecimiento. Quienes vivían y trabajaban ahí no se quedaron en Chelforó, sino que se fueron a otras ciudades del Alto Valle. En este caso, aunque podría generar un movimiento distinto para nuestra localidad, tampoco creemos que represente la posibilidad de crecimiento poblacional”, señaló Lamela.
Mencionó lo que ocurrió en la localidad a partir de la licitación y posterior habilitación por parte de la provincia de Río Negro para la exploración que permitiera determinar la existencia de reservas hidrocarburíferas en el “área Chelforó”. “Cuando se conoció esa noticia, mucha gente comenzó a buscar radicarse en Chelforó para trabajar en el petróleo. Por un lado debíamos explicar que no había ninguna empresa petrolera instalada, y a su vez pedir a la provincia la asistencia, porque nosotros no estamos preparados para poder dar contención a la gente que quería radicarse por un posible puesto de trabajo”.
Por el momento es un proyecto sobre el cual no sabemos cómo se financiará ni los plazos para que realmente se pueda concretar.
Adrián Lamela, comisionado de fomento de Chelforó.
El comisionado de fomento apuntó que si bien son importantes las propuestas para este sector en relación a la actividad petrolera, consideró que “para Chelforó se debería plantear un proyecto mucho más abarcativo en cuanto al desarrollo económico. Nuestra localidad está en medio de 20 mil hectáreas que son de un privado. Lo que siempre se pidió es por el aprovechamiento de esas tierras hoy sin uso en diferentes proyectos, sean agrícolas o ganaderos, sumado a estos proyectos relacionados a la actividad hidrocarburífera”.
Comentó que “habría también que hacer una evaluación sobre el impacto ambiental que esto podría generar, porque estamos hablando de tener un centro de transferencia de arenas, un material muy volátil, y a su vez la captación de un importante caudal de agua del río Negro”.
Una opción que cuesta unos 282 millones de dólares
La iniciativa planteada por la empresa Patagonia Shale Services, proyecta la construcción de un ducto especial para el transporte de arena y agua utilizada por la industria petrolera en su actividad de extracción de hidrocarburos en la zona de Vaca Muerta.
El proyecto toma a Chelforó como base para el comienzo del ducto, considerando las ventajas operativas de esta localidad.
En este lugar confluyen las rutas 22 y 232, utilizadas por los camiones para el transporte de las arenas, en tanto que también se cuenta con una estación ferroviaria a pocos metros de la 22.
A su vez el río Negro se encuentra a menos de 400 metros de la planta urbana, y la vieja planta de Gas del Estado, podría transformarse en centro de operaciones para el arenoducto. Precisamente allí se plantea contar con la primera etapa del sistema que mezclaría el agua y la arena para poder impulsarla a través de las cañerías.
Según las estimaciones realizadas por la empresa Patagonia Shale Services, las opciones para el traslado de arenas hasta Vaca Muerta serían la de continuar con su traslado en camiones, lo que implica el uso de 80 mil camiones anuales para este movimiento; una segunda opción sería recuperar la traza ferroviaria actual con un costo de 384 millones de dólares, o bien la construcción de una nueva traza para el tren sobre la barda norte y sin pasar por las ciudades del Alto Valle, con una inversión de 636 millones de dólares.
En tanto, la construcción del arenoducto de unos 215 kilómetros de largo, demandaría una inversión total de 282 millones de dólares.
Remarcaron en cuanto a las ventajas que la construcción “requiere una menor inversión que las opciones de transporte en tren, no habría una interferencia con las ciudades del Alto Valle, se podría construir en solo 18 meses, se reutilizaría el agua y reduciría inmediatamente los costos logísticos”.
Comentarios