Allanaron una casa del Obispado destinada a chicos de la calle

NEUQUEN (AN).- Policías de la comisaría 17 allanaron hace una semana la Casa de Betania, una institución creada hace cuatro años por el Obispado neuquino para atender a chicos en situación de riesgo. La causa invocada para realizar el allanamiento fue la presunta actividad de un cibercafé en el lugar y la posible existencia de una bicicleta robada.

La casa, ubicada en el barrio Bouquet Roldán de esta capital, fue revisada el sábado pasado por efectivos de la dependencia policial del barrio La Sirena que ingresaron armados al lugar mientras dos integrantes del equipo trabajaban en tareas de apoyo escolar con siete chicos, que «se paralizaron por el pánico y luego fue difícil explicarles lo sucedido», según informó Adolfo Coco Mantilaro, uno de los creadores de la institución.

Mantilaro dijo que con el argumento del ciber y de la verificación de la existencia o no de la bicicleta había sido utilizado el jueves anterior al allanamiento -esto es el 20 de mayo- pero se le impidió el ingreso al personal policial por carecer de una orden judicial.

Además, «se les explicó cuál es la actividad» de Casa de Betania, que depende del equipo de Pastoral Social.

Mencionó a un oficial de apellido Bonomi «que insistió porque le impresionaba como un local público y deseaba ingresar para verificarlo».

Entonces, la persona responsable «le impidió el acceso, cerró la puerta con llave y lo atendió fuera del local».

Mantilaro dijo que después se comunicó con la comisaría para intentar ampliar la información pero «el oficial no cambió su punto de vista» pese a que la institución es conocida en ámbitos oficiales y privados por su actividad de contención de chicos en la calle.

A los dos días, con una orden del juzgado 4, los policías retornaron a la casa, ingresaron sin dificultad porque la puerta estaba abierta y revisaron todas las dependencias -baño, cocina, salón- y detallaron lo observado.

Antes de retirarse, dijeron «que esto no hubiera sucedido si la persona que los había recibido el otro día no fuera tan maleducada», reveló Mantilaro.