Bariloche: la tentación de descubrir el buceo en invierno en un lago de deshielo
En la ciudad se puede practicar la actividad todo el año en aguas transparentes y luminosas, lo que garantiza una gran visibilidad incluso a más de 20 metros de profundidad.
Las propuestas relacionadas con el turismo activo en Bariloche y la región son cada vez más diversas y atraen a público de todas las edades. Y si las opciones ya son numerosas “en superficie”, qué decir del abanico que se abre con los paisajes subacuáticos. El buceo ofrece vivencias distintas a cualquier otra, que permiten asomarse a la vasta profundidad de los lagos, recorrerlos, fotografiarlos, descubrir colores y –con algo de suerte– tener también registros de fauna ictícola, que es mucho menos numerosa que en otros ambientes.
La característica central del agua de los lagos andinos es la transparencia y la luminosidad, que garantiza una visión increíble incluso a profundidades superiores a los 20 metros.
Las temperaturas son muy bajas (cerca del cero en invierno, alrededor de 15° en verano), pero la mejora constante de los trajes y equipos permite bucear todo el año. Así lo aseguró Victoria Martínez Balza, de Ardilla Buceo, un emprendimiento asentado en el lago Moreno que trabajó muy bien todo el invierno.
Lo primero que subraya Victoria es que el buceo es para todos, no sólo para iniciados. Se acercan y lo disfrutan personas sin ninguna experiencia previa e incluso gente que no sabe nadar. El rango de edad va de los 8 a los 80 años y el único limitante es no haber tenido cirugías de pulmón o de oído. Las inmersiones “de bautismo” atraen tanto a turistas como a residentes, y éstos últimos tienen la ventaja de una tarifa diferencial.
El buceo permite experimentar el silencio, el agua límpida y la profundidad inabarcable de un gran lago de deshielo. Victoria dijo que la gente se acerca con curiosidad, en búsqueda de algo nuevo, y “quedan maravillados”.
Para un “bautismo” necesitan al menos dos horas de tiempo, que se puede fijar en el momento más cómodo para el interesado. La cita es siempre en la sede de Ardilla Buceo, en Ruta Provincial 77 kilómetro 21 sobre la costa del lago Moreno Oeste.
La actividad comienza con una charla en la orilla de lago para familiarizarse con el equipo y conocer las señas del guía para comunicarse debajo del agua.
El tiempo asignado se puede extender “y varía según la persona: si está relajado y estabilizado, lo que esté abajo del agua depende de cada uno”, aseguró la instructora.
Baja temporada y alta diversión en los cerros
“Lo que tiene de bueno es que en Bariloche el buceo nunca falla, la visibilidad es muy buena incluso con mal tiempo –aseguró–. Para nosotros lo importante es que la persona salga diciendo ‘qué lindo que es el buceo’ y con ganas de repetir. Es lo que pasa con la mayoría, después del ‘bautismo’, adonde vayan después preguntan para volver a bucear o averiguan dónde hay una escuela cerca de dónde viven”.
Dijo que la gente que llega con otras experiencias de buceo en el mar encuentra que es “todo distinto, empezando por la flotabilidad” porque no es agua salada. Y también las sensaciones, las vistas y las profundidades, que son muy abruptas a poca distancia de la costa.
En Ardilla Buceo ofrecen también cursos de buzo que tienen una extensión de ocho clases, con fase teórico práctica, prácticas en pileta y luego inmersiones en el lago, en profundidades de hasta 18 metros.
No sólo hacen el curso residentes de Bariloche sino también turistas, que se entusiasman después de conocer la actividad y concentran todo en doble turno para obtener su certificado en menos de una semana.
Victoria dijo que el servicio incluye la provisión de trajes húmedos de 7 milímetros que garantizan una inmersión confortable aún en aguas frías, y los complementan con guantes, gorro y botas también de material térmico.
Hay otros emprendedores de buceo en la ciudad como Arum Co y Buceo Bariloche, pero sólo trabajan con turismo entre noviembre y Semana Santa.
Lugares elegidos
La variedad de ambientes lacustres es un atractivo extra para el buceo lacustre.
Victoria dijo que suelen llevar a sus clientes a distintos rincones del lago Moreno como la isla de los Conejos, el Peñón de las Gaviotas (frente a Llao Llao) o el paredón Cachete, donde hay muros de piedra que caen a pique, en ángulo de 90 grados.
También hay bastante actividad de buceo en el lago Gutiérrez y otros sitios clásicos son Bahía Tacul, playa Serena, playa Bonita y el brazo Campanario, todos en el lago Nahuel Huapi.
Victoria dijo que, a diferencia de los ambientes marinos, en los lagos de cordillera “hay muy poca densidad de fauna” y es poco frecuente ver truchas u otros peces.
Pero hay lugares específicos, a cierta profundidad, donde es posible encontrar truchas marrones, arco iris, salmonadas, bagres, aterciopelados y también cangrejos, langostas y caracoles.
Precios y prestadores
Las tarifas de Ardilla Buceo: bautismo, $ 1.550 (residentes $ 950). Tiempo medio dos horas. Curso inicial (ocho módulos): 7.500 por persona. La certificación final habilitante cuesta otros $ 2.500, con una validez de 5 años. Contacto 0294154247000. Hay otros emprendedores de buceo en la ciudad como Arum Co y Buceo Bariloche, pero trabajan con turismo entre noviembre y Semana Santa.
Comentarios