Los biocombustibles con futuro incierto por el congelamiento
El gobierno nacional se comprometió a buscar una solución para los productores de combustibles orgánicos. Las empresas anticipan que “habrá desabastecimiento” en el mercado interno si no hay una actualización de precios.
Después de una postergación finalmente los productores de biocombustibles se reunieron con el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, para resolver la complicada situación en la que quedaron luego de que Nación anunció que el congelamiento de los combustibles se extendía a su sector.
El reclamo de los productores es que, con el precio fijado para el biodiesel destinado a la mezcla en el mercado interno a 31.549 pesos por tonelada, el trabajo es inviable porque no alcanza ni para cubrir la materia prima con la que elaboran el producto.
El encuentro del martes no fue muy extenso y Frigerio se comprometió a darles una respuesta positiva en el corto plazo. Mientras tanto los productores de biodiésel, etanol y funcionarios de las provincias de Santa Fe, Tucumán y Córdoba esperan poder reunirse con el secretario de Energía de la Nación.
En números
- $31.549
- es el precio por tonelada de biodiesel y el que se quiere mantener por 90 días.
Según confirmaron desde la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (Cepreb) todas las plantas productoras están paradas, hay más de 60.000 puestos de trabajo en peligro junto con 54 pymes repartidas entre Buenos Aires, Salta, Entre Ríos, Jujuy, Santiago del Estero, San Luis, Santa Fe, Córdoba, Tucumán y La Pampa.
Además, desde la cámara aseguraron que en septiembre no se podrá cumplir con el componente mínimo de biocombustible fijado para la mezcla con el gasoil y la nafta. La semana pasada algunas petroleras integradas confirmaron que ya había desabastecimiento y solo podían cubrir 1% del producto para mezcla en lugar del 10% estipulado por ley.
En números
- 60.000
- puestos de trabajo están en peligro por el congelamiento de los biocombustibles según la Cepreb.
Si bien el problema estalló con el congelamiento impuesto por nación a través del Decreto de Necesidad y Urgencia 566, los productores señalan que el conflicto arrancó desde comienzos de año.
Los argumentos son claros y es que las actualizaciones de precios del producto fueron postergadas y actualizadas de manera que el congelamiento terminó de asfixiar a los productores.
Lo concreto es que, a diferencia de la situación con las petroleras, en este caso lo único que revertiría la situación sería un aumento en el precio de venta. Si bien de confirmarse el incremento aliviaría al sector, al mismo tiempo echaría más leña al fuego con las productoras de hidrocarburos.
En números
- 20
- es el retraso aproximado en los precios de los biocombustibles que señalan los productores.
Lo que menos quieren las operadoras en este momento es que el gobierno nacional autorice un aumento que les encarezca aún más la producción de combustibles cuando restan más de dos meses para que puedan modificar los precios de venta final.
En este escenario la única forma de mantener ambos sectores en funcionamiento es si el gobierno decide subsidiar la diferencia que reclaman los productores de biodiesel. Algo que con la delicada situación macroeconómica que atraviesa el país parece poco probable.
La compleja situación en la que se sumergió el mismo gobierno luego del DNU es tal que si se mantiene al sector sin atención, además de que las refinadoras producirán combustibles que no cumplirán con las reglas ambientales mínimas, la medida agudizará a las economías regionales de varias provincias que dependen en gran parte de la producción de biocombustibles.
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