Detectores de monóxido de carbono, una alternativa para evitar las muertes silenciosas
Un funcionario pretende establecer en la ciudad de Neuquén, la obligación de incorporar los dispositivos electrónicos que dan aviso cuando hay concentración de monóxido en el interior de una casa o departamento. La iniciativa busca incluir a las viviendas precarias en las tomas.
El pasado 16 de julio, una familia solicitó auxilio en el tercer piso de un edificio de calle Matheu a pocos metros de la Avenida Argentina. Sufrían los síntomas de intoxicación por una alta concentración de monóxido de carbono.
El servicio de Emergencias atendió a los afectados, pero horas más tarde, debieron regresar al mismo lugar por pedido del administrador del edificio que sospechaba que algo sucedía en uno de los departamentos. Cuando pudieron abrir la puerta de entrada encontraron el cuerpo de un hombre y una mascota. Allí había un calefactor encendido.
La víctima fue identificada como Pablo Báez de 50 años de edad. Era peluquero y un reconocido actor transformista. En sus shows interpretaba a una diva denominada Eyael. Su espectáculo fue parte de las carteleras de distintas salas teatrales de la ciudad.
El Director de Buenos Prácticas de la subsecretaria de Derechos Humanos, Héctor Sánchez tenía amistad con Báez, y juntos realizaron un show transformista denominado “Las Trillizas Show”. Báez se incorporó al grupo como invitado y luego pasó a ser parte del elenco estable.
“Lo conocía mucho, y teníamos juntos un montón de proyectos. De hecho nos estábamos por ir a Buenos Aires a fin de año, y quedó todo truncado por lo que pasó”, explicó Sánchez.
A partir de esa silenciosa muerte, Sánchez tuvo la necesidad de pensar el porqué sucedió algo así.
Ese fue el punto de inicio para comenzar a investigar qué sucedía en Europa y Estados Unidos. La solución la encontró a pocos kilómetros de distancia. En la ciudad de Bariloche se promulgó una ordenanza municipal que establece una modificación en el Código de Edificación.
En agosto del 2015, una mujer de 24 años y sus dos hijos, de 6 y 3 años, murieron en una vivienda de la calle Rivadavia al 1700 tras inhalar monóxido de carbono. La causa de la tragedia fue el estado precario del calefactor.
La normativa que fue sancionada en septiembre de 2018 establece la obligación de incorporar a todas las obras un detector de monóxido de carbono que contenga alarma sonora y lumínica a los nuevos edificios nuevos que se construyan en esa localidad.
Sánchez comenzará a trabajar en lograr que la iniciativa se de en la ciudad, y especificó que el primer paso será hablar con Concejales, funcionarios, Organizaciones Sociales, Bomberos y el SIEN, para establecer una mesa técnica de trabajo. El abogado de la subsecretaría redactó una parte del proyecto, y se espera que en los próximos días comiencen a concretarse los encuentros.
Sánchez explicó que “nosotros queríamos ir más allá”, del la ordenanza de Bariloche y especificó que buscaran la forma de contemplar las casas que no poseen el dispositivo, y los precarios hogares de los asentamientos irregulares.
Su funcionamiento es similar al de los detectores de humo. Si detecta una determinada concentración de Monóxido en el ambiente donde está instalado, activa una alarma sonora y lumínica.
La empresa que brinda el servicio de gas en Capital Federal, ofrece a sus usuarios su propio aparato que cuesta 4.416 pesos. La empresa SICA fabrica un dispositivo que funciona con pilas. Su precio por internet promedia los 1.800 pesos
La intoxicación por monóxido de carbono (CO) es producto de la combustión incompleta de gas y cualquier otro combustible orgánico como leña o querosén. Se origina por el mal funcionamiento de cualquier artefacto (cocina, estufa, calefón, grupo electrógeno, braseros, caños de escape de vehículos en lugares cerrados), y por inadecuado tiraje al exterior.
El CO no tiene olor ni sabor y no irrita, y los síntomas que provoca se confunden con otras enfermedades.
Según el Departamento de Análisis Epidemiológico de la provincia de Neuquén, hasta la semana epidemiológica 29 de este año, se han notificado 164 casos en toda la provincia.
En el mismo territorio se registraron 290 intoxicados en 2018; 238 en 2017; 250 en 2016; y 175 en 2015.
Se trata de una de las intoxicaciones más frecuentes en la Argentina que ocasiona unas 200 muertes al año.
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