'Condi', halcona en apuros

Una de las características de Condoleezza Rice es su férreo autodominio. Tiene que pasar algo muy fuerte para poder conmoverla. Pero Richard Clarke, ex asesor especial de antiterrorismo del presidente George W. Bush, parece haberlo logrado. «Me parece extraño, que Dick (Clarke) esté ahí sentado leyendo mi lenguaje corporal. No sabía que también tenía esa capacidad», dice «Condi» con un brillo de furia en la mirada.

Clarke acusa a la asesora de seguridad del presidente de haber desechado sus advertencias previas a los atentados terroristas del 11 de septiembre sobre la amenaza que significaba Al Qaeda. Rice ni siquiera habría sabido aparentemente qué era Al Qaeda al asumir en 2001, afirmó Clarke ante la comisión .

Esta observación del ex asesor enfureció especialmente a la mujer de confianza del presidente. Conocida por su inteligencia privilegiada y su arrogancia, se ve ahora a la defensiva .

Después de que Bush intentara protegerla de una declaración pública ante la comisión investigadora, enviando a otros funcionarios en su lugar a testimoniar, tuvo finalmente que ceder.

La asesora presidencial, de 49 años, ya se había visto expuesta a críticas por haber sido de quienes defendieron con mayor énfasis la Guerra de Irak con el argumento de la supuesta compra de uranio por parte de Saddam Hussein en Africa. Esta acusación se demostró como falsa y contribuyó al deterioro de la imagen de la talentosa consejera afroamericana.

El debate en torno a la asesora de seguridad de Bush, una ex demócrata que se pasó al bando de los halcones republicanos, ha desplazado en los últimos días a casi todos los demás temas de los medios estadounidenses. Los analistas políticos consideran posible que la estrella de esta mujer exitosa y mimada por el poder comience a declinar.

Condoleezza ha sido un modelo de la típica historia de vida ejemplar norteamericana: una mujer negra que, gracias a su inteligencia, su decisión y el apoyo de padres que asignaban particular importancia a los valores y la educación, ha llegado a integrar la élite política del país más poderoso del mundo.

En la infancia había sido una niña prodigio como pianista. A los 38 años fue la decana más joven de la historia en la renombrada Universidad de Stanford, en California. Su especialidad académica: la Guerra Fría y la amenaza soviética a EE.UU.

Esta orientación habría estrechado sus miras hasta llevarla a una subestimación de la amenaza global terrorista de organizaciones independientes de los Estados, dicen sus críticos. La asesora de seguridad, una mujer soltera que pasa también la mayor parte de su tiempo libre con la familia Bush, su 'familia adoptiva' rechaza las acusaciones como «absurdas». (DPA)

Nota asociada: Bush dio marcha atrás y acepta que interroguen a Condoleezza Rice  

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