Tres pueblos y una aventura inolvidable en Jujuy

Aunque sus rutas y poblados estén por encima de los 2.300 metros sobre el nivel del mar y el cuerpo que habita la Patagonia lo sienta, la altura no debe ser un impedimento para recorrer y descubrir la provincia de Jujuy. Antes de salir, el té, los caramelos y la hoja de coca son un clásico que recomiendan los lugareños para evitar pasarla mal en el recorrido y que la altura no afecte.

Con estos elementos en el bolso, comienza la aventura por tres pueblos con mucho encanto, paisaje y cultura después de un largo viaje de más de 2.000 kilómetros que se pueden hacer por vía terrestre en automóvil o colectivo o por avión desde Neuquén, Bariloche o Viedma con escala en Buenos Aires.

El comienzo

Purmamarca es el primer poblado de ensueño de Jujuy que con la postal del cerro de los siete colores atravesó fronteras y hoy es conocida en el mundo entero. El transitar de turistas extranjeros por este pequeño pueblo de calle de tierra ubicado a 2.324 msnm es señal de esa popularidad que obtuvo de la mano del paisaje que lo rodea.

El pueblo está atravesado por la Ruta provincial 52 y a solo 3 kilómetros de la Ruta Nacional 9 que recorre la provincia hasta su extremo, en La Quiaca.

El principal atractivo es el paisaje que ofrece el cerro de los siete colores que se puede divisar desde distintos ángulos e incluso caminarlo casi por sus entrañas ya que hay un sendero de unos 3 kilómetros que permite rodearlo.

Un clásico es subir a un pequeño mirador de acceso privado para tenerlo de frente pero el más atractivo es sin dudas cruzar la ruta y el surco que dejó un río seco, desde donde se obtiene una increíble panorámica con las casas bajas de la ciudad con los tonos rojizos del cerro como cortina de fondo.

Si se continúa por la Ruta 9 hacia el norte, a solo 25 kilómetros, se llega a Tilcara, el corazón de la Quebrada de Humahuaca y el centro comercial y turístico de la zona. La oferta en hotelería y gastronomía de esta ciudad es muy variada por eso muchos turistas optan por hacer base en Tilcara y desde allí recorrer los puntos de interés de los alrededores.

La ciudad está a 2.465 msnm y la mayor parte del poblado se encuentra al otro lado del río Grande. La feria de artesanos en la plaza principal es un atractivo que no hay que dejar de conocer para adentrarse en la cultura del tejido, la platería y la cerámica de la región.

Un paseo interesante a un kilómetro del centro es llegar hasta el sitio arqueológico Pucará de Tilcara donde se encuentran las ruinas de un asentamiento de habitantes precolombinos de la quebrada. Aquí, entre los paredones de piedra y los caminos crecen enormes cactus que hacen aún más impactante el yacimiento.

En Tilcara también se encuentran peñas a cada vuelta de la esquina para mamar el folclore y la música norteña acompañados de un delicioso tamal o humita.

De vuelta en la Ruta 9 a unos 37 kilómetros hacia el norte aparece en el mapa Humahuaca, un pueblo a 3.000 msnm que es la puerta de ingreso a la región de la Puna.

Con calles empedradas, puestos de artesanías en las veredas y un imponente monumento a los Héroes de la Independencia que se convierte en un lugar ideal para contemplar el atardecer, este pueblo tiene la llave de acceso a un cerro de 14 colores, el Hornocal, ubicado a 4.350 msnm.

El paisaje que se contempla al llegar al mirador de este cerro de tonos rojizos es de una belleza magistral pero también forma parte del atractivo el camino sinuoso de 24 kilómetros que parte desde la ciudad.

Desde Humahuaca también se pueden realizar visitas por el día a Iruya, un pueblo que parece colgado de la montaña o a la Laguna de los Pozuelos, un área natural protegida donde habita gran variedad de especies de aves, especialmente flamencos.