Los personajes desde su óptica

NEUQUEN (AN).- «El Chocón, huelga y milagro» es una historia verídica con aderezos ficcionarios. Una historia que narra duros sucesos en el que hay buenos y malos, héroes y villanos. La novelista Sofía Pelliza inventó el personaje del joven Santiago para mirar desde sus ojos e inteligencia el desencadenamiento de los hechos. Y sobre todo para entender la estructura de los personajes.

Desde su óptica Antonio Alac «fue el líder del movimiento, el que contaba con la capacidad de liderazgo para llevar adelante una lucha tan importante» y el párroco Pascual «un verdadero erudito, pero a la vez un hombre que necesitaba ser obrero, sentir en carne propia el esfuerzo».

Se emociona cuando se le pregunta por De Nevares, y no duda un instante a la hora de describir su sentir por quien fue el alma del pueblo neuquino. «Creo que sin Don Jaime los trabajadores se habrían entregado antes. Era el apoyo físico y moral, el bálsamo que necesitaban ante tanta incomprensión. Fue el personaje excluyente del Choconazo. El que mayor incidencia tuvo en este movimiento. Fue el de la claridad de criterios, el de la integridad, sin dobleces».

Para ella Rogelio Coria «era el malo de la película, al que nunca le interesaron los obreros». Sólo se detiene para meditar la respuesta cuando se le consulta por lo hecho por Felipe Sapag durante el conflicto: «Yo soy felipista, pero si nos remontamos a la historia, la actuación de Don Felipe fue muy deslucida. No sé si fue por miedo, falta de compromiso o viveza política. Ante la postura del (ex) gobernador, se destaca aún más la actitud valiente de Don Jaime».

Nota asociada: El «Choconazo», rescatado del olvido

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