5 razones para ir a Buzios

El espíritu aldeano que todavía mantiene, la variedad de playas, sus vistas embriagadoras, la facilidad de acceso desde el centro y el clima de fiesta siguen atrayendo a miles de argentinos.

BRASIL

Llegué a mi destino a las 2 AM después de transitar los 180 km que lo separan de Río de Janeiro en 3 horas. Sin embargo, recién a las 8 AM, cuando corrí el elegante cortinado de la ventana, me di cuenta que estaba en Buzios. Desde la posada San Francisco, ubicada bien arriba del morro, la vista de la playa João Fernandes corta la respiración.

Casas y hosterías de un cuidado estilo colonial se escalonan hasta llegar a la bahía. Una hermosa playa, de arena dorada y agua de color verde esmeralda, es abrazada por colinas repletas de vegetación. La gente ya disfruta del mar y la escena es embellecida aún más con ese toque único que da la luz solar por la mañana. Me recuerda a las vistas que regalan Cefalú o Taormina, en Sicilia, bien al sur de Italia.

JUAN JOSÉ LARRONDO juanjoselarrondo@gmail.com

Su verdadero nombre es Armação de Buzios y para encontrar su origen hay que remontarse al siglo XVI, cuando los piratas franceses que intentaban apoderarse de Río de Janeiro lo usaban como escala para abastecerse de agua dulce. Los barcos atracaban en sus amplias bahías ricas en caracoles (buzios) y organizaban sus instrumentos (armaçoes) de pesca.

Fue desconocida hasta los años 60, cuando la famosa actriz francesa Brigitte Bardot y su novio brasileño del momento Bob Zaguri, despistaron a fotógrafos y periodistas y escaparon de Río rumbo a Buzios en busca de tranquilidad.

Alquilaron una casa y se quedaron 4 meses. En aquellos años Buzios era sólo un pueblo de pescadores de 350 habitantes. A su regreso Brigitte le dijo a la prensa que en “Buzios no había electricidad ni teléfono, ni agua corriente; apenas el mar, el cielo, una casita rústica y dulce, playas doradas e infinitas, y embarcaciones coloridas con las que los habitantes pescaban en el mar abierto”. Después de esa gran publicidad la ciudad comenzó a recibir turistas de todo el mundo. Hoy vive de sus visitantes. En esta nota te contamos cinco razones de por qué es uno de los destinos más amados por los argentinos.

1. PLAYAS PARA TODOS LOS GUSTOS

Buzios es una península que emerge del mar como un clavijero de una guitarra gigante y permite la formación de 17 playas en los espacios que quedan entre las clavijas. Tiene seis kilómetros de largo, por lo que se adentra en el océano Atlántico, y otros tres de ancho. Sobre la parte norte el agua es más cálida, calma, casi sin olas, con una muy buena visibilidad bajo la superficie. João Fernandes, su vecina João Fernandinho, Azeda y Azedinha, son playas encantadoras, que invitan al relax, a nadar y a practicar buceo y snorkel de gran calidad. En la margen derecha de João Fernandes emergen del océano unas piedras negras que embellecen la bahía. Debajo del agua, entre las rocas, pude maravillarme observando tortugas marinas y cientos de peces de diferentes colores y estilos. El buceo con tubo es muy recomendable en ese lugar.

Al otro lado de la ciudad, en la parte sur, se encuentran playas hermosas, más amplias y limpias, menos protegidas por los morros, con aguas más frías, mayor oleaje y más ventosas, lo que permite caminatas por la arena y la práctica de surf (Geribá y Playa Brava), kite surf y wind surf (Ferradura).

Ninguna de las playas de Buzios es de administración privada. Las hay para todos los gustos, hasta una nudista, Olho de Boi, a la que se accede por un sendero desde Playa Brava. Y tienen una enorme ventaja: siempre hay calles o pasarelas que, desde el mismo centro, permiten el acceso a las tibias arenas.

2. SU ENCANTO NOCTURNO

A los argentinos difícilmente les alcance con un lindo día de playa para sentir que una jornada de vacaciones está completa. Nos encanta disfrutar del atardecer, pasear por la costanera, tomar un café o un cóctel en un bar con estilo, visitar finas boutiques que ofrezcan ropa de última moda, cenar en restaurantes de nivel internacional, escuchar música en vivo, y para los más jóvenes, terminar de madrugada en una disco concurrida. Pues Buzios concentra estas propuestas y mucho más en su paseo marítimo, Orla Bardot (en honor a quien hizo famosa la ciudad), y su continuación, la glamorosa Rua das Pedras.

Estas dos calles marcan el pulso nocturno de la ciudad con modernos pubs que miran al mar, un paseo marítimo encantador, con barquitos de pescadores de mil colores como escenografía, una oferta gastronómica mucho más tentadora que económica, donde se destacan pescados y mariscos, y diversos negocios que ofrecen desde ropa de marcas conocidas mundialmente hasta artesanías y servicios turísticos. Pude disfrutar de exquisiteces recién sacadas del mar a un precio razonable en O Barco, un sencillo restaurante que recomiendan los lugareños, ubicado a 100 metros del muelle sobre Orla Bardot. Cenar al atardecer mientras el sol se esconde en el mar es inolvidable.

3. LA FACILIDAD DE ACCESO

Recorrer Buzios caminando es un placer. Las distancias son relativamente cortas y si se busca un alojamiento en el centro, cerca de Rua das Pedras, todo queda a unas 25 cuadras a la redonda. Es un lugar seguro, donde más allá de tener mínimos cuidados, no hay que preocuparse por robos o hurtos. Es la mejor manera de conocer la ciudad, de disfrutar las vistas de las distintas playas desde lo alto, de relacionarse con los lugareños (y así obtener buenos datos sobre espacios de entretenimiento y gastronomía) y de correrse un poco del circuito turístico clásico, dándole a la estadía un estilo propio.

Claro que la ciudad se esparce entre los morros, lo que hace que haya que subir y bajar pendientes bastantes pronunciadas. Por eso no es para todos, si no para los más aventureros y con cierta predisposición al ejercicio. También, se puede combinar la caminata con el transporte público. La avenida José Bento Ribeiro Dantas, que hacia el norte se convierte en la Estrada da Usina, recorre como una columna vertebral toda la península. Por ella circulan combis que, a $12 el pasaje, van de una punta a la otra. Sólo es necesario decidir la playa del día, consultarle al chofer la parada más conveniente, bajarse a esa altura y estar dispuesto a 15 minutos de a pie para llegar hasta el mar.

Para el resto hay otras opciones como las de utilizar el transporte público o alquilar un buggy. Son vehículos livianos, sin techo, de ruedas grandes y colores llamativos. Se convirtieron en un clásico buziano y son muy útiles para recorrer varias playas en la misma jornada. Manejarlos es sencillo y en Buzios el tráfico no es tan molesto, sobre todo fuera de temporada.

4. EL AMBIENTE FAMILIAR

Su excelente infraestructura y seguridad la convierte en un destino ideal para disfrutar en familia, incluso con niños. Playas como Ferradura, Geribá, João Fernandes, por citar algunas, ofrecen servicios de sillas y sombrillas, bares, restaurantes, baños, alquiler de kayaks, máscaras para la práctica de snorkel. Por las noches, Rua das Pedras posee entretenimientos para todo el grupo familiar. Además, Buzios cuenta con excelentes posadas, hoteles boutique, buenos centros de salud y supermercados, en fin, todo lo necesario para asegurar una buena estadía tanto de los adultos como de los más chiquitos. Los argentinos, en su mayoría, eligen alojarse en la zona de João Fernandes, donde disfrutan de vistas de postal, y tienen un rápido acceso a una de las playas más concurridas y de agua más templada.

5. UN CLIMA PRIVILEGIADO

Planear un viaje a Buzios supone prácticamente no preocuparse por las condiciones climáticas. Propone un promedio de temperaturas anuales de 26°C y 260 días de sol. Si bien no son raros los chaparrones tropicales, estos suelen ser breves gracias a los permanentes vientos que soplan desde el este, manteniendo las lluvias alejadas. Buzios tiene dos veces más días soleados que la ciudad de Río y tres veces más que Angra dos Reis, pese a estar emplazado en el mismo estado.

La brisa constante refresca la ciudad propiciando una sensación térmica agradable, sin los calores sofocantes de algunas regiones tropicales. De diciembre a marzo las temperaturas alcanzan sus picos más altos, superando los 30ºC. Es la época más concurrida, con algunas playas llenas de visitantes. Quienes prefieran la serenidad, disfrutarán mejor Buzios fuera de temporada, entre marzo y junio o entre setiembre y octubre.

En esta época el clima igualmente es excelente y la playa ofrece mucho espacio para aprovechar la completa tranquilidad.

(Más info: blog A Volar!)


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