Los 110 años de RÍO NEGRO
Testigo y protagonista de grandes acontecimientos mundiales y el impulso de la región, este diario mantiene en alto la pasión independiente y la vocación por una sociedad más transparente, alerta y capaz de defender los derechos ciudadanos.
Fernando Emilio Rajneri tenía 33 años cuando fundó RÍO NEGRO el 1° de mayo en 1912, en un galpón contiguo a su casa, la primera morada del diario: calle Tucumán 724 de General Roca.
Una década atrás concluía la segunda Campaña del Desierto, se consolidaban los primeros pueblos de nuestra región y se impulsaba la irrigación que transformó la economía del Valle.
Ese joven Fernando, maestro, con convicciones y vocación política, pone fin a su espíritu trashumante por diversas geografías de la Argentina y Bolivia para asentarse finalmente en Roca, de casas y almacenes desperdigados: geografía casi inhóspita y ventosa.
Con una imprenta Minerva, pocos “burros” con tipos, un componedor, modesta papelería, guillotina y tinta, saca a la luz el RÍO NEGRO. El propio periodista-maestro trajinaba en busca de avisos para el sostén de su hoja y se apresuraba a llevar al correo el quincenario (luego semanario) a sus sucriptores.
Fueron los albores de un diario que hoy es uno de los más respetados y leídos del país.
110 años de consolidación y prestigio, impulsados por ese director que -a pura pasión y un bagaje de lecturas- estimulaba el progreso social, aspiraba a hacer docencia cultural, política y económica desde las páginas del RÍO NEGRO y soñaba con convertir la región en el centro geopolítico del norte patagónico. Sus hijos continuadores al frente del diario –Fernando, Norberto, Nélida y Julio-, y desde el directorio –Blanca, María Enriqueta y Nidia-, robustecieron el ideario republicano, librepensador y laico del RÍO NEGRO, lo modernizaron y lo catapultaron al plano nacional.
Artículos y editoriales bregaron por los derechos políticos de los ciudadanos y acompañaron el proceso de transformación institucional y cívica de Río Negro y Neuquén.
Este diario fue testigo del nacimiento de la ley Saénz Peña que estableció el voto popular, secreto y obligatorio; protagonista de etapas fundacionales de poblaciones y sus economías, y sostén de las esperanzas ciudadanas de crecimiento.
A través de las décadas, informó sobre sucesos, grandes descubrimientos y estimuló vitales obras de desarrollo y vías de comunicación. También tragedias colectivas, movimientos sociales y fenómenos que cambiaron el mundo: la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el nazismo, la ofensiva terrorista.
En el país, RÍO NEGRO tuvo un papel decisivo al enfrentar el período de terror de la Triple A y luego la larga dictadura militar: abogó por la defensa de la vida y la legalididad en esos funestos períodos. Su coraje en la defensa de los derechos humanos en tiempos de violencia política -cuando otros medios e instituciones enmudecían- fue reconocido con el prestigioso premio internacional María Moors Cabot a su director Julio Rajneri, en 1986.
En su historia, este matutino dejó sentadas posiciones claras sobre la masacre de Trelew, el conflicto del Beagle, la invasión de Malvinas, los desafíos a la democracia y los atentados a objetivos judíos. Aun a contramano de la corriente popular, como fue el caso de Malvinas.
Testigo y protagonista. Desde el primer día, RÍO NEGRO se definió como actor político en la construcción de cuidadanía y el progreso de la Patagonia Norte.
Fue y es tribuna cívica; sus aportes intelectuales y técnicos abrevaron en las entidades e instituciones de la propia comunidad. Pregonó un Estado austero, eficiente, transparente, y una actividad económica dinámica, competitiva, en libertad y con reglas claras. Esa defensa de la libertad aplicaba a toda acción y pensamiento diverso.
El lema del fundador -un proverbio árabe- fue grabado a hierro: “Narra la verdad sin encono y sin violencia. Narra la verdad con prescindencia de todo interés personal. Narra la verdad aun contrariando tus propias convicciones. Si ella evidencia y confirma tus errores, sé leal a tu propia conciencia. Narra siempre la verdad”.
La impronta del RÍO NEGRO ha sido también la investigación. Ni más ni menos que la esencia del periodismo: decirle al poder aquello que no quiere oír; poner en superficie lo soterrado, revelar aquello que se está interesado en hacer esquivo al conocimiento de la opinión pública. Trabajos de indagación periodística del RÍO NEGRO han dejado fuerte huella y tuvieron reconocimiento nacional.
Por esos trabajos, que expresaban la vocación por una sociedad más transparente, alerta, capaz de defender los derechos ciudadanos frente a los atropellos del poder -sea cual fuere su naturaleza-, el RÍO NEGRO también ha recibido represalias, como la quita de publicidad oficial en Neuquén en 2003. Sin embargo el diario no se ha quedado quieto: libró una batalla judicial y logró que la Corte Suprema de Justicia condenara el uso de la publicidad oficial como instrumento de castigo, fallo que fue un éxito para el periodismo independiente y un precedente que hizo historia en toda Latinoamérica.
No ha dudado este medio en promover acciones por el derecho al acceso a la información cuando ésta era restringida o directamente vedada. Y ha recurrido a la Justicia cuando ha visto amenazada la libertad de informar o la propia supervivencia. Decía el pensador italiano Norberto Bobbio: la democracia no es otra cosa que el gobierno del poder visible. Transparencia frente al secreto.
En definitiva, el periodismo crítico, plural, ejercido con libertad y ninguna condescendencia ha sido desde siempre el espíritu que estimula a RÍO NEGRO y sus periodistas. El convencimiento de que la prensa independiente es la sangre que riega la democracia. Y cuando la prensa falla, es la democracia la que queda desguarnecida.
Hoy, con 110 años, RÍO NEGRO transita con vigor la gran transformación digital -que alcanza a toda la industria editorial- con su desafío de garantizar una sostenibilidad que preserve su independencia, el valor más preciado para un medio de calidad.
Tal transformación tiene a las audiencias como primerísimas destinatarias, con la prioridad de nuestros periodistas de escucharlas y estar cerca de sus necesidades, aproximándoles contenidos verificados y herramientas útiles en distintas plataformas: el tradicional formato papel, el sitio web, las redes sociales, los newsletters, la radio y los podcast.
La credibilidad y la verdad son marca de RÍO NEGRO por encima de sus plataformas.
Como don Fernando, cuando se apresuraba por llegar a tiempo a entregar el RÍO NEGRO a sus abonados, la suscripción digital facilita hoy el acceso ilimitado en cualquier dispositivo de todos nuestros contenidos exclusivos, suplementos, eventos y artículos de opinión.
Pero ser suscriptores implica más: un involucramiento, una conexión profunda con el RÍO NEGRO. Lectores activos y comprometidos con su independencia y contribuidores en el sostenimiento del mejor periodismo y en el propósito de servir a la sociedad.
Hoy, a 110 años de una historia de pasión independiente, nuestro homenaje al fundador, a los directores que cimentaron el diario, a los accionistas, al equipo de periodistas actual, a aquellos que transitaron su redacción durante once décadas y a los trabajadores de las distintas áreas del RÍO NEGRO que dejan lo mejor de sí cada día. Y, naturalmente, a la fuerte comunidad de audiencia y anunciantes que acompañan esta hermosa aventura periodística.
* Editor Responsable
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