Un patrimonio olvidado en El Cóndor

Una masa corroída de bronce, que puede deleitar a cualquier “chatarrero” es nada más y nada menos que una reliquia originada en el antiguo naufragio del “Ludovico”. Quedó tirada junto a una pequeña plazoleta sobre la avenida costanera de El Cóndor.

Esta pieza es nada menos que una de las hélices que motorizaba a esa embarcación, y que sufrió una varadura en el invierno de 1916 en Bahía Rosa o Ensenada, uno de los puntos más profundos del golfo San Matías, y a unos 100 kilómetros de esta capital. Hace unos años, una repercusión en la prensa local consiguió que alguien que la había extraído de la playa, la deposite en esa plazoleta de la villa marítima.

El día, año o nuevo siglo en que la comunidad se decida, sería provechoso para las nuevas generaciones que se instale allí un cartel como referencia histórica. De paso, en esa gestión sería importante para quienes defendemos el patrimonio histórico, que alguna autoridad se ocupe de recuperar el ancla del Ludovico.

Es un secreto a voces que en algún patio de una vivienda de Viedma o en algún campo debe estar sufriendo la corrosión. Vale recordar que a principios de los ’90 se exhibía en un restaurante al aire libre que se había instalado en la costanera del río Negro, a metros del muelle de lanchas que comunican a Viedma por vía fluvial con la hermana Carmen de Patagones. Precisamente, ese local gastronómico se llamó “El ancla del Ludovico”.

El Cóndor se caracteriza por reunir un par de vestigios con lo cual sería importante que junto a las casas de chapa que dejan sentado un homenaje a los pioneros, que permitieron constituir ese balneario., se pueda ir montando -de a poco- un museo al aire libre aunque más resguardado que en la actualidad.