Sigue creciendo el parapentismo en las playas viedmenses

Cada vez más personas se animan a saltar desde los acantilados de El Cóndor, Ensenada y Bahía Creek. Una oferta turística que va en crecimiento.

Imitando a los pájaros, los concurrentes a las playas viedmeses tuvieron una posibilidad distinta de recreación en lo que va de la actual temporada veraniega, ya que la modalidad del parapentismo está llegando a niveles masivos.

Lejos de ser una osadía, fueron varios los que se animaron a los vuelos de bautismo que les permitió elevar los pies del suelo sintiendo como que flotan en el aire.

La nueva aventura tuvo como escenarios y puntos de salto, los acantilados del balneario El Cóndor y las contiguas playas de Ensenada y Bahia Creek, con una duración de media aproximadamente. El tiempo de esta inusual experiencia superó a ofertas similares que se brindan en otras plazas internacionales.

Uno de sus exponentes e instructor registrado es Francisco Schepisi, quien contó a DeViedma que los debutantes en compartir el arnés “salen con una sobrecarga de adrenalina y de emoción a partir de que despegan del suelo”.

Apuntó que “sienten que quedan flotando en el aire al borde del acantilado y te agradecen la experiencia que siguen con entusiasmo”.

El deportista destaca que su práctica “implica una fascinación distinta porque a diferencia del avión o los planeadores, el parapentismo permite sentir la temperatura del ambiente, la humedad, los olores, el ruido del mar; lo cual aumenta el caudal de sensaciones y estímulos”.

Los lugares de salto reúnen otro atractivo en virtud de que la altura de los acantilados presentan una importante diferencia. En El Cóndor rondan en los 30 metros, otras playas tienen hasta 60 y en Bahía Creek apenas 20.

La intención inicial de los parapentistas fue extender lo más posible la experiencia de los néofitos en este tipo de navegación aérea dado de que no todos los días son propicios para elevar el equipo que apenas pesa 20 kilogramos.

Las condiciones más favorables es que los vientos deben oscilar entre los 12 y 30 kilómetros aproximadamente.

Esta opción recreativa se pudo concretar merced a una reunión de camaradería que los deportistas tuvieron en el marco del Encuentro Nacional de Parapentismo en la villa marítima viedmense con el apoyo de la Federación Argentina de Vuelo Libre (Favl), la Fundación Alas y el Municipio capitalino.

Este ambiente de vuelo libre estuvo por segunda vez, tras el primer encuentro de 2012, aprovechando las playas lugareñas con 21 deportistas de distintos puntos del país, y en el aire, estuvieron simultáneamente 16 velas.

Este enfoque recreacional permitió además un encuentro en familia de los deportistas. “La combinación fue apta porque los parientes quedan abajo, entonces nosotros dimos unas vueltas y luego aterrizar para compartir mates y torta en la playa”, concluyó Schepisi.


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