25 de Mayo, la ciudad que colapsó con el petróleo
Desde hace una década, la localidad de origen agropecuario se vio trastocada por la fiebre petrolera. Su población saltó de 5.000 a 12.000 habitantes, colapsaron los servicios y se abandonó el vínculo con la tierra. El temor al espejo de Catriel.
“Mirá esas nenas que corren ahí, en el campito de enfrente, en unos años van a estar casadas con petroleros y llenas de plata”.
La sentencia se la lanzó hace 10 años un ingeniero en Petróleo al conserje del hotel del centro, al desembarcar en 25 de Mayo, La Pampa. Tal vez se quedó corto con la especulación porque las que hace poco también se casaron con petroleros, chacareros y vecinos fueron las “coperas” caribeñas y paraguayas de los cuatro prostíbulos que funcionaron a pleno con el boom petrolero, hasta que la ley de trata los liquidó.
Ciudad chica pero intensa 25 de Mayo. Con el fuerte contraste entre producción agropecuaria y la del crudo, lo que origina una marcha a dos velocidades: la que le imprimen los petroleros con sueldos de $ 45.000 para el boca de pozo y la de estatales y peones de campo o chacra, con ingresos que van de $ 8.000 a 15.000.
“25” a secas, como le dicen aquí los vecinos, nació como colonia productiva en 1909 . Es un oasis rodeado por el desierto. Está pegada al hilo flaco que es hoy el río Colorado y alimenta su sistema de riego, en el extremo del sudoeste pampeano, justo en el límite entre cuatros provincias. Mira de frente hacia Río Negro y Neuquén, por sobre el hombro a Mendoza y tiene lejos a Santa Rosa, la capital a la que responde.
Es tal la confusión que “aquí la gente dice me voy a La Pampa cuando tiene que viajar a Santa Rosa”, explica Ricardo Poyo, mano derecha del intendente.
La fiebre del crudo explotó tras la pueblada del 2005. Los vecinos se cansaron porque toda la actividad se concentraba en Catriel y poco dejaba aquí. Tras el corte de la Ruta 151 lograron que se instalaran bases operativas, se ampliaran zonas y las petroleras contrataran a trabajadores pampeanos, que hoy sacan por año 6 millones de barriles de crudo y 350 millones de m² de gas.
Trabajadores de distintas localidades coparon la ciudad, que saltó en 12 años de 5.000 habitantes a los 12.000 actuales. Los salarios, alquileres y precios se triplicaron y los servicios colapsaron. Pero los cambios no fueron sólo materiales. Se trastocaron también costumbres y valores: los alumnos para los que antes se hacían campañas por zapatillas pasaron a estacionar sus motos frente a las escuelas. Se disparó la venta de televisores gigantes, autos y camionetas nuevos y los crianceros que languidecían con unos pocos chivos se volvieron ricos de un plumazo, al cobrar la servidumbre por el petróleo que se extrae de sus campos.
El símbolo de todo este proceso de desmesuras lo selló en el 2008 el enfrentamiento a tiros y palos entre los dos gremios que operan en la ciudad. La disputa fue por la pertenencia de los más de 1.100 petroleros y sus aportes a la obra social, que hoy son de $ 3.000. La víctima, Ariel Quiroga, fue atacado a golpes y su cuerpo apareció flotando en el canal de riego.
Desde distintos sectores de la comunidad el nuevo desafío es tratar de establecer redes sociales y culturales que pongan fin a los desbordes violentos y el consumismo que instaló el vértigo petrolero. Hacía allí apuntó la docente local Moira Morisoli: “No queremos que nos sigan viendo como un pueblo puramente petrolero, donde sólo ocurren cosas malas”. Señaló que “lo que aconsejan los especialistas y estamos viendo que intenta Catriel es no abandonar la parte productiva porque el petróleo se termina”.
Al referirse a la situación social, consideró necesario generar propuestas para la vida diaria de la población porque “no todo puede reducirse a ir al trabajo o la escuela y después volver a casa a mirar la tele”.
postal profunda
Riqueza agropecuaria
Producción. Alfalfa, viñedos, nogales, plantaciones de cebollas y hortalizas son los productos en auge, cuando las chacras con frutales están en su mayoría paralizadas y sus propietarios las lotean. Apuestan a la cría de la cabra de lana colorada.
Inmigración. Se formó como colonia con fuerte presencia de mendocinos y pobladores de provincias vecinas. Llegaron inmigrantes italianos, españoles y chilenos.
Hospital. Es uno de los mayores reclamos de la población para que el existente amplíe su complejidad y capacidad de atención. Quienes tienen obra social y petroleros se atienden en clínicas de Catriel. Derivan hacia Acha.
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